Cartas al director

Bulos y medias verdades

Los lectores escriben sobre la manipulación del debate público, el terrorismo en Oriente Próximo, los comentarios inapropiados y la relación entre profesores y alumnos

Varios ciudadanos rusos escuchan un mensaje de Vladímir Putin en una pantalla gigante.Contributor (Getty Images)

Resulta muy frecuente, por desgracia, encontrarnos con noticias falsas tanto en las redes sociales como en algunos medios. Los bulos recorren los bares, las tertulias domésticas, los estudios o los platós con la misma facilidad que los comadreos de otros tiempos. Vuelan por los vericuetos de nuestras sociedades, compiten con las noticias contrastadas y, en muchas ocasiones, consiguen ser más persuasivos que la verdad. Tienen un punto morboso que atrae mucho más que una realidad plana. Pero si hay algo peor que un bulo o una mentira es una verdad a medias. Esto lo saben muy bien los propagandistas, algunos periodistas y, lo que es peor, algunos diputados, que las manejan a su antojo, para vergüenza ajena. “Un vaso medio vacío es también un vaso medio lleno, pero una mentira a medias de ninguna manera es una media verdad”, decía Jean Cocteau. Pero eso fue mucho antes de las inexistentes armas de destrucción masiva, las teorías conspirativas del 11-M o de un Parlamento donde una fotocopia reclame el sello de un tribunal de la Santa Inquisición.

Juan Carlos Fraile Pérez. Las Rozas de Madrid

¿Quién potencia el terrorismo?

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El reconocimiento del Estado palestino por gobiernos europeos como el español ha sido calificado absurdamente por el Ejecutivo israelí como un premio a la actividad terrorista de Hamás. No es así. Lo que potencia a Hamás son las discriminaciones y los ataques al pueblo palestino, y lo que potencia al Gobierno de Benjamín Netanyahu son las acciones de Hamás. Se necesita la convivencia de ambos Estados, el de Palestina y el de Israel, para posibilitar lo que Yasir Arafat denominó en su día “la paz de los valientes”, poniendo fin al ojo por ojo y a la voluntad de eliminar al otro.

Daniel Gil Pérez. Valencia

El valor del silencio

Con la llegada del verano y la mayor exposición de nuestros cuerpos, me gustaría animar a todos a abstenernos de emitir opiniones sobre el físico de los demás. Todos somos conscientes de si hemos engordado, adelgazado, de si no nos bronceamos o de si tenemos granos en la cara, etcétera. Entonces ¿por qué hay personas que insisten en recordárnoslo? Si nuestro comentario no es algo que se pueda solucionar en el momento o no aporta algo positivo a la persona que lo va a recibir, es mejor no decir nada. El respeto y la empatía deben ser nuestras guías en esta temporada y siempre.

Carla Gerolami. Lleida

Profesores y alumnos que marcan

Soy profesor de secundaria. La pasada semana tuve la inmensa fortuna de poder acompañar a mis alumnos en su gala de graduación de bachillerato. Desde entonces, no dejo de pensar en lo mucho que se habla de aquellos profesores que a todos nos han marcado alguna vez en nuestra vida como alumnos y de lo poco que se habla de los alumnos que tanto nos marcan a nosotros, los profesores. Mi vida es mejor y más feliz desde que soy profesor, y lo es gracias a que mis alumnos, esos seres en su mayoría maravillosos, hacen que así sea.

Ángel Bernabé Muñoz. Madrid

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