El odio no es la respuesta

Los lectores escriben sobre las manifestaciones contra Pedro Sánchez, el coste que supone la muerte de un familiar, la amnistía y el fallecimiento de una joven por el calor en un concierto en Río

Concentración el sábado ante la sede del PSOE en Madrid.Claudio Álvarez

Resulta sumamente triste ver el odio alimentado por la situación política actual, con las protestas contra la formación del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Hace ya mucho tiempo que la rabia y el desprecio se han apoderado de los símbolos que en un pasado fueron una simple representación de...

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Resulta sumamente triste ver el odio alimentado por la situación política actual, con las protestas contra la formación del nuevo Gobierno de Pedro Sánchez. Hace ya mucho tiempo que la rabia y el desprecio se han apoderado de los símbolos que en un pasado fueron una simple representación del país, manchándolos de una connotación terrible y desvinculándolos de todos esos ciudadanos que no se mueven por este odio tan cegador y peligroso. Ahora, en cambio, parece que los gritos de alabanza al franquismo no solo son tolerados, sino que hasta pueden llegar a recibirse con simpatía. Los insultos y las faltas de respeto constantes son la norma ante las diferencias ideológicas, y se ha conseguido, sin ninguna dificultad aparente, que signos como la bandera del país acaben representando una oda al fascismo. ¿Hasta cuándo vamos a seguir dando rienda suelta a estos comportamientos, justificándolos con el enfado de sus defensores? La respuesta ante la decepción o por las discrepancias con la política del país no se hallará nunca en la violencia ni el odio. Si no tenemos esto claro, estamos perdidos.

Julieta Mir Roca. Barcelona

El privilegio de morir

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He vivido mi primera pérdida y he comprobado que fallecer es un lujo. No solamente el ataúd puede llegar a rondar los 5.000 euros. La incineración suma hasta 2.000 euros a esa cifra, y en caso de entierro, como mínimo son 1.400 euros. Los números empeoran con gastos como la sala de velatorio, la ceremonia y las flores. La preocupación se suma al dolor de la pérdida, una mezcla de emociones tan heterogénea como desagradable. Decido tomarme la vida con ironía y comentar con familiares lo curioso que resulta descubrir que morir es un privilegio.

Sarah Salau Morales. Barcelona

Opinar de todo

¿De verdad no se siente usted un extraño cuando todo el mundo tiene una opinión sobre lo que está pasando estos días y usted no? Extraño es poco; me siento directamente un extraterrestre. Pero ¿ni siquiera tiene usted un parecer, aunque sea vago, sobre los pactos de Pedro Sánchez ni sobre la amnistía? Pues no, no lo tengo, qué le voy a hacer. ¿Y en su casa cómo lo llevan? Fatal, mi mujer no me habla, mis hijos se avergüenzan de mí. Dicen que vivir con una persona sin criterio es insoportable. ¿Usted no se hace preguntas como para qué se pacta con los separatistas o por qué se amnistía a los implicados en el procés? No; yo pienso que los que deciden estas cosas tendrán más datos que yo. Pero ¿qué clase de persona es usted? Pues no sé; a mí me enseñaron de pequeño que hay que confiar en los que saben más que tú y no ir de listo por la vida.

Mario Suárez. Pilas (Sevilla)

Tragedia evitable

Lo que pasó el sábado en Brasil es una vergüenza: una joven de 23 años falleció de una parada cardíaca durante un concierto de Taylor Swift en Río de Janeiro debido a las altas temperaturas y a la mala gestión del evento. En el recinto no dejaban entrar agua y tampoco la proporcionaban a las personas que se encontraban mal. Los organizadores del concierto deberían haber puesto la seguridad de las personas antes que todo, pero no es lo que hicieron. Esta tragedia podría haberse evitado. Esperemos que no vuelva a repetirse.

Ainoa Merchan Carballo. Sant Celoni (Barcelona)


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