El móvil en los colegios

Es una preocupación para mí el tema de los móviles en los centros escolares y la dependencia que crea a los niños. Siete de cada diez menores entre 10 y 15 años tiene móvil. Están abducidos y controlados por aplicaciones como WhatsApp, Instagram, Facebook, Twitter, TikTok, Snapchat... y mientras lo usan están perdiendo competencias básicas como la lectura y la escritura. Se habla...

Es una preocupación para mí el tema de los móviles en los centros escolares y la dependencia que crea a los niños. Siete de cada diez menores entre 10 y 15 años tiene móvil. Están abducidos y controlados por aplicaciones como WhatsApp, Instagram, Facebook, Twitter, TikTok, Snapchat... y mientras lo usan están perdiendo competencias básicas como la lectura y la escritura. Se habla de enfermedades y efectos secundarios por el uso del móvil. Es cierto que están sin demostrar, pero hay que dar tiempo —aunque la nomofobia y la ansiedad sí que están diagnosticadas y son fácilmente reconocibles a través del comportamiento—. Tenemos un problema y conviene atajarlo porque creo que el mal ya está hecho en alguna generación, pero es conveniente rectificar. Padres, hay que decidirse a decir no a sus hijos, pero empiecen con su no personal que buena falta les hace. La cibernética está constituyendo una bomba de relojería que al hombre, cualquier día, le puede estallar en las manos. Y ojo, que llega con fuerza la inteligencia artificial.

Mariano Aguas Jáuregui. Zaragoza

Horas extras impagadas

Ahora que entramos en la Navidad, uno de los períodos del año de mayor actividad laboral, conviene recordar que uno de los mayores abusos que ocurren en el mundo del trabajo es el impago por parte del empresario de las horas extraordinarias que hacen sus empleados. Trabajan a cambio de una retribución que no perciben. Sin embargo, está por ver que los máximos representantes de las distintas organizaciones empresariales exijan públicamente a sus socios, abonados y colegas que abandonen esta práctica. Solo se les pide cumplir con una de las normas más elementales del libre mercado en el que desenvuelven su actividad: respetar las contraprestaciones acordadas entre las partes.

Enrique Chicote Serna. Arganda del Rey (Madrid)

Aprender a envejecer

Soy una mujer de 47 años a la que, como a la mayoría, le cuesta sobrellevar el paso del tiempo. A partir de cierta edad, el rostro se convierte en un claro reflejo del paso de los años, derivando en el primer punto de etiquetado dentro de nuestro entorno social. Son muchas las mujeres que tengo a mi alrededor que, como norma, recurren a tratamientos de bótox para intentar revertir ese proceso, una lucha temporal que implica un riesgo. Me llama la atención cómo la sociedad actual está normalizando el uso de ciertas sustancias para tapar la realidad del tiempo. Se trata de otra consecuencia más generada por la búsqueda de la perfección a la que nos han derivado las redes sociales. Saber envejecer no es algo que se pueda tapar con ninguna inyección química, es un proceso mental que más tarde o más temprano y por mucho que nos cueste, debemos aprender a aceptar.

Gema Invernón Ramos. Barcelona

¿Hasta cuándo?

¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo piensa Alberto Núñez Feijóo insultar la inteligencia de los españoles diciendo al mismo tiempo sin sonrojarse que no se puede pactar con los extremos y asumir las exigencias de Vox en Baleares?

Rosa María Ballestero. Madrid