El Gobierno y Wikipedia
El principio del Ejecutivo es no reconocer ningún error o, en todo caso, señalar los de los adversarios, que son graves y abundantes. Es lo contrario a la filosofía del proyecto de la enciclopedia ‘online’
El presidente del Gobierno ha anunciado que España puede asumir un liderazgo mundial. No parece que se refiera al impacto en nuestra salud y la economía de la covid-19. Tampoco al rasgo pintoresco de tener un vicepresidente que no solo sabotea la coalición sino que desacredita permanentemente el sistema democrático que debía defender: por ejemplo, equiparando a un prófugo de la justicia de un Estado de derecho con los miles de personas que tuvieron que abandonar...
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El presidente del Gobierno ha anunciado que España puede asumir un liderazgo mundial. No parece que se refiera al impacto en nuestra salud y la economía de la covid-19. Tampoco al rasgo pintoresco de tener un vicepresidente que no solo sabotea la coalición sino que desacredita permanentemente el sistema democrático que debía defender: por ejemplo, equiparando a un prófugo de la justicia de un Estado de derecho con los miles de personas que tuvieron que abandonar su país perseguidos por un régimen de “fascismo bajo palio en uniforme militar”, como escribió Santos Juliá. Otra de las peculiaridades de este Ejecutivo es el secuestro del lenguaje del buen gobierno. La jerga de la rendición de cuentas, el léxico a medio camino entre el MBA y la autoayuda, y la reivindicación del criterio científico se usan para justificar decisiones promovidas por el interés político. Es un simulacro que camufla la opacidad comunicativa y el uso partidista de las instituciones.
Lo hemos visto en la relación con la prensa —desde las comparecencias filtradas a preguntas tramposas en un CIS convertido en instrumento de agitprop— y en las explicaciones públicas. Transparencia ha afeado la opacidad de la gestión de la pandemia y ha señalado que Sanidad estaba interfiriendo en el derecho constitucional a la información pública. La solución, de momento, ha sido renovar el equipo directivo. De Transparencia, naturalmente.
El principio es no reconocer ningún error o, en todo caso, señalar los de los adversarios, que son graves y abundantes. Es lo contrario a la filosofía de un proyecto emocionante que ha cumplido 20 años, la Wikipedia. Ahora que tenemos una visión ambivalente de Internet y las redes sociales, es curioso pensar en esa admirable aventura ilustrada, un ejemplo de colaboración y conocimiento accesibles en muchos idiomas: casi 300.000 editores, más de seis millones de entradas en inglés, un lugar magnífico para encontrar información y pistas. En una historia oral recogida por Tom Roston se cuentan los inicios de este proyecto, sus transformaciones, sus problemas, la importancia de los editores voluntarios o de la transparencia financiera. Se hablaba de su falta de precisión: cuando Nature publicó un estudio donde Wikipedia resultaba casi tan fiable como la Enciclopedia Británica, la venerable publicación envió una carta de protesta. La leyenda en Wikipedia es que sus editores fueron a buscar los errores que señalaba el artículo de Nature para corregirlos.@gascondaniel