Mi reino por un palito

La foto de Madrid es demoledora, no solo por tener el sistema sanitario colapsado ante el repunte del virus sino por la frivolidad con que Isabel Díaz Ayuso nos anima a todos a ir a cenar a restaurantes cerrados y a hacernos test autodiagnósticos para celebrar reuniones seguras por Navidad

Una farmacia, con un cartel que indica la no disponibilidad de test antígenos de la covid-19.PACO PUENTES (EL PAIS)

“HOY TENEMOS TEST COVID. De los test de la Comunidad no sabemos nada. Perdonen las molestias”. El tuit de @DanielValderrey comparte la fotografía de este cartel colocado en una farmacia de Malasaña, en el centro de Madrid. Acumulaba la tarde del domingo más de 4.000 me gusta y 1.000 retuits. La farmacia en cuestión está de enhorabuena, sin embargo, se trata de un caso aislado.

“Más de 20 farmacias en las que he preguntado por un test de antígenos y que me han respondido ‘no quedan’. Argüelles, San Bernardo, Noviciado, Callao, Bilbao, Quevedo… Y solo una en Gran Vía tenía a 12,95€ cada t...

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“HOY TENEMOS TEST COVID. De los test de la Comunidad no sabemos nada. Perdonen las molestias”. El tuit de @DanielValderrey comparte la fotografía de este cartel colocado en una farmacia de Malasaña, en el centro de Madrid. Acumulaba la tarde del domingo más de 4.000 me gusta y 1.000 retuits. La farmacia en cuestión está de enhorabuena, sin embargo, se trata de un caso aislado.

“Más de 20 farmacias en las que he preguntado por un test de antígenos y que me han respondido ‘no quedan’. Argüelles, San Bernardo, Noviciado, Callao, Bilbao, Quevedo… Y solo una en Gran Vía tenía a 12,95€ cada test. El lunes estaban a 4,90. ¡Una auténtica vergüenza!” denuncia @IsmaelFigueroa en la misma red social. El resumen de lo que ha pasado en Madrid en los últimos días lo clava el compañero de este periódico Miguel Ángel Medina, @locodelpelorojo en Twitter: “A quien crea que tiene coronavirus la Comunidad de Madrid lo manda a buscar un test de antígenos por las farmacias, que se están agotando, y no le coge el teléfono ni en los centros de salud ni el habilitado para ello en la Comunidad. Y ni rastro de rastreadores. Poco nos pasa”. Es precisamente en este hilo donde la también periodista María Jesús Prada responde. Ella ha grabado y compartido las imágenes de la cola que forman decenas de madrileños para solicitar una prueba PCR en el centro de salud Palma Norte en Malasaña. “Todas esas personas llevan test de antígenos positivos, y la fila de gente con covid envuelve la cuadra. Nadie coge el teléfono, así que los contagiados deben acudir al centro como único recurso”, denuncia. El vídeo tiene medio millón de visualizaciones y la petición de La Sexta Noticias e Informativos Telecinco para emitirlo por televisión.

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La foto de Madrid es demoledora, no solo por tener el sistema sanitario colapsado ante el repunte del virus sino por la frivolidad con que Isabel Díaz Ayuso nos anima a todos a ir a cenar a restaurantes cerrados y hacernos test autodiagnósticos para celebrar reuniones seguras por Navidad. Test que la presidenta ha prometido regalarnos, aunque sea mentira, para celebrar encuentros seguros en estos tiempos, algo que por desgracia es imposible. Porque el hecho es que los test autodiagnósticos —los tan deseados palitos detectores— no solo no son infalibles sino que son dudosamente recomendables por la falsa sensación de seguridad que generan. Sabemos, por ejemplo, que el brote de sanitarios de Málaga vino después de una reunión donde todos se habían hecho estos tests y se contagiaron más de 80 personas. ¿Quiere esto decir que no sirven para nada? No, significa que pueden ayudarnos a detectar el virus, pero no a crear paraísos artificiales donde vivir como si no existiera. En noviembre, cuando la curva comenzaba a repuntar, se vendieron en las farmacias más de 1,3 millones de test, un 115% más que el mes anterior, según la consultora de salud, Iqvia. Y a medida que se acerca la Navidad, la demanda aumenta. Leo a Íñigo Errejón exigir la regulación de su precio y me echo a temblar ante el posible e inútil debate. Porque los precios no van a regular la responsabilidad social. Hoy por hoy no existe el encuentro social multitudinario que sea seguro y responsable. No importa cuantos test haya comprado el anfitrión ni a qué precio los haya pagado. Ni siquiera cuando la anfitriona sea la presidenta de la Comunidad de Madrid y prometa fiesta para todos. Tiene razón Miguel Ángel Medina. Poco nos pasa.

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