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Con D de dana, con D de días

Los lectores y lectoras escriben sobre el aniversario de la tragedia de Valencia, los jóvenes y el voto, y la necesidad de adaptación a los desastres climáticos

Como profesora de Lengua, cada año enseño que los verbos meteorológicos son impersonales. ¿Quién llueve? No hay una cara nítida en un gran mar caliente de responsabilidades compartidas, en un modelo de vida. Foco entonces, no el causante, sino en el gestor de la prevención o del desastre. Hay un día en que tienes que estar, consciente, dar tu mejor versión. A ese día no llegas sin un camino previo. Has sido constructor del abismo o de sólidos cimientos. ¿Tus ladrillos han sido de empatía o de egoísmo? ¿De comprensión o de prepotencia? ¿De ciencia o de creencia? Está claro cuál fue el día D del gestor del caos. 365 días después, siguen las víctimas sin observar repercusiones políticas.

Marta Diago Romero. Requena (Valencia)

Aún siguen esperando

Justo un año después de la dana de Valencia, muchas escuelas infantiles, colegios e institutos siguen esperando soluciones. Lo que empezó siendo una reubicación temporal de sus centros, a día de hoy aún no tiene una fecha predeterminada para su fin. La prolongación de esta situación afecta a la calidad educativa, y, sobre todo, al bienestar de nuestros menores. La educación merece respeto, recursos y estabilidad. Los equipos educativos, familiares y alumnos ya no deberían seguir esperando.

Claudia Pallarés Estellés. Valencia

Los jóvenes y el poder de nuestro voto

Últimamente bastantes de mis conocidos y amigos me han estado diciendo que no van a votar o que no les interesa la política. Estas personas son gente de mi edad, estudiantes de 17 o 18 años, algunos incluso rondando los 19, quienes dentro de nada tendrán la opción de votar. Las próximas elecciones serán influenciadas por nuestra generación, y por lo tanto me parece sumamente importante que la gente esté concienciada sobre la importancia de la política y de tomar acción en estos casos. La política influencia todos los aspectos de nuestro día a día, y todos, como afectados, deberíamos estar al tanto de las opciones que se nos presentan y del poder que tenemos sobre el futuro. No votar es quedarse de brazos cruzados frente al abanico de posibilidades ante nosotros, eligiendo la ignorancia en vez de hacer todo lo que esté en nuestras manos por el futuro que creamos mejor.

Aroia de Andrés Aguirre. Pamplona


Preparar o reparar

Su periódico acaba de publicar un informe sobre la cantidad de colegios, hospitales y plantas industriales situados en zonas inundables en España. Eso debería obligarnos a mirar una realidad incómoda. Existen, y cada vez más, dos Europas: la que se prepara y la que repara, la que invierte y la que gasta. Durante décadas, hemos actuado como si el clima extremo fuera hipótesis o futuro lejano. Pero la emergencia climática ya erosiona nuestro bienestar, nuestra economía y nuestras vidas. No hablamos de escenarios remotos: hablamos del presente que se agrava cada año. Falta la decisión política de poner la adaptación climática en el centro, y conciencia en la ciudadanía para exigir eso a la política. La verdadera pregunta es esta: ¿qué Europa queremos ser?

José Luis Castillo Chaves. Granada

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