Leyes que hoy son utopías

Los lectores escriben de la discriminación, los nacionalismos, la Formación Profesional y las entrevistas de trabajo

Un joven sostiene una pancarta durante una manifestación para condenar el asesinato de un joven de 24 años el pasado sábado en A Coruña.Alberto Ortega (Europa Press)

La Constitución española dice que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. El hecho de que se afirme, de manera categórica, la igualdad de los españoles ante la ley hace que nos sorprendamos ante la cantidad de agravios que presenciamos cada día. En lo que respecta a la “no discriminación”, cada vez son más las personas a las que se estigmatiza por cual...

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La Constitución española dice que “los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”. El hecho de que se afirme, de manera categórica, la igualdad de los españoles ante la ley hace que nos sorprendamos ante la cantidad de agravios que presenciamos cada día. En lo que respecta a la “no discriminación”, cada vez son más las personas a las que se estigmatiza por cualquiera de las razones enumeradas en el mencionado artículo. Y lo que es más grave, en muchas ocasiones se incita al odio y a la violencia. Por eso, no cabe duda de que la discriminación constituye una de las grandes lacras de la sociedad actual. Desgraciadamente tanto la igualdad ante la Ley como la “no discriminación” constituyen, hoy por hoy, una utopía.

Javier Cordero Ruiz. Madrid

Laicidad identitaria

Al igual que ha pasado con la religión, que ha quedado relegada al ámbito social o personal, algo parecido debería suceder con la identidad territorial o cultural. Todos los nacionalismos, tanto los que están reconocidos en Estados como aquellos que carecen del mismo, dividen, segregan y marginan. Sería un avance de las sociedades humanas que la identidad quedara también subordinada al ámbito personal y que las banderas identitarias fueran arriadas y, en su lugar, se izaran aquellas que defiendan los derechos humanos, los principios democráticos y el compromiso social. De esta forma se haría realidad la frase que, hace ya dos mil años, escribió Séneca: “Mi patria es el mundo entero”.

Joaquín Gismero Brís. Torrejón de Ardoz (Madrid)

Alumnos y profesores en un aula del instituto de Formación Profesional Puerta Bonita (Carabanchel, Madrid), en octubre de 2020.KIKE PARA

La nueva ley de Formación Profesional

Me parece un acierto que, desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional, se quiera revitalizar esta última mediante una nueva ley que actualice y modernice estos estudios adaptándolos al siglo XXI. Una cosa es la formación profesional reglada, la de los institutos o centros específicos donde te preparan a partes iguales en la escuela y en la empresa. Pero el nuevo proyecto va más allá, y es dar la oportunidad a miles de trabajadores en activo o en el paro, de formarse a través de módulos, para ir obteniendo una titulación oficial que les permita acceder a puestos de más responsabilidad y remuneración en sus empresas. Y terminar incluso con el acceso directo a estudios de nivel universitario para completar el ciclo. La nueva FP pone en valor el reto de alcanzar titulados en un porcentaje similar al que hay en Europa.

Luis Solanas Cebolla. Zaragoza

Entrevista de trabajo

¿De dónde es usted? ¿De dónde son sus padres? Son las dos primeras preguntas emitidas en una entrevista de trabajo para un puesto en una importante empresa. Mi amigo Guillermo es de origen colombiano y lleva en España desde los nueve años. Ha estudiado Filología Inglesa en Londres y en España y tiene experiencia como vendedor. Pero parece que a la empresa en cuestión lo que le interesa es saber dónde nacieron él y sus progenitores. El puesto, por cierto, era para trabajar como vendedor. Vergüenza ajena.

Begoña Cervigón Maruri. Madrid

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