Celebrar la muerte

La red evidencia en los comentarios sobre el terremoto de Marruecos el racismo galopante que pervive en España

Varios hombres caminaban el domingo por las destrozadas calles de Amizmiz, localidad situada a unos 30 kilómetros del epicentro del terremoto en Marruecos.María Traspaderne (EFE)

Cuando ocurre una tragedia de las dimensiones del terremoto de Marruecos, no es fácil pasearse por X (Twitter para los humanos). Primero, porque cualquier tuit que se escriba mientras sigue subiendo el contador de los muertos tiene el gusto metálico de la frivolidad. Al menos durante las primeras horas, en las que las informaciones confirman que la devastación empeora en un país que vemos desde nuestra costa. Y, después, por los riesgos del ...

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Cuando ocurre una tragedia de las dimensiones del terremoto de Marruecos, no es fácil pasearse por X (Twitter para los humanos). Primero, porque cualquier tuit que se escriba mientras sigue subiendo el contador de los muertos tiene el gusto metálico de la frivolidad. Al menos durante las primeras horas, en las que las informaciones confirman que la devastación empeora en un país que vemos desde nuestra costa. Y, después, por los riesgos del scroll que ya pueden imaginar. “Pocos me parecen”; “que la fiesta no pare”; “empezaré una pata de jamón de cerdo para celebrarlo”; “en España hoy se brinda”; “justicia divina”; “se celebra”... Personas que se alegran con las muertes de niños, de ancianos, de adultos... Lo mejor es aferrarse a la idea de que son críos, gente sola, con poca fortuna y menos amor, o el último colgado de la barra del bar. Una lectura buenista —woke, para los que prefieran el insulto— que no funciona ante la actuación estelar de Sílvia Orriols, la alcaldesa de Ripoll (Girona), de la ultraderechista y xenófoba Aliança Catalana. Búsquenla ustedes mismos si tienen ganas.

La mayoría de los comentarios se arremolinan en subgrupos temáticos, agazapados en las respuestas a los dirigentes políticos que han lamentado la catástrofe (no cuenten entre ellos a Santiago Abascal, al menos hasta la noche de este domingo). Los hay que abrazan la máxima de la extrema derecha de primero los de aquí. “Ya se están cociendo unos milloncitos de ayudas para jovenlandia”; “lo peor es que ayudará más a Marruecos. Bueno, les ayudaremos, porque es nuestro dinero”; “¿que me alegro del terremoto en Marruecos? Pues no. ¿Que estoy en contra de ayudarles? Pues sí”.

También hay quienes consideran que los marroquíes son un hatajo de delincuentes. “A los que han robado, asaltado y violado, les hablas del ‘querido pueblo marroquí’ (…) Si tanto lo quieres, vete con ellos”; “a ver si montáis un barco, y les enviáis 1.000 o 2.000 de esos ilegales que nos han entrado en el último mes para que ayuden a sus compatriotas a retirar escombros, en vez de estar delinquiendo en España”; “los que sufrimos la delincuencia diaria por culpa de vosotros que importáis ilegales asalvajados, nos importa una reputísima mierda lo que les pase allí donde fabrican asesinos, terroristas y violadores”.

Y los que lo no lo pueden evitar: ven los cascotes enterrando vivas a miles de personas y lo primero en lo que piensan es en los atentados terroristas del Estado Islámico. “Ahora tengo en la cabeza los moros que atentaron en las ramblas de Barcelona. ¿Alguien tiene el vídeo del rey de Marruecos afectado y pidiendo perdón?”; “estoy tan afectada por el terremoto de Marruecos como la comunidad marroquí por el 11-M, el 17-A, el 14-N en París, el 14-J Nice, etcétera”. A ellos les siguen quienes temen que los supervivientes de la catástrofe encima tengan el descaro de migrar a España: “Si hasta ahora llegaban marroquíes sin ninguna necesidad, atraídos por la ventaja de vivir sin trabajar, preparémonos por el alud de verdaderamente necesitados por el terremoto”.

“La inmensísima mayoría de los tuits que he visto sobre Marruecos han sido de todo tipo de gente (desde famosos y dirigentes hasta gente random) consternada por la catástrofe. He visto más gente quejándose de los desalmados que tuits de los desalmados”, escribe el divulgador Pedro Torrijos en la red social. “Buscad en los lugares adecuados”, añade, cargado de razón y ofreciendo un poco de oxígeno a quienes leemos consternados tales comentarios. Otra usuaria le recuerda que eso tiene un nombre: la cámara de eco. Seguir a quien piensa como tú para reforzar las propias ideas. Vivir como si el racismo no creciese galopante a nuestro alrededor.

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