ANÁLISIS

Los actores redoblan sus apuestas

Si alguien tenía dudas sobre lo que se juega en las elecciones madrileñas con el órdago lanzado por Ayuso, las habrá despejado tras el movimiento de Iglesias

Captura del vídeo publicado hoy por Pablo Iglesias en el que anuncia que deja el Gobierno y se presentará a las elecciones madrileñas. En vídeo, el anuncio de Iglesias.Foto: EFE | EPV

Si alguien tenía dudas sobre lo que se juega en la plaza madrileña con el órdago lanzado por Ayuso, las habrá despejado tras el movimiento de Iglesias y su propuesta de un frente común de izquierdas a Errejón bajo su propia candidatura. Los actores redoblan sus apuestas y Podemos saca su mejo...

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Si alguien tenía dudas sobre lo que se juega en la plaza madrileña con el órdago lanzado por Ayuso, las habrá despejado tras el movimiento de Iglesias y su propuesta de un frente común de izquierdas a Errejón bajo su propia candidatura. Los actores redoblan sus apuestas y Podemos saca su mejor carta, lo cual es sintomático de la relevancia que tiene la capital del reino en términos de altavoz mediático y laboratorio político para configurar tendencias y nuevas geometrías parlamentarias a nivel central. El cambio dará más estabilidad al Gobierno de Sánchez, que ganará en institucionalidad y cohesión interna y reducirá su cacofonía comunicativa. También permitirá a Iglesias reforzar la voz de Podemos desde fuera. El hombre fuerte del partido morado prepara su transición: deja el camino a la ministra mejor valorada de Podemos, Yolanda Díaz, que ocupará su Vicepresidencia y el futuro liderazgo de la fuerza política.

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En cuanto al tablero político madrileño, es el escenario perfecto para la confrontación de los extremos, el sueño húmedo del populismo. “Al populismo de derechas solo se le combate con populismo de izquierdas”, dijo la conocida pensadora Chantal Mouffe durante las famosas elecciones presidenciales francesas de 2017 calificadas por ella como “el gran momento populista de Occidente”. Cuando hay Coca-Cola no puedes ofrecer Pepsi-cola. Pero ese saldo de una insumisión patriótica que quisieron vendernos con Mélenchon fue disuelto por el candidato de En Marche, Emmanuel Macron. Desde el reverso de la moneda populista Macron reafirmó su propio eje: europeísmo frente a soberanismo, cosmopolitismo frente a patriotismo, universalismo frente a comunitarismo, liberalismo frente a populismo. ¿Recuerdan?

La ventaja de nuestro sistema es que el parlamentarismo permitirá que cada uno de nuestros actores tenga su espacio. Ayuso en la derecha ultra contra un Iglesias en el extremo opuesto aceptando el marco polarizador “socialismo o libertad”: un Le Pen contra Mélenchon. Y Gabilondo, que tiene todos los atributos para ser invisible en la oposición, puede, paradójicamente, jugar esa carta electoral ofreciendo un Biden contra Trump. Es el Illa madrileño: perfil sobrio y tranquilo. Las cualidades que lo ocultan en la oposición lo hacen competitivo en este contexto electoral. El candidato socialista tiene la obligación de salir de la disyuntiva perversa y mirar hacia el centro. Y desarticular además el marco que impondrán tanto Monasterio como Ayuso: “votar a Gabilondo es votar a Iglesias”. Si Iglesias moviliza a la izquierda, y Gabilondo ocupa el centro, estaremos realmente ante unas elecciones disputadas que las encuestas parecían haber resuelto ya. Los damnificados de esta historia serán Ciudadanos, expulsados de la foto de Colón por Ayuso, y Más Madrid, que indirectamente paga el viaje de Errejón al Congreso de los Diputados, pues decida lo que decida, pierde. No descartemos, en fin, contemplar a Rivera volviendo a la vida política, pero esta vez ingresando en el PP. Menos pensar en la pandemia, todo es posible en nuestro país.

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