Asignatura pendiente: erradicar el ‘bullying’

Nunca entendí el motivo por el que sufrí bullying. Por eso medía bien mis palabras, escogía con cuidado mi ropa o trataba de esconder mi vello corporal, pero nunca era suficiente, siempre encontraban el motivo para comenzar con el espectáculo de humillaciones en el que yo era la eterna protagonista. Mandarme callar en público, proclamar en alto lo asqueroso de mi vello facial o asegurarse de dejarme en ridículo eran algunos de sus trucos favoritos. La niña de aquel entonces optó por aguantar, callar y encerrarse en sí misma a modo de escudo. Cuando tratamos el tema, mi madre siempre me traslada la gran culpabilidad que sintió al descubrir tardíamente aquella pesadilla. A escasos meses de ser yo también madre reflexiono y siempre llego a la conclusión de que preferiría mil veces tener una hija víctima de una experiencia como la mía, a ser madre de quien es responsable de la misma, porque, en este último caso, nunca me perdonaría haber educado a alguien que disfruta haciendo daño a otra persona. Así que, mamá, déjame decirte que tú nunca me fallaste.

María Fernández Gersol. Estepona (Málaga)

Rectificación sobre el CIS

El texto publicado por EL PAÍS el 12 de octubre sobre el Centro de Investigaciones Sociológicas me atribuye la afirmación de que en el CIS se pueden consultar 25.000 encuestas en abierto, algo que nunca dije, ya que el número total de encuestas que ha realizado esta institución a lo largo de toda su historia no llega siquiera a una quinta parte de dicha cifra.

José Félix Tezanos. Presidente del CIS. Madrid

Polémicas estériles

Cuando uno observa la realidad del mundo, véase las guerras de las que tanto se habla y de aquellas olvidadas pero que ocurren, la desesperación de tantos jóvenes marroquíes, senegaleses, entre otros, en busca de una vida mejor, el derroche de los millonarios amigotes de Elon Musk viajando alrededor de la Tierra y ve la diatriba entre si el programa de Broncano es mejor o peor que el de Motos, me pregunto ¿somos así de simples los humanos? Menos mal que todavía hay gente inteligente ayudando a conseguir un mundo mejor.

Ana Alonso Castrillo. Madrid

Publicidad y niños

Me sorprende que todavía se permita publicidad que anime a los niños a comer alimentos no saludables como galletas y cereales industriales. A la vuelta de septiembre, con los colegios empezando un nuevo curso, los anuncios en televisión así como las paradas de los autobuses se llenan de anuncios de este tipo de comida. Y es contradictorio, porque es evidente que estos alimentos industriales perjudican la salud y aumentan la obesidad de los más pequeños, pero hay tantos intereses encima de la mesa, que se mira para otro lado.

Elena García Ruiz. Málaga