Las disculpas de Bildu

Los lectores escriben sobre la memoria del terrorismo de ETA, la ideologización de la bicicleta, la ganadora del World Press Photo, la violencia contra los profesores y los precios de la vivienda

Dos mujeres pegan un cartel de Pello Otxandiano en la parte vieja de San Sebastián.Javier Hernandez

Pedir disculpas por si las palabras del candidato a lehendakari pudieran ofender a las víctimas de ETA no es suficiente. Además de pedir perdón por el dolor causado, a Bildu le falta dar un paso más hacia la normalidad política; y es reconocer que ETA fue una banda terrorista. Para juzgar a EH Bildu con serenidad y justicia, hay que partir de dos puntos. Primero, ...

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Pedir disculpas por si las palabras del candidato a lehendakari pudieran ofender a las víctimas de ETA no es suficiente. Además de pedir perdón por el dolor causado, a Bildu le falta dar un paso más hacia la normalidad política; y es reconocer que ETA fue una banda terrorista. Para juzgar a EH Bildu con serenidad y justicia, hay que partir de dos puntos. Primero, ETA ya no existe. Bildu representa el paso valiente y decidido de haber cambiado las pistolas por la palabra. Es el lado positivo y todo demócrata debe sentirse orgulloso. Pero hay otro, negativo. Los que un día apoyaron a ETA deben reconocer que causó mucho daño, y que no condujo a nada.

Julio García-Casarrubios. Valdepeñas (Ciudad Real)

La bicicleta es de derechas

La bici es un medio de transporte individual que te lleva de puerta a puerta. Es eficiente: no padece ni provoca atascos. Ahorra gasto público en salud: los que se mueven en bici son más sanos (física y mentalmente) y no contribuyen a la contaminación, que provoca tantas muertes prematuras. Por algún motivo, es un estereotipo de izquierdas, cuando existen muchos ejemplos de políticos de derecha que han fomentado su uso. Una víctima más de la batalla política que vivimos en España, llena de prejuicios y falsedades.

Isabel Ramis. Madrid

Retrato de una tragedia

La fotografía ganadora del World Press Photo 2024 expresa el dolor y la tragedia que impregnan la vida en Gaza: una mujer abraza compungida el sudario de una niña en un rincón del hospital Nasser. No hay rostros, solo se asoma entre la ropa la piel de una mano. Sabemos que son familia y conocemos sus nombres, pero esa imagen podría ser la de cualquier gazatí. Veo esa foto y, entre la rabia y la frustración, me pregunto hasta cuando los líderes occidentales mirarán hacia otro lado mientras Israel destruye Gaza con total impunidad.

Emanuela Cardoso Onofre de Alencar. Rivas Vaciamadrid (Madrid)

Falta de autoridad

Leo lo siguiente: “Seis de cada diez profesores catalanes denuncian agresiones físicas o verbales por parte de alumnos”. Soy exprofesor y esta situación ya la viví. Los alumnos son los que mandan en los institutos gracias a que los padres dan la razón a sus hijos. Así, el profesor tiene que pasar por una especie de juicio, cuyos jueces son los padres del alumno y la dirección del centro. La autoridad del profesor desaparece.

Joan Palacín Coll. Caldes de Montbui (Barcelona)

Sin vivienda, no hay familia

Los sueldos medios españoles no nos permiten endeudarnos para tener un hogar. Mientras, otros tienen varias hipotecas que van pagando con los beneficios de alquileres inflados y pisos turísticos. ¿Es legal? Pues parece que sí. ¿Es ético? Pues igual no. La diferencia entre ricos y pobres cada vez es mayor. Y no hace más que crecer si los jóvenes nos dejamos un 43% de nuestro sueldo en un alquiler. ¿Cuándo alguien se va a dar cuenta de que, sin hogar, los jóvenes no podemos formar una familia?

Rosana Giménez. Madrid


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