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Amigos con conciencia de clase

Los lectores escriben sobre las desigualdades sociales, la guerra en Gaza, la manifestación ultra del viernes en Madrid y las declaraciones de Aznar contra el Gobierno

No hay nada más decepcionante que el que una amistad te falle. Hablo de una decepción con uno mismo, por saber en el fondo que te fallarían y haber creído que no lo harían. Y más aún si se trata de personas que se sienten con la superioridad moral de lanzar discursos neoliberales-productivistas diciéndote que si duermes nueve horas, comes bien y haces ejercicio serás feliz, obviando el hecho de que una es una joven en su veintena que sobrevive a duras penas con dos trabajos y tres horas diarias de traslado en transporte público. Uno podría creer que ese discurso solo está en las redes o que emana de influencers, pero no: cada vez se fortalece más la responsabilización individual del malestar y la desigualdad que padecemos, en lugar de verlo como algo sistémico. Justo cuando crees que estás cerca de ser una ermitaña, que has sido suficientemente selectiva y tienes la cantidad y calidad suficientes de amigos, todo se desvanece y piensas: “Nuevo filtro para futuras amistades: que irrefutablemente tengan conciencia de clase”.

Leslye Miller. Culiacán (Sinaloa, México)

Empatía averiada

Las personas que a estas alturas no se hayan conmovido con las imágenes de Gaza no lo habrán hecho tampoco viendo la última intervención en la ONU de Riyad Mansour, embajador de Palestina. Este veterano diplomático rompe a llorar al denunciar la situación insoportable de los niños en la Franja. Su actitud, tan digna, tan humana, contrasta con la frialdad del embajador de Israel, a quien esas palabras provocan un bostezo. En la comunidad internacional esta empatía averiada o selectiva anula toda capacidad de presión sobre el agresor. Demasiados políticos en la UE de los valores, como Feijóo, han necesitado 55.000 muertos y la práctica ocupación y destrucción de Gaza para que la “legítima defensa” mute a “disparate” o “desproporción”. ¿Necesitarán un exterminio completo en Gaza y un brutal apartheid en Cisjordania para emplear las palabras adecuadas?

Hortensia García García. Ávila

Oximorón

Entre vítores a Franco y a Hitler, con simbología propia de un tiempo en el que en este país las libertades y derechos de la ciudadanía eran cercenados, un grupo de exaltados patriotas clamaban este viernes a favor de la democracia y en contra del “Gobierno corrupto y criminal”. La escena, más propia de lo absurdo que de una protesta seria, provocaba un intenso chirrido ante los ojos del espectador. A tenor de las imágenes, muchos de los que se congregaron en las inmediaciones de La Moncloa lo hicieron amparándose en su derecho a expresarse en libertad. Sin embargo, defender la democracia haciendo apología del franquismo es un ejemplo de lo que se conoce en literatura como oxímoron.

Ignacio Azparren Tellería. Aibar (Navarra)

Ah, el fondo

Nos previene el expresidente José María Aznar contra los “bajos fondos” de donde, a su parecer, proceden los actuales gobernantes. Sin embargo, ¿no son más temibles los “altos fondos” de donde suele salir la mayoría?

José Carlos Herrero Yuste. Leganés (Madrid)

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