Exacto, Almeida no hará nada

El acuerdo del Gobierno sobre vivienda es insuficiente o abusivo, según a quién sigamos en redes

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.Alejandro Martínez Vélez - Europ (Europa Press)

El intercambio de tuits entre Más Madrid y José Luis Martínez-Almeida es un buen resumen del debate en Twitter sobre el proyecto de ley de vivienda acordado por PSOE y Podemos. Más Madrid compartía este miércoles una ilustración con la palabra “NADA”, en mayúsculas, acompañada del texto: “Lo que hará Almeida para regular los precios de los alquileres en Madrid”. El alcalde compartía ese mismo mens...

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El intercambio de tuits entre Más Madrid y José Luis Martínez-Almeida es un buen resumen del debate en Twitter sobre el proyecto de ley de vivienda acordado por PSOE y Podemos. Más Madrid compartía este miércoles una ilustración con la palabra “NADA”, en mayúsculas, acompañada del texto: “Lo que hará Almeida para regular los precios de los alquileres en Madrid”. El alcalde compartía ese mismo mensaje y añadía la palabra “exacto”, una respuesta que aplaudían centenares de partidarios de la inacción.

“Nada” parece un plan más bien tirando a regular, si tenemos en cuenta que llevamos desde antes de 2008 leyendo titulares sobre toda clase de burbujas inmobiliarias. O si recordamos que una pareja de menos de 35 años y con ingresos medios solo puede encontrar un alquiler asequible en 13 de los 128 barrios de Madrid, según un análisis publicado en EL PAÍS.

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De hecho, a muchos este acuerdo del Gobierno les sabía a poco: el sindicato de inquilinas e inquilinos de Madrid lo calificaba de “punto de partida insuficiente” y Pablo Iglesias, exvicepresidente y tertuliano, aseguraba que le habría gustado que “fuera más lejos”. Además, otros criticaban la ayuda de 250 euros a los inquilinos jóvenes: este “bono joven de vivienda” puede traducirse en una subida de los alquileres, ya que los caseros asumirán que sus inquilinos pueden pagar más. Y encima está prevista una moratoria de 18 meses para la regulación de precios a las empresas propietarias de más de diez viviendas, lo que llevaba a que Íñigo Errejón se preguntara si estamos ante una ley o ante una promesa para las elecciones de 2023. Es decir, poco, aunque menos es nada. O, como tuiteaba @SiberetSiberet, “si te parece que el mercado de alquiler está bien es porque ni vives de alquiler ni jamás vas a tener que hacerlo”.

Sin embargo, y por su reacción, parecía que el Partido Popular respondiera a la implantación de un régimen dictatorial soviético y a la supresión de la propiedad privada. Pablo Casado tuiteaba que en su partido “están a favor de que la gente haga lo que le dé la gana con lo que es suyo”, lo que recordaba un poco al grito de “libertad” de Isabel Díaz Ayuso y al “déjame que beba tranquilamente” que le dedicó José María Aznar a la Dirección General de Tráfico. Y en esa línea marcaba su respuesta el PP: mejor nada que eso. Es decir, un rechazo frontal a una ley que además puede ignorar.

Y es que, si esta norma se aprueba, su aplicación dependerá de comunidades autónomas y ayuntamientos. El Partido Popular ya ha avisado (también en Twitter) de que no la aplicará donde gobierna, una decisión que afecta a casi la mitad de España. También planea llevar la ley al Tribunal Constitucional, a pesar de que el texto ni se ha presentado, como recordaban muchos tuiteros. Le apoyaban sus socios: la vicealcaldesa Begoña Villacís —de Ciudadanos, ¿recuerdan?— también tuiteaba que Madrid no aplicaría la ley del Gobierno, lo que en su caso servía para que muchos le reprocharan los negocios inmobiliarios de su familia.

En todo caso, de ahí el “nada”, de Almeida. Habrá que esperar a que las cosas se arreglen solas. Como en El pisito. En la novela de Azcona, llevada al cine en 1958 por Marco Ferreri, una pareja ya está harta de no encontrar piso, así que los dos deciden que él se case con su casera para heredar el piso cuando fallezca. Como dice la protagonista, “lo mejor es que te cases con la vieja. Y luego se muere. Y podemos ser felices”. En fin, nada.

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