Quedémonos con lo esencial

Recientemente hemos conocido que la supresión de más de 10.000 piezas de nuestro ADN fue uno de los factores que nos permitió configurarnos como humanos en contra de lo sucedido en otros mamíferos. Esto debería hacernos reflexionar. ¿Habrá en el fondo de nuestro ADN un gusto por lo breve, por lo no superfluo, por lo esencial? En esta época de sobreabundancia informativa, y más ahora que entramos en un largo periodo electoral, convendría que los distintos par...

Recientemente hemos conocido que la supresión de más de 10.000 piezas de nuestro ADN fue uno de los factores que nos permitió configurarnos como humanos en contra de lo sucedido en otros mamíferos. Esto debería hacernos reflexionar. ¿Habrá en el fondo de nuestro ADN un gusto por lo breve, por lo no superfluo, por lo esencial? En esta época de sobreabundancia informativa, y más ahora que entramos en un largo periodo electoral, convendría que los distintos partidos tomasen nota y se aplicaran un poco. No sería muy difícil: desechar las declaraciones vacuas y altisonantes y ofrecer mensajes que indiquen con claridad las medidas y actuaciones que proponen, la financiación prevista para cada una de ellas y las formas que plantean para dialogar con los demás y buscar soluciones en cada caso. Aparte quedarían los actos repetitivos y autocomplacientes, las frasecitas llamativas, las descalificaciones, el espectáculo. Sería de agradecer. Menos puede ser más.

Julio Flórez García. Gijón

Móviles y reciclaje

En España, el reciclaje de teléfonos móviles es una práctica que aún tiene un largo camino por recorrer. A pesar de que existen iniciativas y programas para fomentar la reutilización y el reciclaje de estos dispositivos, todavía son muchos los ciudadanos que desconocen su importancia y los beneficios que conlleva. La mayoría de los teléfonos contienen materiales tóxicos que pueden contaminar el medio ambiente. Además, la extracción de los materiales necesarios para fabricar los dispositivos móviles supone un importante daño al planeta. Por otro lado, al reciclar estos dispositivos, los materiales pueden ser reutilizados para la fabricación de nuevos productos.

Paula Rodríguez Martín. Gavá (Barcelona)

No somos ricos

La celiaquía no tiene cura, no hay medicamentos que podamos consumir para su tratamiento, así que la alimentación es nuestra medicina para encontrarnos bien. Es un hecho que el coste de la cesta de la compra en una familia celíaca es superior al de las familias no celíacas y no somos ricos. Es entendible que los precios de la materia prima y el proceso de fabricación sea más caro, por lo que pienso que ofreciendo ayudas y subvenciones se ayude a que las personas celíacas que no pueden permitirse productos tan caros puedan seguir la dieta necesaria para su salud.

Claudia Serrano Grau. Valencia

Dejar la capital

Más de 300.000 residentes madrileños abandonaron la región entre 2020 y 2022. Vivir en Madrid es duro y caro. Y quiero pensar que la pandemia, además de encerrarnos en casa, nos hizo priorizar. Sobre todo, en afectos y acciones. Cada cierto tiempo voy a mi pueblo, uno de los de la España vaciada, con sus muchas casas y sus pocas gentes y ahora con un importante número de viviendas de turismo rural. Hay gente que todavía va al pueblo como si fuera algo exótico. En realidad, yo voy y veo dificultades, pero también privilegios. Aire puro, tranquilidad, paz mental... No es romantizar la falta de servicios, pero es que en plenas ciudades, cada vez más, nos faltan los servicios básicos. O será que yo me estoy haciendo mayor.

Rebeca Muñoz Gil. Madrid