La justicia y la política
Los lectores y las lectoras escriben sobre el juicio al fiscal general, la discriminación sexual en la infancia, la publicidad telefónica y la nueva pedagogía
La justicia está politizada y la política judicializada. La sentencia en el juicio al fiscal general del Estado no es baladí. Está en juego la confianza en el funcionamiento del Estado. Cuando los partidos secuestran instituciones y cuando algunos jueces adoptan decisiones que parecen alinearse con intereses políticos, la ciudadanía queda desprotegida. Las instituciones deberían actuar como contrapesos, no como instrumentos de confrontación. Pero lo que se percibe es lo contrario: un sistema bloqueado y usado como arma arrojadiza. Es difícil anticipar el sentido de la sentencia en este caso. No porque el proceso judicial sea imprevisible en sí, sino porque está envuelto en un clima de desconfianza que condiciona un análisis. La absolución sería presentada por algunos como una claudicación; una condena sería vista por otros como una instrumentalización de la justicia. Acertar en el contenido jurídico resulta menos relevante que comprender el terreno político en el que se dictará.
Fernando Ortolá Soria. Valencia
Homofobia infantil
Parece mentira que en nuestra sociedad, que tanto reivindica la homosexualidad con desfiles y carrozas, la homofobia siga estando presente desde la preadolescencia. Los ayuntamientos gastan el dinero en organizar fiestas durante el Orgullo, pero ¿no sería más efectivo que ese dinero se invirtiera en educación para prevenir que niños de 12 años se encuentren escrito en su mesa “maricón”? Es vergonzoso que como sociedad nos quedemos a un lado viendo cómo el Orgullo LGTBI se convierte en una fiesta más, en un negocio, mientras que en la vida real sigue ocurriendo esto.
Ana Flores Blanco. Sevilla
Llamadas indeseadas
Sé que hay una ley para controlar las llamadas indeseadas con fines publicitarios, pero me temo que no está cumpliendo sus objetivos. Cada día recibo al menos seis o siete llamadas. Nada más recibirlas, bloqueo el número desde el que me llaman, pero al rato vuelven a hacerlo desde otro número, y luego desde otro. Los anunciantes disponen de decenas de números para evitar ser bloqueados. Me inscribí en la Lista Robinson, y procuro dejar claro que no quiero publicidad cuando me doy de alta en alguna página web o en algún comercio, pero veo que todo esto vale de poco. ¿No podrían mejorar la ley?
Carlos Osorio García de Oteyza. Madrid
Enseñar a aburrirse
Algunos maestros han de convertir sus clases en una actuación circense de puro entretenimiento para que sus alumnos no se aburran ni un segundo y adquieran alguna destreza. Aprender algún contenido conceptual quedará en un segundo plano y solo para aquellos que muestren cierta inquietud. La necesidad de entretenimiento constante y al instante, el pavor por el silencio o la reflexión, se transforma muchas veces en una dependencia enfermiza a la hora de utilizar los dispositivos móviles en todo momento y lugar. Por eso urge que los maestros dejen a un lado las soflamas de la nueva pedagogía e impartan una nueva materia a los adultos del mañana: el aburrimiento. Es una asignatura pendiente.
Jesús Asensi Vendrell. Algemesí (Valencia)