Agua y saneamiento: una prioridad que no puede invisibilizar la covid

Hoy es más importante que nunca garantizar que todos tengan acceso a una correcta higiene de manos. Sobre todo en centros sanitarios: un cuarto de ellos en el mundo carece de estos servicios básicos

Niños indios recogen el agua de un pozo en el pueblo de Murkata en el distrito Morigoan, a 70 kilómetros de Guwahati.Biju Boro (afp)

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Diez años después de que las Naciones Unidas reconocieran el agua y el saneamiento como derechos humanos básicos, el mundo sufre la devastación causada por la covid-19, un virus contra el que el lavado de manos y la higiene son una de las primeras líneas de defensa. Una de las principales lecciones de esta pandemia es que nuestra salud depende de la de los miembros más vulnerables de nuestras sociedades. En la actualidad, hay sectores enteros de la población mundial que siguen estando rezagados en el acceso al agua, el saneamiento y la higiene. Y todos estamos interconectados. Por este motivo es más importante que nunca garantizar que todos los habitantes del planeta tengan acceso a ello.

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Incluso antes del inicio de la pandemia, el 40% de la población mundial carecía de instalaciones básicas para lavarse las manos en casa. Además, las niñas y los niños de casi la mitad de las escuelas del mundo no tenían acceso ni a agua ni a jabón. Aunque muchos gobiernos aumentaron la provisión de instalaciones públicas para el lavado de manos durante la crisis del covid-19, el impacto económico de la pandemia no hizo más que exacerbar una necesidad ya urgente en los hogares, las escuelas y los centros de salud de todo el mundo. De hecho, la pandemia podría convertirse en una de las causas del primer aumento de la tasa de pobreza mundial en más de 20 años. Para 2021, otros 150 millones de personas corren el riesgo de caer en la pobreza extrema.

Uno de cada cuatro centros de salud carece de servicios básicos de abastecimiento de agua, uno de cada 10 carece de servicios de saneamiento

Uno de cada cuatro centros de salud carece de servicios básicos de abastecimiento de agua, uno de cada 10 carece de saneamiento y uno de cada tres carece de instalaciones para lavarse las manos en los lugares donde se presta la atención médica. Los datos revelaron que, incluso cuando tienen acceso a instalaciones adecuadas, los trabajadores de atención médica que están en la primera línea tienen 12 veces más probabilidades que el resto de su comunidad de dar positivo en las pruebas de covid-19.

Los trabajadores de atención médica que están en la primera línea tienen 12 veces más probabilidades que el resto de su comunidad de dar positivo en las pruebas de covid-19

El acceso inadecuado al agua y al saneamiento no solo pone en peligro la vida de millones de personas, especialmente de mujeres, niñas y niños, sino que también repercute en muchos otros objetivos de desarrollo, como la igualdad de género, la resiliencia al cambio climático, la paz y la educación. De hecho, la mayoría de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, si no todos, dependen de alguna manera de que todas las personas tengan acceso suficiente. Si incorporamos otros factores de estrés como el cambio climático, las sequías y la inminente crisis financiera, la situación resulta aún más grave.

El acceso inadecuado al agua y al saneamiento no solo pone en peligro la vida de millones de personas, especialmente de mujeres, niñas y niños, sino que también repercute en otros objetivos de desarrollo, como la igualdad de género, la resiliencia al cambio climático, la paz y la educación

Estas carencias no son un problema aislado. Forma parte de un conjunto de retos y desigualdades sistémicas que resultan agravadas por la falta de voluntad política e intensificadas por una inversión crónicamente insuficiente y mal orientada en el sector. Ya antes del comienzo de la pandemia, la financiación de los donantes había disminuido. Se teme que esta financiación se reduzca aún más debido a la creciente presión de los países para centrarse en el gasto interno. Aunque España ha sido uno de los países más afectados, estamos orgullosos de haber mantenido nuestro apoyo en el ámbito de la cooperación internacional para el desarrollo sostenible, especialmente en relación con el covid-19. Solo podremos alcanzar los derechos humanos al agua y al saneamiento si otros países aprovechan este periodo para garantizar que la voluntad política y los niveles de financiación sigan siendo lo suficientemente sólidos como para lograr el acceso universal para 2030.

España está a la vanguardia y tiene muy clara la importancia de proteger a los grupos más vulnerables. Como aliado de Saneamiento y Agua para Todos y firmante del Llamado a la Acción de los Líderes Mundiales, el Gobierno de España está convencido de que la prevención es el mejor remedio y que la colaboración internacional salva vidas.

Uno de los principios básicos de la política española de cooperación para el desarrollo sostenible es la convicción de que el acceso debe estar al alcance de todos, y que es un elemento esencial en la lucha contra la pobreza. Durante sus más de 10 años de trayectoria, el Fondo de Cooperación para el Agua y el Saneamiento de la Cooperación Española ha contribuido a aumentar la accesibilidad en 18 países de América Latina y el Caribe. Su labor ha beneficiado a más de 3,3 millones de personas hasta la fecha. Durante la pandemia, también ha adaptado sus campañas de sensibilización en torno a estos dos temas y ha promovido las medidas de higiene en los barrios vulnerables y en las zonas rurales.

Esta no es la primera pandemia a la que nos enfrentamos, ni será la última. Nuestra capacidad de resistencia ante futuras crisis dependerá de las medidas que tomemos hoy. Entonces, hemos de preguntarnos ¿cómo podemos reconstruir un mundo más resiliente y equitativo después de esta crisis?

Esta pandemia nos da la oportunidad de mejorar las cosas para el mañana y no debemos dejarla pasar. Las empresas y las escuelas están reinventando su forma de trabajar, y creemos que el sector del agua, el saneamiento y la higiene también puede encontrar nuevas formas de prepararse mejor para el futuro.

Es esencial priorizar estos temas así como impulsar la innovación, que España ya comparte con otros países a través de la cooperación técnica. Este sector juega un papel clave en la reconstrucción. Según la OCDE cada dólar invertido en el sector tiene una rentabilidad coste beneficio de siete dólares, gracias a los impactos en salud, educación y nutrición.

Los gobiernos deben reforzar sus sistemas para que la cooperación internacional, tanto de España como de otros países, sea sostenible y suponga una verdadera diferencia en la vida de quienes más la necesitan. Debemos actuar ahora para garantizar que nadie se quede atrás, y que las iniciativas para el acceso universal al suministro de agua, saneamiento e higiene no queden socavadas por la pandemia de covid-19.

Ángeles Moreno Bau, Secretaria de Estado de Cooperación Internacional y Catarina de Albuquerque, Directora Ejecutiva, Alianza Saneamiento y Agua para Todos.

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