Abuelos y nietos
Los lectores escriben sobre la relación con los mayores, las decisiones tomadas durante la pandemia, los impuestos y los servicios públicos. Y Javier de Lucas corrige un error en su cargo que se deslizó en una tribuna
Mi nieto de seis años me dice que me dedico a comer fruta, a leer el periódico y a desayunar un donut de chocolate. Le digo que hago otras cosas, como pasear, escribir y comprar en el súper. Es curioso e interesante saber lo que los nietos piensan de sus abuelos. Nuestra educación, distinta a la de sus padres, es importante para ellos; somos una referencia que les despierta la curiosidad. Al fin y al cabo, los abuelos somos sus segundos padres y ...
Mi nieto de seis años me dice que me dedico a comer fruta, a leer el periódico y a desayunar un donut de chocolate. Le digo que hago otras cosas, como pasear, escribir y comprar en el súper. Es curioso e interesante saber lo que los nietos piensan de sus abuelos. Nuestra educación, distinta a la de sus padres, es importante para ellos; somos una referencia que les despierta la curiosidad. Al fin y al cabo, los abuelos somos sus segundos padres y ellos, sangre de nuestra sangre. Es un tópico decir que los padres educan y los abuelos maleducan. Educamos de otra manera, sin imposiciones, mediante consejos y dando ejemplo. A veces, les aburrimos y nos cuesta gran esfuerzo ponernos a la par de ellos, compartir sus juegos. Lo más cierto es que cuando los padres dicen no, los abuelos dicen sí. Un nieto es una bendición, también una preocupación añadida a la preocupación por un hijo, pero es así la vida. Sin embargo, conozco algún caso de abuelo egoísta, desnaturalizado, que no quiere saber nada de sus nietos. Él se lo pierde.
Antonio Nadal Pería. Zaragoza
Yo me pregunto
¿Cómo se han podido producir los escándalos por posible estafa en la compra de material sanitario? Que si estaba justificada, o no, la simplificación de los trámites de contratación, dada la urgencia de la situación, que si el mundo era un mercado persa... Y yo me pregunto dos cosas: ¿nadie fue capaz de coordinar a la industria española, que tantas muestras de esfuerzo y solidaridad dio durante la pandemia, para que se transformaran sus cadenas de producción y, a precios y plazos razonables, produjeran el anhelado material?; ¿nadie fue capaz de destinar una buena partida para la investigación de una vacuna española contra la covid-19? Cuando la única idea ante un grave problema es salir al mercado con dinero, tenemos todos un problema.
Luis Pérez-Ródenas Espada. Murcia
De impuestos y servicios públicos
Dice Feijóo que quien no quiere bajar impuestos no tiene corazón. Yo estoy operada de esa víscera y sé que si sigue latiendo es gracias a la sanidad pública. Ninguna rebaja del IRPF me hubiera permitido costear esa intervención. Detrás del caramelo de la bajada de impuestos acechan el progresivo deterioro de los servicios públicos y las privatizaciones. No se trata de bajar impuestos, sino de que estos sean progresivos, de que no se deje caer la carga impositiva sobre las espaldas de las clases medias y de que se persiga con contundencia la corrupción que saquea impunemente lo público.
María Milagros Cristóbal. Madrid
Ese no es mi cargo
En su tribuna del lunes, Juan Luis Cebrián muestra que guarda buen archivo de cuanto se publica en EL PAÍS y tiene la deferencia de referirse al artículo Democracia, instituciones, equilibrio de poderes, de junio de 2021. Eso sí: me nombra “secretario de Derechos Humanos de la Generalitat valenciana”. Agradezco el honor, pero no hay tal cargo. Quizá el antiguo director quería referirse a que soy desde hace unos cuantos años profesor del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia, o a que desempeño desde noviembre de 2021 la secretaría de Derechos Humanos en la Comisión Ejecutiva Nacional del PSPV-PSOE.
Javier de Lucas. Valencia