Declive demográfico

Los lectores opinan sobre la tasa de natalidad, el macrobrote de Mallorca, los indultos y sobre la Guerra Civil

La tasa de fertilidad decrece estrepitosamente.pexels

La tasa de fertilidad española decrece estrepitosamente. La natalidad no cuenta con el apoyo del Estado ni la suficiente implicación de la sociedad. A la incertidumbre económica y social, agravada por la pandemia, se une la inaceptable precariedad laboral y el desempleo que impide a los jóvenes no solo emanciparse, sino afrontar un proyecto vital, acceder a la vivienda y poder formar una familia. La situación se agrava con el progresivo envejecimiento de la població...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La tasa de fertilidad española decrece estrepitosamente. La natalidad no cuenta con el apoyo del Estado ni la suficiente implicación de la sociedad. A la incertidumbre económica y social, agravada por la pandemia, se une la inaceptable precariedad laboral y el desempleo que impide a los jóvenes no solo emanciparse, sino afrontar un proyecto vital, acceder a la vivienda y poder formar una familia. La situación se agrava con el progresivo envejecimiento de la población. Las parejas deciden posponer el embarazo. Es un auténtico drama humano para las jóvenes generaciones. El retraso en la maternidad conlleva dificultades. Nos aguarda una población envejecida y unos padres/abuelos en el mejor de los casos. El impacto va a ser más inmediato de lo que creemos. Urge acometer cuanto antes ese desafío con políticas efectivas, con estrategias e iniciativas adecuadas.

José María Torras Coll. Sabadell (Barcelona)


Tres policías locales hacen guardia frente al hotel Palma Bellver, donde estaban confinados 249 jóvenes que han tenido relación directa o indirecta con el brote de un viaje de estudios a Mallorca.Isaac Buj (Europa Press)

Pobrecitos estos estudiantes

Que los estudiantes intenten ejercer sus derechos para salir del hotel de Mallorca donde están confinados es una acción lógica, si es que se ha vulnerado algún derecho fundamental. Pero que muchos de ellos sean incapaces de estar aislados diez días por una cuestión de seguridad sanitaria, dice muy poco sobre su nivel de compromiso social, cuando su tasa de positividad covid es muy elevada. Quizás debamos enseñar a nuestros jóvenes que, además de derechos, la convivencia social conlleva obligaciones. Si son mayores para ir de viaje y de juerga, también deben serlo para asumir las consecuencias.

Carlos Rivas Martínez. Madrid


Es legítimo

Tan legítimo es estar a favor de los indultos, como en contra. Es la libertad de expresión en un Estado de derecho. Todas las ideas son expresables y respetables. Todo cabe en el debate político siempre que se desenvuelva en el marco de la ley. Lo que no es legítimo es manifestar su desacuerdo acusando al Gobierno de traicionar a España, de considerar los indultos un ataque a la separación de poderes, a la Justicia y al Estado de derecho, de carecer de fundamento jurídico y por tanto de ser ilegales, de ser una acción propia de un Gobierno sin escrúpulos, cobarde y miserable.

Julio García-Casarrubios. Sainz. Valdepeñas (Ciudad Real)


Mitos de la guerra civil

En mi libro sobre La internacionalización de la guerra civil española (1971) anticipaba dos conclusiones: primero, que el fracaso del golpe de Estado de los rebeldes hizo que la situación derivara en guerra civil y, segundo, que las justificaciones inventadas por los “nacionales” (entre otras, ser nacionales), que incluían la defensa de la cristiandad y la lucha contra el comunismo (de hecho, la revolución social no estalló en España hasta después del 18 de julio) no se sustentaban en nada. Entre mayo y junio de 1936 en efecto hubo en España 171 huelgas parciales o totales que justificarían el alzamiento. En el mismo periodo hubo en Francia más de 12.000. A fínales de mayo, dos millones de franceses estaban en huelga y, en la mayoría de los casos, las fábricas habían sido ocupadas por los huelguistas. Y el Gobierno de París era un Frente Popular, como el de Madrid. No hubo alzamiento en Francia.


En mi libro sobre La internacionalización de la guerra civil española (1971) anticipaba dos conclusiones: primero, que el fracaso del golpe de Estado de los rebeldes hizo que la situación derivara en guerra civil y, segundo, que las justificaciones inventadas por los “nacionales” (entre otras, ser nacionales), que incluían la defensa de la cristiandad y la lucha contra el comunismo (de hecho, la revolución social no estalló en España hasta después del 18 de julio) no se sustentaban en nada. Entre mayo y junio de 1936 en efecto hubo en España 171 huelgas parciales o totales que justificarían el alzamiento. En el mismo periodo hubo en Francia más de 12.000. A fínales de mayo, dos millones de franceses estaban en huelga y, en la mayoría de los casos, las fábricas habían sido ocupadas por los huelguistas. Y el Gobierno de París era un Frente Popular, como el de Madrid. No hubo alzamiento en Francia.

Fernando Schwartz. Madrid


Los textos de esta sección tienen que enviarse exclusivamente a EL PAÍS y no deben tener más de 100 palabras (700 caracteres sin espacios). Deben constar nombre y apellidos, ciudad, teléfono y DNI o pasaporte de sus autores. EL PAÍS se reserva el derecho de publicarlos, resumirlos o extractarlos. No se dará información sobre estas colaboraciones. La dirección para escribir en esta sección es CartasDirector@elpais.es

Archivado En