Nuevas generaciones de políticos
Los lectores escriben sobre la falta de sentido de Estado de los dirigentes políticos más jóvenes y sus malas formas, la crisis del PP y la ofensiva de Rusia en Ucrania
Perplejidad y asombro, no sorpresa. Eso es lo que nos han deparado los últimos acontecimientos políticos. Los protagonistas, jóvenes formados y fuertemente adoctrinados ideológicamente para el asalto al poder desde las estructuras férreas de los partidos. Se ha escuchado afirmar por quienes se consideran muy buenos patriotas que la familia es lo más importante. Se equivocan: lo más importante es España, sus ciudadanos, sus problemas. Se han olvi...
Perplejidad y asombro, no sorpresa. Eso es lo que nos han deparado los últimos acontecimientos políticos. Los protagonistas, jóvenes formados y fuertemente adoctrinados ideológicamente para el asalto al poder desde las estructuras férreas de los partidos. Se ha escuchado afirmar por quienes se consideran muy buenos patriotas que la familia es lo más importante. Se equivocan: lo más importante es España, sus ciudadanos, sus problemas. Se han olvidado, aun siendo muy jóvenes, de un sentido de Estado que anhela el bien común por encima de luchas intestinas por el poder, de poner su formación política y humana al servicio de todos. Se han olvidado del diálogo como cauce de entendimiento, de que el adversario siempre puede aportar algo. Ahora, el descontento, el desapego y el hartazgo se hacen cada día más evidentes entre buena parte de los ciudadanos, que han desviado su intención de voto a postulados políticos muy peligrosos. La credibilidad y la solidez de nuestra democracia se debilita. Urge recuperar el diálogo, el entendimiento, el respeto y la concordia entre todos los partidos para dignificar la democracia.
Fernando Redondo Gimeno. Valladolid
La verdad de la clase política
¿Cómo se puede pasar en pocos días de ensalzar a un líder político a desacreditarlo? La compasión que ahora se puede sentir por Pablo Casado —él, un político errático, insolente y faltón— nos da la medida de esa lucha descarnada de poder y de intereses —para nada ideológica, que hubiera sido más comprensible— en el seno del PP y nos muestra la verdad vergonzosa, disfrazada de vocación de servicio público, de muchos políticos. Y pensar que esos mismos políticos, rastreros e hipócritas, van a seguir en el Congreso o gobernando autonomías...
Hortensia García García. Ávila
Defendamos lo público
La reciente lucha por el poder en el Partido Popular ha puesto de manifiesto, una vez más, las prácticas interesadas en la gestión de lo público, donde priman el amiguismo y los lazos familiares. La continuidad en esta forma de actuar rayana en la ilegalidad —ya tenemos investigaciones y sentencias de las diferentes tramas delictivas en el seno del Partido Popular— es preocupante. Me preocupa qué hacen con mis impuestos y qué harán con los fondos europeos. El voto ganador de Isabel Díaz Ayuso en Madrid tiene un reverso perdedor, el de aquellos que defendemos lo público y su gestión adecuada.
José Rafael Gutiérrez Vizuete. Madrid
Por la paz y la convivencia
Es muy triste e inhumano el comportamiento del presidente de Rusia contra el pueblo de Ucrania y sobre el pueblo ruso. Es la guerra, el peor método para discernir las controversias humanas o políticas. La guerra como herramienta para solucionar las diferencias políticas por un puñado de tierra al otro lado de la frontera delata la maldad de quienes quieren imponer por la irracionalidad de las armas sus criterios absolutos, sin razonar las consecuencias de daño creado. Son seres humanos quienes están muriendo en la batalla, son los pueblos quienes sufren los efectos nocivos del conflicto y son las personas quienes deben, debemos, gritar no a las guerras de los autoritarismos irracionales.
Victorio Martínez Armero. Móstoles (Madrid)