Catedrático por dos días

Los lectores escriben sobre la enseñanza de la Medicina en España, el anonimato a la hora de hacer comentarios en redes sociales, el uso del VAR en los partidos de fútbol y la mala conexión ferroviaria entre Barcelona y Asturias

Un profesor imparte una clase en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense.JOSÉ S. GUTIÉRREZ

Acabé la carrera de Medicina en 1975 y una vez contratado en el Hospital del Mar, firmé mi primer contrato con la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) como profesor ayudante de clases prácticas. En 1986 me nombraron titular interino y en 1995, profesor titular por oposición. Tras obtener la acreditación oficial por la Aneca en 2011 y en vista de que ni mi hospital ni mi universidad me ofrecían la ...

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Acabé la carrera de Medicina en 1975 y una vez contratado en el Hospital del Mar, firmé mi primer contrato con la Universitat Autónoma de Barcelona (UAB) como profesor ayudante de clases prácticas. En 1986 me nombraron titular interino y en 1995, profesor titular por oposición. Tras obtener la acreditación oficial por la Aneca en 2011 y en vista de que ni mi hospital ni mi universidad me ofrecían la plaza de catedrático, decidí presentarme en 2016 a un concurso de la UAB para profesores titulares que ofrece al ganador una plaza de cátedra y quedé el primero. En todo este periodo de docencia y como jefe de sección de Hepatología publicamos 128 artículos citados en 13.178 publicaciones. Ahora viene la parte divertida, para no llorar. El día 8 de diciembre de 2018 aparecía mi nombramiento de catedrático en el BOE. El día 10 se cumplía mi jubilación forzosa. Total, 50 años para alcanzar la meta por solo dos días. Así van las cosas de la universidad en España, pero no se lo digáis a nadie.

Ricard Solà Lamoglia. Arenys de Mar (Barcelona)

Decepcionante anonimato

Estoy un poco decepcionado. Huyendo de las redes sociales, querría mantener una discusión más civilizada en los medios de comunicación pero, para mi sorpresa, cada usuario elige el nombre que quiere y tras seudónimos indescifrables se esconden majaderos de todo tipo. ¿Haríamos las afirmaciones que hacemos si figuraran nuestros nombres, apellidos y lugar de residencia? Es fácil decir infinidad de chorradas escondidos tras estos seudónimos. Decepcionado por el nivel, propongo que los usuarios de EL PAÍS utilicemos nuestro nombre y apellido para opinar. Deberían ustedes imponerlo.

Xabier Huitzi Belamendia. Andoain (San Sebastián)

Contra el VAR

Hasta ahora se conocía como “el otro fútbol” a toda esa suerte de triquiñuelas que se suelen emplear cuando los partidos se ponen cuesta arriba o para contrarrestar a un rival manifiestamente superior. Es aceptado por todos como parte del juego. Pero ahora, desde el innombrable VAR, se han inventado otro fútbol que nadie entiende, ni los espectadores ni los periodistas ni los propios profesionales. Nacido para corregir errores flagrantes, se ha convertido en el dislate y la reinterpretación continua. Y así, solo así, pudo ganarnos Francia la final de la Liga de las Naciones. Urge volver a lo que teníamos, imperfecto pero puro y, sobre todo, comprensible desde la aceptación del acierto y del error de los protagonistas. ¡Fuera el VAR ya!

Alberto Rodríguez Ferreras. Burgos

Los asturianos y el tren

Los asturianos residentes en Cataluña no podemos ir en tren a nuestra tierra desde que empezó la pandemia. Se suspendió el trayecto entre Barcelona y Gijón. Ahora, hay que ir de Barcelona a Valencia y desde allí, a Asturias; o bien, desde Barcelona a Madrid y desde la capital, se va a Asturias; o bien, se va desde Barcelona a León y, los viernes por la tarde, de León a Asturias. Si viajas en autobús, desde Barcelona se va hasta Burgos y de allí, a Asturias y si vas en avión, llegas desde Barcelona al aeropuerto de Asturias, de allí un autobús a Oviedo y otro más hasta Mieres. Bendita huelga si sirviera para reponer el tren Barcelona-Gijon.

María Teresa Manzano. Barcelona

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