Columna

Reforma fantasma

La crisis de la covid-19 lo ha evidenciado: no tenemos una Administración preparada para los retos de nuestro tiempo

Personal sanitario dentro de una habitación de aislamiento dentro de la zona covid en el Hospital de Torrejón.Andrea Comas

Si Henry Ford resucitara, no reconocería la empresa que fundó. En cambio, el Conde de Romanones se sentiría hoy en casa en cualquier ministerio, porque su estructura organizativa es básicamente la misma que hace un siglo. El exministro Jordi Sevilla utiliza esta comparación para subrayar la secular falta de reformas en nuestro sector público. Y la crisis de la covid-19 lo ha evidenciado. No tenemos una Administración preparada para los retos de nuestro tiempo.

Los empleado...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Si Henry Ford resucitara, no reconocería la empresa que fundó. En cambio, el Conde de Romanones se sentiría hoy en casa en cualquier ministerio, porque su estructura organizativa es básicamente la misma que hace un siglo. El exministro Jordi Sevilla utiliza esta comparación para subrayar la secular falta de reformas en nuestro sector público. Y la crisis de la covid-19 lo ha evidenciado. No tenemos una Administración preparada para los retos de nuestro tiempo.

Los empleados públicos, de los sanitarios a las fuerzas de seguridad, han actuado de forma ejemplar. Pero el sistema presenta enormes deficiencias. La abundancia de obstáculos burocráticos ha dificultado la compra y fabricación de material sanitario. La escasez de personal cualificado ha impedido una buena gestión de los datos. El Ministerio de Sanidad ha acaparado un poder que excedía sus capacidades operativas. Y todo regado con un exceso de pompa política y legalismo procedimental en cada una de las actuaciones públicas.

Son problemas viejos, que arrastramos porque nuestros políticos no tienen el coraje de reformar la Administración. Con lo que ahora esta se enfrenta a una labor titánica: acomodar las mayores demandas sociales de la historia reciente con déficits presupuestarios perennes y estructuras organizativas caducas. Una declaración suscrita por 15 académicos y expertos españoles argumenta que, para que España pueda hacer frente con éxito al escenario poscovid-19, necesitamos transformar un sector público programado para seguir pautas establecidas en uno con laboratorios de innovación y evaluación de políticas públicas, que pase de medir los outputs (ejemplo, número de consultas, personas cubiertas por una prestación social) a los outcomes (ejemplo, cuántas personas han conseguido trabajo gracias al programa X). Con escasas excepciones, en España no sabemos si estamos gastando el dinero público de forma eficaz y eficiente. Nuestra Administración necesita internalizar talento y externalizar el trámite, con regímenes de empleo más dinámicos, centrados en el rendimiento y la adaptación al cambio; no en superar oposiciones.

Estos cambios necesitan contar con los trabajadores públicos, pero, como suele ocurrir en España, no pueden depender exclusivamente de ellos y ellas. Necesitamos un gran pacto político para despistar al fantasma de Romanones si vuelve a aparecer. @VictorLapuente

Archivado En