El bumerán de Franco
Las lectoras y los lectores escriben sobre la erosión del término “fascista”, compartir las labores domésticas, el desconocimiento que rodea al VIH y las nuevas puertas de la catedral de Burgos
Manuel Vicent afirmó con tino que “a Franco habría que sacarlo de los cerebros de los españoles”. La referencia constante al dictador ha sido un comodín para eludir debates de fondo. En el juego político, se activa el “que viene el lobo”, vinculando cualquier discrepancia con un presunto retorno del fascismo. El uso inflacionado del término “fascista” ha erosionado su significado y ha desatendido los problemas reales. La táctica ha generado un efecto bumerán: la figura de Franco, convertida en símbolo prohibido, ha despertado curiosidad e incluso atracción en jóvenes que desconocen la tragedia histórica. Así, lo que pretendía ser un aviso político ha terminado reavivando aquello que se buscaba desactivar.
Aitor Idoyaga Uribarrena. Portugalete (Bizkaia)
Maridos que “ayudan”
Me llama mucho la atención como en tantas casas se sigue escuchando la frase “mi marido me ayuda mucho”. Uno “ayuda” cuando la responsabilidad es de otro. Pero en un hogar, ¿la responsabilidad no debería ser compartida? Aun así, la realidad es que el reparto sigue siendo desigual, incluso cuando la mujer trabaja fuera tantas horas como el hombre, o incluso más. El lenguaje lo delata. Y no es un detalle menor. Decir “ayuda” es aceptar que la tarea principal nos corresponde por defecto. Es perpetuar la idea de que lo doméstico es cosa de mujeres y que los hombres, cuando ponen una lavadora, están haciendo un favor. Nombrar las cosas como son es el primer paso para cambiarlas.
Lucía Martincic Bellotti. Punta del Este (Uruguay)
Desconocimiento y serofobia
Estos días he visto Silencio, la serie de Eduardo Casanova, y me ha hecho reflexionar sobre la desinformación que aún rodea al VIH. ¿Cómo es posible que, después de décadas, haya quien no sepa que una carga viral indetectable es igual a intransmisible? La ciencia lo tiene claro, pero la sociedad no. Es preocupante que un tema tan transversal como el VIH, que afecta a personas de todas las edades e identidades, siga siendo un vacío educativo. La serofobia persiste y convierte una enfermedad crónica y tratable en un estigma que aísla. Otras condiciones se narran como historias de superación, pero el VIH arrastra silencios y prejuicios, quizás por su vínculo con el sexo o con el colectivo LGTBIQ+, al cual pertenezco. Necesitamos educación, información rigurosa y una mirada más humana.
Eudald Puigmal. Manresa (Barcelona)
Las puertas de la catedral de Burgos
Burgalés ausente, pero siempre interesado por lo que pasa en mi tierra, atiendo perplejo a un debate sobre la idoneidad de las nuevas puertas creadas por el artista Antonio López para la catedral encargadas, recibidas y expuestas. Perplejo cuando se habla de arte y estilos y su pretendida pureza en el espacio y en el tiempo para oponerse con tanta energía a su colocación. Mi opinión es que mejoran, y mucho, las actuales, tristes, rancias y sin valor alguno. Decir que no son para la catedral de Burgos sería negar que el mundo rueda y avanza. No nos pongamos dramáticos en lo que debería ser una fiesta. Ya les gustaría a otros...
Eliseo Pérez López. Castro-Urdiales (Santander)