Yo soy machista

Los lectores escriben sobre la labor de los hombres para acabar con las actitudes machistas, las obras en las escuelas infantiles de la Comunidad de Madrid, la investidura de Alberto Núñez Feijóo y criticasn las declaraciones del presidente de los hosteleros

Las jugadoras españolas y suecas comparecen juntas con el lema 'SeAcabó. Nuestra lucha es una lucha global' antes del inicio del partido entre ambas selecciones, este viernes en Gotemburgo.David Lidstrom (Getty Images)

A mí me parece que, salvo raras excepciones, todos los hombres somos machistas. Yo el primero. La única diferencia entre nosotros, los machistas, es que algunos lo sabemos y tratamos de corregirlo, como quien conoce que padece algún trastorno y busca poner remedio para extinguirlo; y luego están los machistas renuentes, los peores, que son aquellos que niegan serlo, y por tanto, no sienten la necesidad de hacer nada para aliviar sus nocivos efectos. Tiene su lógica: difícilmente vas a rectificar una mala actitud, o curar una e...

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A mí me parece que, salvo raras excepciones, todos los hombres somos machistas. Yo el primero. La única diferencia entre nosotros, los machistas, es que algunos lo sabemos y tratamos de corregirlo, como quien conoce que padece algún trastorno y busca poner remedio para extinguirlo; y luego están los machistas renuentes, los peores, que son aquellos que niegan serlo, y por tanto, no sienten la necesidad de hacer nada para aliviar sus nocivos efectos. Tiene su lógica: difícilmente vas a rectificar una mala actitud, o curar una enfermedad, si partes de la base de que no te afecta. Queda un largo camino por recorrer para atajar este machismo estructural que late en nuestra sociedad. En este sentido, la Roja femenina de fútbol ha dado un paso de gigante, pero ahora nos toca al conjunto de machistas, convictos y negacionistas, dar muchos pasitos y el primero es que todos reconozcamos la presencia de esta lacra en nosotros mismos.

Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño

Escuela infantil en construcción

Mi bebé de 10 meses ha estrenado una de las escuelas infantiles que la Comunidad de Madrid ha abierto en los colegios. Una de las propuestas estrella de Isabel Díaz Ayuso, pero las obras, que empezaron con un mes de retraso, continúan y las condiciones de las instalaciones son vergonzosas. El aula de mi bebé ahora mismo es una sala de profesores en la que han improvisado un corralito con sillas y tatamis. Del colegio no tengo ninguna queja, al contrario, se están dejando la piel y hacen lo que pueden con los medios disponibles, pero la comunidad no responde y nuestros hijos siguen sin aulas y un patio adaptados a sus necesidades.

Clara Lorda Fernández. Pozuelo de Alarcón (Madrid)

Investidura fallida

La investidura de Alberto Núñez Feijóo no será, previsiblemente, a presidente de Gobierno, sino a opositor del posible Gobierno de Sánchez. Es una investidura fallida anunciada. En su desesperación, Feijóo llamó a Emiliano García-Page para invitarle a que realice una especie de tamayazo con la esperanza de que al menos cuatro socialistas traicionen a Sánchez y le apoyen a él. Juan Manuel Moreno también llama a los diputados del PSOE a rebelarse y votar a favor de la investidura del PP. Triste y lamentable esperanza. Nos esperan cuatro años, otra vez, de oír al PP llamar ilegítimo al Gobierno que pueda formar el PSOE, cuatro años de aburrirnos con sus acusaciones, de presentar recursos contra leyes, etcétera. Los días 26 y 27 de septiembre serán la anunciada crónica de una investidura fallida.

Martina Pellejero Cuéllar. Zaragoza

Toda la vida

“Toda la vida se ha hecho media jornada, de 12 a 12″, son las palabras de José Luis Yzuel con relación a la falta de profesionales de la hostelería. Una vez más, el tópico de “lo de toda la vida” y la infravaloración de la juventud expuesta de forma jocosa desde una posición privilegiada y de responsabilidad. Siento decirle a Yzuel que esta juventud “de cristal” de la que tanto se burla delante de sus compañeros ha tenido, tiene y tendrá la capacidad de anteponer su vida al trabajo y acabar con esas “tradiciones” que tanto le gustan.

Ander Sáez. Castro-Urdiales (Cantabria)

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