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Opas como panes

Ni soy cliente ni accionista del BBVA ni del Sabadell. Pero me tiene fascinada ver a dos peces gordos del Ibex darse lo suyo en prensa, radio, televisión y redes

Ni a Motos ni a Broncano ni a Supervivientes All Stars ni a MasterChef celebrity. Esta temporada estoy enganchadísima al reality de ...

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Ni a Motos ni a Broncano ni a Supervivientes All Stars ni a MasterChef celebrity. Esta temporada estoy enganchadísima al reality de la opa hostil del BBVA contra el Sabadell. Conste que ni soy cliente ni muchísimo menos accionista de ninguno de ambos bancos, que ni tengo la menor idea de economía, ni de la macro ni de la micro ni de la otra, y que ni me va ni me viene nada personal en el asunto. Pero, precisamente por eso, y porque pocas cosas me gustan más que una buena lucha en el barro, aunque el lodo apeste bajo perfumadas alfombras de tres dedos de gordas, me tiene fascinada ver día sí y día también a dos peces gordos del Ibex darse opas como panes por prensa, radio, televisión y redes.

No entraré en detalles: los tienen en las páginas de Economía de este periódico. Pero, en este contencioso, hasta los titulares son de culebrón venezolano: que no es ni una guerra ni una batalla entre Capuletos y Montescos, claman unos y otros, en la más palmaria demostración de que el latinajo excusatio non petita, accusatio manifesta sigue vivísimo. Por no hablar de esos multimillonarios haciéndose los guais en mangas de camisa, diciéndole al populacho que no canjeen ni locos, bros, o que estáis tardando en canjear, chavales. Solo les falta coger un megáfono y salir a gritar “solo sí es sí” y “no es no” en la sede de la Bolsa. Yo no me pronuncio, ya lo he dicho. De ir, iría con los pobres, con los pequeños, por aquello de David contra Goliath, pero, sin ser ninguna experta, tampoco es una tan ingenua para creer que alguno de los dos va descalzo. Ahora, lo cierto es que, desde los tiempos del “que te pego, leche”, del empresario expropiado Ruiz-Mateos al ministro expropiador Boyer, no se veía tanta pasión en los negocios. Lástima que la trifulca tenga los días contados. Este viernes expira el plazo, se pondrán las acciones sobre la mesa y se acabó el drama. Pero, ahora que lo escribo, sí me va algo personal en esto. Con el pastizal que se han dejado opantes y opados en anuncios en los medios aireando sus diferencias, quiero pensar que mi nómina, y la de media profesión, está cubierta un par de meses. Gane quien gane, yo ya he ganado.

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