Hasta siempre, amigo Mauricio

Los lectores rinden homenaje al periodista de EL PAÍS Mauricio Vicent, fallecido ayer, y escriben sobre la voluntad de Alberto Núñez Feijóo de suprimir el Ministerio de Igualdad, el sentimiento de culpa, la inteligencia artificial y las ciudades del siglo XXI

El periodista Mauricio Vicent.Uly Martín

No habría podido escribir mi libro Cuba Roja sin Mauricio Vicent. Ni enviar centenares de crónicas sin él. Su casa estuvo siempre abierta para mí y otros muchos periodistas que visitábamos La Habana. Lo conocí en sus inicios como corresponsal de este periódico. Me abrió las puertas de los cerrados despachos de la dirigencia cubana. Y me llevó al salón de su casa a muchos personajes que yo deseaba entrevistar: desde Silvio Rodríguez a un puñado de jóvenes cubanas que me hablaron de su vida e ilusiones. Pero sobre todo, me abrió su corazón....

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No habría podido escribir mi libro Cuba Roja sin Mauricio Vicent. Ni enviar centenares de crónicas sin él. Su casa estuvo siempre abierta para mí y otros muchos periodistas que visitábamos La Habana. Lo conocí en sus inicios como corresponsal de este periódico. Me abrió las puertas de los cerrados despachos de la dirigencia cubana. Y me llevó al salón de su casa a muchos personajes que yo deseaba entrevistar: desde Silvio Rodríguez a un puñado de jóvenes cubanas que me hablaron de su vida e ilusiones. Pero sobre todo, me abrió su corazón. Eternamente agradecido, Mauricio.

Román Orozco. Manzanares (Ciudad Real)

Ministerios

Hay que agradecer a Núñez Feijóo su sinceridad. Ni Ministerio de Igualdad, ni ley de memoria histórica y ajustes a la ley de eutanasia. La derecha misógina y negacionista en todo su esplendor. Si añadimos el negacionismo climático y sus recetas para combatirlo —una planta en cada balcón— de Díaz Ayuso, ya tenemos el conjunto de medidas para devolvernos a ese pasado, tan añorado por algunos. Y hablando de nostálgicos, mención especial para esos que juegan al corta y pega en sus programas electorales, que hacen bueno aquello de que la ignorancia es atrevida. ¿O acaso alguien ha visto a Abascal hablando de economía o de educación, más allá de los tópicos de siempre? Y estos son los que van a salvar el país. ¡Qué miedo!

José Mari Goienola Montoia. Bilbao

Dejar de sentir culpa

Los egocéntricos necesitan nuestra ayuda. No hablo de aquellas personas orgullosas que se enaltecen a costa de empequeñecer a los demás, sino de aquellos a los que una mala palabra de otros les hace cuestionarse si han sido lo suficientemente amables, aquellos a los que si rechazan tras una entrevista de trabajo, piensan que nunca serán capaces de conseguir un empleo, aquellos que han suspendido un examen y se dicen que no tienen capacidad suficiente, a todas aquellas personas que ven en todo su culpa. A veces, que nos digan que no somos el centro del universo es el mayor de los alivios.

Ainara Quirós Castro. Madrid

Frenar la máquina

Nos asustamos, nos ponemos tremendos con el tema de la IA, y Bruselas pide que se identifiquen las publicaciones generadas por inteligencia artificial. Parece buena medida, pero en realidad llevamos años observando cómo bots de Twitter son capaces de torpedear elecciones e influir en opiniones o cómo los infuencers se han convertido en avatares digitales que generan imágenes y experiencias que la humanidad imita. La diferencia radica en quién hay detrás de dichas publicaciones, si personas o combinaciones de datos. Reconozcamos que llevamos ya algún tiempo siendo dominados por aplicaciones y alimentando esa temida máquina. A ver quién echa el freno ahora.

Jesús Galeote. Málaga

Ciudadano

Busco en el diccionario de la RAE la palabra ciudadano, y en su quinta acepción la significa como “habitante libre de las ciudades antiguas”. Me pregunto si cabe una sexta acepción en la cual se considere ciudadano al “habitante que se cree libre en las ciudades del siglo XXI”.

Fernando Martínez Blasco. Madrid



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