Compromiso sólido de España con Ucrania
La compra de armamento estadounidense responde a la urgencia de que Europa se haga cargo de la defensa ante Rusia
España financiará con 100 millones de euros la compra de armamento estadounidense para Ucrania, según el acuerdo que cerraron este martes en La Moncloa los presidentes Pedro Sánchez y Volodímir Zelenski. El Gobierno español se suma así a los otros 13 socios de la OTAN que por ahora participan en el programa PURL (Lista de Requerimientos Prioritarios de Ucrania, por sus siglas en inglés), lanzado en agosto tras la negativa de Trump a seguir suministrando gratuitamente armas a Kiev. La aportación española se incluirá en un pedido de 300 millones que coordinará la Alianza a través de dicho programa. Con esta compra de armamento, el compromiso militar de España con la defensa de Ucrania acordado este martes suma 615 millones de euros.
Ucrania se dispone a aguantar su cuarto invierno desde la invasión, un duro periodo que puede resultar clave para su resistencia. El heroico desempeño de sus Fuerzas Armadas desde febrero de 2022 y la entereza de su población han limitado el avance de las tropas rusas, que no han logrado penetrar de manera decisiva hacia el Oeste. Rusia ha recrudecido su ofensiva aérea con un continuo lanzamiento de drones y proyectiles con el doble objetivo de arrasar infraestructuras energéticas y desmoralizar a la población. Ucrania ha perdido ya por los continuos bombardeos el 70% de su capacidad de generación eléctrica. Kiev necesita imperiosamente sistemas avanzados de defensa antiaérea y, tras la abdicación como aliado de Donald Trump, la única forma rápida de que Europa se haga cargo es comprarlos a EE UU.
Zelenski agradeció la solidez del apoyo del Gobierno y el pueblo españoles, que ya constató en su anterior visita oficial, en mayo de 2024, cuando se firmó otro acuerdo por el que España dará armas a Ucrania por 1.000 millones anuales, durante al menos el pasado ejercicio y el actual. Es una cifra sin precedentes en la ayuda militar a cualquier país. El compromiso se completa con el apoyo humanitario o para la reconstrucción y la acogida de más de 250.000 refugiados ucranios.
Más allá del fruto concreto del apoyo militar, la importancia del acuerdo es que lanza el mismo mensaje que deben dejar claro todos los socios de la UE y la OTAN cuando EE UU ya no es un aliado fiable: Ucrania no se quedará sola mientras prosiga el ataque ruso y recibirá apoyo el tiempo que sea necesario. Defender —con la política internacional y las sanciones económicas, pero también con las armas— la soberanía y la libertad de los ucranios frente a Putin es defender la libertad y la democracia en Europa. Ese desafío determinará en buena medida el futuro de la UE y, por tanto, de España. Por ello, sigue resultando imperativo un debate a fondo de la política exterior y de seguridad, cuya sede no puede ser otra que el Congreso. En pocos asuntos es más necesario armar un consenso de Estado.