El feminismo de Yolanda Díaz frente al revisionismo nostálgico de Tamames

La vicepresidenta aprovecha su turno en la moción de censura para presentarse como candidata a presidenta exhibiendo gestión, feminista y progresista, frente a un varón casi nonagenario que enmienda su pasado comunista

La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, en su réplica a Ramón Tamames, durante la moción de censura, este martes en el Congreso. Foto: LUIS SEVILLANO | Vídeo: EPV

Salvo cambio de guion, y como era previsible, salvo errores propios, el Gobierno de coalición saldrá reforzado de esta moción de censura que nunca debió ser, como evidenció el propio candidato, renunciando en más de una ocasión a dar la réplica procedente.

La primera sesión del debate dejó claras varias cosas: que la moción de censura era una huida desesperada de Vox ante las malas perspect...

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Salvo cambio de guion, y como era previsible, salvo errores propios, el Gobierno de coalición saldrá reforzado de esta moción de censura que nunca debió ser, como evidenció el propio candidato, renunciando en más de una ocasión a dar la réplica procedente.

La primera sesión del debate dejó claras varias cosas: que la moción de censura era una huida desesperada de Vox ante las malas perspectivas que lleva acumulando desde meses atrás, que Tamames se ha hecho una autoenmienda a la totalidad de su trayectoria —ya de por sí peculiar—, que el Gobierno de coalición va a exhibir durante la campaña hoja de servicios presumiendo de los logros obtenidos en cuatro años convulsos, y que Yolanda Díaz va a ser candidata a la presidencia del Gobierno en las próximas elecciones generales reivindicado el legado de este Ejecutivo y haciendo del feminismo uno de sus pilares.

En su intervención contestando al candidato Tamames y mediante un cuidado reparto de papeles aparentemente acordado con el presidente Sánchez, Yolanda Díaz ha empezado a mostrar los pilares de su proyecto sin descuidar un detalle.

La vicepresidenta ha comenzado con una reivindicación sin dudas ni titubeos del Gobierno de coalición, poniendo el énfasis en los logros y considerándolos compartidos, a diferencia de lo que últimamente acostumbran hacer otros dirigentes de Podemos. Con el agradecimiento personalizado a todos y cada uno de los ministros y ministras, se ha alzado sobre todos ellos.

Ha reivindicado Díaz la memoria histórica del movimiento estudiantil, del que el propio Tamames fue dirigente, del vecinal, del movimiento de los trabajadores y trabajadoras y de esas mujeres silenciadas. Su apelación a estas fuerzas transformadoras “que trajeron la democracia”, de las que se declara heredera, junto al papel del Partido Comunista, ha sido un potente mensaje a esas generaciones que recuerdan con orgullo su juventud y la forma en que contribuyeron a la democracia. Nada más opuesto a lo que en ese momento en el hemiciclo simbolizaba Tamames.

Díaz no ha renunciado a un repaso minucioso de las medidas tomadas para paliar la crisis económica derivada de la pandemia, las políticas de lucha contra la desigualdad, el escudo social, o los avances que ha hecho España en transición ecológica, entre otros. Ha pretendido así elevar una imagen de presidenciable.

Pero donde Yolanda Díaz ha querido poner, sin duda, el énfasis de su discurso ha sido en la defensa del feminismo. “Una España sin mujeres es una España inviable, sin propuestas. Y usted de manera muy sorprendente solo se ha dirigido a las mujeres para reprocharnos la baja fecundidad. Parecemos no existir y nos ha puesto deberes: 2,1 hijos por mujer. Las que no cumplimos con esa ratio, ¿estamos fuera de su realidad, somos inservibles?”. Las mujeres somos algo más que seres reproductivos, quería decir la vicepresidenta. Para continuar: “El suyo es un discurso construido en torno a un enorme vacío, las mujeres, las que están cambiando nuestro país. Pienso también en las que nunca están y nunca estarán. Las que son víctimas mortales de la violencia de género. No doméstica ni intrafamiliar. Violencia de género. Mujeres que ya no toleran la subordinación atávica del machismo que nos recluye en un rol de gestación, crianza y cuidados, apartándonos de los lugares de decisión y arrebatándonos la palabra”. Recalcaba así Díaz que el candidato independiente Tamames estaba blanqueando a quienes niegan la violencia machista. Como colofón, ha sentenciado, recogiéndolo después en un tuit: “Bienvenido al año 2023, bienvenido a la España de las mujeres”. Esa España de la que usted me habla ya no existe, venía a insinuar Díaz.

Una mujer protagonista de la España de hoy, que exhibe gestión, feminista y progresista, frente a un varón casi nonagenario que enmienda su pasado comunista.

¿Qué mejor imagen de presentación para un nuevo proyecto político? Falta saber cómo lo han sentido, vivido y valorado sus compañeras de filas.

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