Frente a la Polonia iliberal

Las protestas multitudinarias en la calle contra el Gobierno de Ley y Justicia refuerzan la condena de la UE contra la vulneración del Estado de derecho

Protesta convocada por la oposición para conmemorar el 34 aniversario de las primeras elecciones democráticas celebradas en Polonia tras la guerra, en Varsovia el domingo.KACPER PEMPEL (REUTERS)

La convocatoria de la oposición el pasado domingo logró llenar Varsovia y otras ciudades del país con potentes manifestaciones en el aniversario de las elecciones de 1989 que marcaron el salto del país del régimen comunista hacia la democracia. La presencia del que fuera entonces...

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La convocatoria de la oposición el pasado domingo logró llenar Varsovia y otras ciudades del país con potentes manifestaciones en el aniversario de las elecciones de 1989 que marcaron el salto del país del régimen comunista hacia la democracia. La presencia del que fuera entonces líder del sindicato Solidaridad, Lech Walesa, hizo más evidente la conexión con el pasado. El deterioro de la calidad democrática de Polonia es la denuncia central de quienes salieron a la calle mientras este lunes el Tribunal de Justicia de la UE les daba la razón al pronunciarse contundentemente contra la reforma que hizo el Gobierno ultraconservador de Ley y Justicia para mantener en el Tribunal Supremo una sala disciplinaria para sancionar a los jueces que aplicaran el derecho de la Unión.

La última iniciativa del Gobierno polaco que despierta suspicacias es la ley formalmente dirigida a constituir una comisión de investigación sobre la influencia rusa en el país a partir de 2007, pero puede convertirse en una herramienta contra el líder de la oposición, y antiguo presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, para inhabilitarlo para ejercer cargos públicos. Tras las presiones de Bruselas y Washington, el presidente aceptó enmendar la ley. Ha sido un paso más en la erosión del Estado de derecho, al que hay que sumar otros, irreconciliables con los principios de la UE, como las propuestas de asfixiar la legislación sobre aborto o la creación de guetos que allí llaman “zonas libres de ideología LGTBI”.

La evolución del partido ultraconservador en el Gobierno no ceja en sus ataques a valores de la UE en torno al Estado de derecho y la protección de las minorías. Bruselas tiene instrumentos legales para que la campaña electoral de los próximos meses sea lo más transparente y equilibrada posible. Como muestran la Hungría de Orbán y la Turquía de Erdogan, los poderes que debilitan la democracia difícilmente dan marcha atrás. Los resultados electorales acaban siendo condicionados por una sociedad sometida a una prolongada presión sobre los medios o el poder judicial, y por el hostigamiento abierto a los líderes opositores. Polonia es una pieza fundamental de la UE, y una importante cantidad de sus ciudadanos salieron a la calle para exigir una competición democrática limpia y sin cazas de brujas escondidas detrás del estandarte de la lucha contra Putin.

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