Vox es tu padre
La formación ha registrado una proposición no de ley para que el Gobierno reconozca la importancia de la figura paterna
Durante la intervención de Santiago Abascal en el pleno de la moción de censura se evidenció la confluencia ideológica de Vox con las derechas radicales occidentales. La ideología de esa red, que corroe la democracia liberal desde dentro, se adapta a la tradición reaccionaria del país en el que actúa. Nuestro lado oscuro es el nacionalcatolicismo. Lo están resucitando. Al tiempo que se im...
Durante la intervención de Santiago Abascal en el pleno de la moción de censura se evidenció la confluencia ideológica de Vox con las derechas radicales occidentales. La ideología de esa red, que corroe la democracia liberal desde dentro, se adapta a la tradición reaccionaria del país en el que actúa. Nuestro lado oscuro es el nacionalcatolicismo. Lo están resucitando. Al tiempo que se impugna la agenda progresista del Gobierno, Vox reintroduce una ideología antimoderna que cuela como identitarismo. El 17 de marzo cuatro de sus diputados registraron una proposición no de ley cuyo propósito es el reconocimiento por parte del Gobierno de la importancia de la figura paterna. La exposición de motivos es nacionalcatolicismo en vena.
Su razonamiento parte de una fe: existe “el ethos del pueblo español” y está configurado por “costumbres y tradiciones religiosas”. La suma de esas tradiciones y costumbres, encarnadas en “símbolos y expresiones seculares”, son “el entramado que constituye una nacionalidad”. Esa vinculación explícita entre nación y catolicismo es la idea matriz del nacionalcatolicismo. De ella se desprende una cultura y un modelo de sociedad porque “las cosmovisiones religiosas” determinan cómo se manifiesta la nación. En tradiciones, también “en las líneas de conducta” o “en las formas de organización social”. Y esa cosmovisión, por tanto, lleva aparejada leyes y política. “Nada perdura en la acción de gobernantes cuando esta va contra el sentido de su constitución histórica, moral y psicológica”.
En la concepción del país que muestra esa iniciativa, más tóxica que la moción, se afirma que en España vivimos en “un evidente proceso de connaturalidad entre el hecho religioso y la identidad nacional”. Si la religión está injertada a la nación, pues, el Día del Padre merece un reconocimiento del Estado. San José se conmemora “en diversas naciones de la Hispanidad” —usando la expresión de la tradición reaccionaria— y, además, en sintonía con el falangismo patrio, no debe olvidarse a San José Obrero, “modelo de trabajadores y artesanos, puesto que como carpintero trabajó honestamente para asegurar el sustento de su familia”. Es un discurso de inequívocas resonancias franquistas que se presenta como una descripción obvia de la realidad presente.
Claro que “a pesar de esa realidad innegable”, debe tenerse en cuenta que esa idea del padre y la familia católica ha sido cuestionada. Ojito: “a partir de la década 1960-1970, ciertas teorías han contribuido en diferente medida a la consolidación de una ideología radicalizada y extremista, que pretendidamente busca deconstruir la paternidad y minusvalorar la aportación de los padres”. Contra esas teorías se debe poner orden en la galaxia dando la batalla cultural desde el Parlamento. Para defender la familia y la nación. “Es preciso oponerse a estas corrientes ideológicas y modas que persiguen la erosión de los lazos comunes, nacionales o familiares”. De aquí se salta a denunciar la guerra de sexos que se ha impuesto entre hombres y mujeres y se defiende al padre en tanto que ser amenazado, “han llegado a dinamitar la presunción de inocencia considerando a los hombres potenciales criminales por razón de ser varones”. Ante esa amenaza, pues, el “Gobierno de España tiene un papel esencial para defender el valor insustituible de los padres”.
A lo largo de las últimas semanas la atención periodística sobre Vox se ha centrado en la moción de censura. Mientras nos tocaba informar sobre las 48 horas en Marisquerías Tamames, el partido ha seguido impulsando en silencio su agenda en instituciones democráticas donde tiene representación. También registró una proposición no de ley en las Cortes de Aragón en la que pedía reconocer la figura del padre. Presentó una iniciativa igual sentido en las Cortes valencianas. Y en las de Castilla y León, donde gobierna con el moderado de la peineta, ha propuesto leer una declaración institucional en el pleno para reivindicar la figura paterna como “imprescindible para el desarrollo armónico de la familia y el carácter de los hijos, al igual que la de la madre”. Vox no es una broma. Todavía no nos hemos dado cuenta de su importancia. Vox es tu padre franquista.