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Mazón dimite pero no rectifica

El presidente en funciones acude a las Cortes Valencianas a petición propia, pero no hace más que repetir su discurso exculpatorio

La comparecencia este martes de Carlos Mazón en la comisión de investigación de la dana en las Cortes Valencianas fue un capítulo más en su lacerante historial de irresponsabilidad. Como aquel fatídico 29 de octubre de hace un año, cuando la descomunal catástrofe acabó con la vida de 229 personas, tampoco este martes estuvo el presidente en funciones de la Generalitat Valenciana a la altura de la dignidad de ese cargo. Bien al contrario, burló su obligación de responder sin faltar a la verdad a las preguntas de los diputados.

Ese era su único deber ante las víctimas y ante las instituciones de la comunidad que presidió hasta que dimitió hace nueve días. Su primera respuesta fue, sin embargo, la lectura de un discurso de 23 minutos que llevaba escrito. Durante la alocución se limitó a lanzar balones fuera y a culpar al Gobierno central y las agencias estatales (Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar) de “falta de información”, algo reiteradamente descartado por la jueza del caso de la dana.

Sobre su actuación aquella tarde dijo que las críticas a sus “errores” han sido la gran excusa política para eludir la responsabilidad del Gobierno en la tragedia. Llegó a decir que “operativamente poco tenía que aportar” a la emergencia y que solo él había asumido responsabilidades políticas al dimitir. Lo que no ha detallado ni a los diputados, ni a las víctimas, ni al resto de los ciudadanos son los hechos por los que ha asumido esas responsabilidades.

Después de negar durante un año lo que hizo —ha dado una decena de versiones de esa tarde— y de adoptar la estrategia del victimismo —“ya no puedo más”, alegó el día de su dimisión—, tampoco le faltó en esos 12 meses la desconsideración hacia las víctimas, a las que trató como munición política acusándolas de estar al servicio de los partidos de “izquierdas”. Las que pidieron asistir como invitadas a la sesión de este martes recibieron un no por respuesta y tuvieron que quedarse fuera.

La vacua comparecencia en las Cortes fue a petición propia. Sería más creíble su interés por esclarecer los hechos si Mazón hubiera acudido alguna vez a prestar declaración al juzgado de Catarroja, cuya titular, Nuria Ruiz Tobarra, le ha invitado a hacerlo ya en tres ocasiones. Pero sigue sin aclarar lo básico: por qué a las 17.37, cuando su consejera de Interior, Salomé Pradas, le informó de la “extrema gravedad” de la situación en Utiel —ya bajo las aguas y con varios desaparecidos—, decidió seguir almorzando con una periodista en lugar de acudir a su puesto. Por qué no llamó al alcalde de esa localidad. Por qué no respondió a la siguiente llamada de Pradas, a las 18.45. Por qué tardó 60 minutos en llegar desde El Ventorro hasta su despacho. Muchos porqués que se resumen en la pregunta del portavoz parlamentario de Compromís, Joan Baldoví: “¿Dónde estaba cuando la gente se ahogaba?”.

Esa es la pregunta que lleva retumbando un año entero. Este martes ni siquiera logró silenciarla la designación por parte de Alberto Núñez Feijóo del secretario general del PP valenciano, Juan Francisco Pérez Llorca, como sucesor de Mazón, a cuyo lado ha ejercido como persona de máxima confianza. Si gracias a los votos de Vox sale adelante su investidura, tendrá en sus manos la reconstrucción. De todo: de una comarca arrasada por el lodo, pero también de la confianza ciudadana en unos dirigentes políticos que no estuvieron a la altura en el día más trágico que recuerda la Comunidad Valenciana.

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