Urge que Lula diga qué haría con la Amazonia

El expresidente brasileño consiguió importantes objetivos sociales y políticos. Si quiere gobernar de nuevo, urge que tape el vacío más grande de sus periodos anteriores: la defensa del medioambiente y de la selva tropical más grande del mundo

El expresidente brasileño Lula da Silva, durante un acto con el Sindicato de Metalúrgicos en São Bernardo do Campo, este 29 de enero.CARLA CARNIEL (REUTERS)

El expresidente brasileño Lula da Silva aún no ha anunciado oficialmente su candidatura para las elecciones de octubre, pero ya prepara sus equipos y sus programas de gobierno. Ello porque todas las encuestas, sin excepción, lo dan como ganador con gran margen frente al resto de candidatos. Lula ya ha afirmado que su nuevo Gobierno no sería una repetición de sus dos anteriores, sino algo nuevo ajustado a las circunstancias que vive el país tras la desastrosa, g...

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El expresidente brasileño Lula da Silva aún no ha anunciado oficialmente su candidatura para las elecciones de octubre, pero ya prepara sus equipos y sus programas de gobierno. Ello porque todas las encuestas, sin excepción, lo dan como ganador con gran margen frente al resto de candidatos. Lula ya ha afirmado que su nuevo Gobierno no sería una repetición de sus dos anteriores, sino algo nuevo ajustado a las circunstancias que vive el país tras la desastrosa, golpista y negacionista presidencia de Jair Bolsonaro.

El tema de mayor importancia hoy el mundo es el de la defensa del medio ambiente, cuya destrucción podría ser una de las causas de la pandemia de la covid que está costando millones de muertos. Lula, sin embargo, aún no ha abordado con fuerza en sus discursos y entrevistas el tema crucial de la destrucción de la Amazonia, pulmón de la humanidad, que ofrece la mayor diversidad de especies y de agua potable del mundo.

La Amazonia ha sufrido con este Gobierno la mayor devastación de los últimos 15 años y esta seguirá si Bolsonaro es reelegido. De ahí la importancia que los aspirantes a la jefatura del Estado abran sus cartas para decir qué piensan hacer con la Amazonia y la defensa del medio ambiente.

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Lula, que según el periódico The New York Times, “ya está elegido”, tuvo en sus dos gobiernos anteriores muchos logros sociales y políticos. Acabó con el hambre de millones de personas, mantuvo una política exterior que dio prestigio al país y defendió y fortaleció las instituciones democráticas. Hubo, sin embargo, en sus gobiernos –y en los de su sucesora Dilma Rousseff– un vacío en lo que concierne a la defensa del medio ambiente y del territorio de la Amazonia que abarca una dimensión casi como toda Europa.

En su primer Gobierno, Lula sorprendió positivamente al nombrar Ministra del Medio Ambiente a la ambientalista conocida internacionalmente, Marina Silva, por su empeño en la defensa de la Amazonia, donde ella había nacido y crecido. Sin embargo, Silva acabó saliendo del Gobierno por no compartir su política ambiental, ya que la destrucción de la Amazonia aumentaba cada año. Lula llegó a hacer bromas sobre el tema cuando dijo que los ambientalistas “cuando encuentran un sapo raro” son capaces de para una obra ya en construcción.

Hoy, si Lula llega de nuevo al gobierno deberá revisar la política ambiental de sus gestiones pasadas, y deberá iniciar a afirmarlo desde ahora. Si quiere derrotar a Bolsonaro, deberá tener en cuenta que uno de los fallos mayores de este Gobierno de clave fascista que destruyó en gran estilo de la Amazonia. En solo tres años de gobierno ha sido arrasada más selva que en los últimos 15 años. Solo entre agosto de 2020 y julio de 2021 fueron devastados 13.235 kilómetros cuadrados.

La política ambiental del futuro gobierno quizás no diga demasiado a los 15 millones de brasileños que hoy pasan hambre o a los millones sin trabajo y, sin embargo, dicha defensa del medio ambiente tiene eco a nivel planetario y un futuro Gobierno Lula sería esta vez juzgado con severidad dentro y fuera del país si no colocara el tema como prioritario de su nueva jefatura.

Según la prensa brasileña, Lula que ya ha afirmado que para derrotar a Bolsonaro desea presentar un gobierno que más que ser solo de izquierdas sea un movimiento que abarque al centro y hasta a fuerzas de la derecha está haciendo gestiones para que la ambientalista Marina Silva vuelva a hacer parte de su Gobierno. Sería una buena señal que indicaría que ha entendido que en su posible nuevo equipo el ministerio del Medio Ambiente tendrá un peso mayor que en los años pasados.

En su primer año de ministra de Lula, Marina Silva, que fue católica y hoy es evangelista independiente, en una entrevista para este diario en su casa de Brasilia, me habló con pasión de lo que significa la defensa de la naturaleza y el poco aprecio que de ella demuestran en general los políticos. Me contó que dichos políticos quieren solo resultados inmediatos mientras que los logros en la defensa del medio ambiente tienen que ser vistos a largo plazo pensando en nuestros hijos y nietos.

Conocedora de las Sagradas Escrituras, la entonces ministra me puso el ejemplo del patriarca Abraham que con 90 años había plantado un árbol. A quienes le criticaban que ya no lo vería crecer, el patriarca les respondió que no lo había plantado para él sino para que pudieran disfrutarlo las próximas generaciones.

¿Lula ha leído la Biblia?

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