Las que sostienen la sociedad

Los lectores opinan sobre las mujeres de edad avanzada, la fotografía analógica, el peligro de los patinetes eléctricos, las carreras universitarias y la presión social en las bodas

Las manos de una anciana.Europa Press

Esas manos, ya temblorosas, que amasan la harina, cortan las verduras o cosen un botón. Esos dedos expertos que calman a un nieto o transmiten tanto con un solo roce... Esas sonrisas calmadas de felicidad, o esas carcajadas de alegría, o ese ceño fruncido por el asombro o el enfado. Todas las expresiones marcan y remarcan las señales que el tiempo va grabando sobre el cuerpo. Y esas marcas delatan no solo la edad; definen a la persona, señalan la experiencia y las vivencias, todas ellas nos recuerdan lo que somos y lo que fuimos. Por eso, cuando veo a esas mujeres de edad avanzada arreglándose...

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Esas manos, ya temblorosas, que amasan la harina, cortan las verduras o cosen un botón. Esos dedos expertos que calman a un nieto o transmiten tanto con un solo roce... Esas sonrisas calmadas de felicidad, o esas carcajadas de alegría, o ese ceño fruncido por el asombro o el enfado. Todas las expresiones marcan y remarcan las señales que el tiempo va grabando sobre el cuerpo. Y esas marcas delatan no solo la edad; definen a la persona, señalan la experiencia y las vivencias, todas ellas nos recuerdan lo que somos y lo que fuimos. Por eso, cuando veo a esas mujeres de edad avanzada arreglándose como si fueran de fiesta, sonriendo a pesar de las pérdidas vitales acumuladas, a pesar de haber criado a hijos y a nietos, no puedo sino descubrirme ante ellas y reconocer el ejemplo que son para todos con su constancia, su esfuerzo, su sacrificio y su serenidad. Esas mujeres con arrugas son, en el fondo, las que sostienen a la sociedad.

Eduardo Costa Bejarano. Llíria (Valencia)

Recuerdos del verano

Un sentimiento del verano que creía que no volvería es la expectación. Gracias a mi pareja, un amante de las cámaras desechables, vuelvo a experimentarlo. Y veo cómo esa foto que creía perfecta está a contraluz y cómo aquella que salió por casualidad pasará a verse enmarcada en el salón. En un mundo digital, somos un reducto de resistencia los que seguimos revelando para tener nuestro pasado en las manos, tangible. ¿Nos encaminamos a un futuro sin recuerdos?

Juan Ortiz Álvarez. Sevilla

Peligrosos patinetes

En la ciudad de Alicante las aceras están literalmente tomadas por los patinetes eléctricos. Tienen prohibido circular por las aceras, aceras-bici y zonas peatonales, pero les da igual. Circulan peligrosamente a gran velocidad sin ninguna consideración hacia los peatones y además con total impunidad, ya que no se está haciendo nada efectivo desde el municipio para remediar el problema.

José Vicente Chanzá. Alicante

Hay esperanza

Cuando estudiaba Periodismo, una profesora dijo apenada que un padre no reacciona igual si su hijo le dice que quiere ser médico o ingeniero que si le dice que quiere ser periodista. Mientras en los primeros casos el progenitor reaccionaba con orgullo, el del aspirante a periodista se llevaba las manos a la cabeza. Sin embargo, mientras estos padres vierten bilis contras las letras, carreras como Filosofía aumenta su demanda. Hay esperanza.

Julia Font García. Madrid

La gran boda española

Cada vez que me invitan a una boda me echo a temblar. No solo por el dinero —pagar 150 euros como mínimo por persona me parece una barbaridad—, sino también porque, para una mujer, una boda es un modelo encorsetado que implica buscar un vestido, peinado, maquillaje, ponerse tacones... mientras te sometes al escrutinio público. Además, en las bodas la presión social es tan fuerte que declinar una invitación puede romper amistades y relaciones familiares. Yo misma me casé en febrero con una pequeña comida familiar y aún hoy hay quien nos echa en cara que no celebráramos la gran boda española.

Laura Martínez Valero. Madrid

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