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Los ataques al hijo de Gálvez abren una tregua política entre las candidatas presidenciales

En las filas del oficialismo se alzan voces contra el recurso de agredir a los familiares de los políticos como estrategia electoral

Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez
Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.Fernando Llano (AP)
Zedryk Raziel

Una inusitada tregua, un momento de solidaridad ha ocurrido en medio de la contienda electoral por la presidencia de México, protagonizada por primera vez por dos mujeres. El círculo solidario se ha tendido en torno a Xóchitl Gálvez, la candidata opositora de la alianza PAN, PRI y PRD, luego de que se hiciera viral un video en el que su hijo, Juan Pablo Sánchez Gálvez, de 26 años, aparece agrediendo e insultando a los empleados de un antro en Ciudad de México, hace meses. La grabación produjo duras críticas al hijo, e incluso cuestionamientos sobre la maternidad y la crianza de la candidata. Sánchez Gálvez se apartó de la campaña de su madre, donde fungía como enlace con jóvenes, y pidió disculpas públicas. Parecía que era el comienzo de una crisis en la campaña de la oposición. Pero, mientras las redes sociales se cebaban sobre madre e hijo, desde el oficialismo se alzaron voces prominentes para pedir un freno al recurso, cada vez más común, de dañar a los políticos dirigiendo ataques contra sus familiares. La escritora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel López Obrador, y luego Claudia Sheinbaum, abanderada presidencial de Morena, salieron en defensa de Gálvez y de su hijo.

La candidata de la oposición agradeció el gesto solidario en medio de la tormenta. “Para una madre, siempre son momentos difíciles cuando sus hijos cometen errores”, dijo. Gálvez no ocultaba que Juan Pablo había tenido conflictos con el alcohol y la escuela. A la par que crecía el acoso en redes, circularon entrevistas en las que la candidata había abordado, con franqueza y sin prejuicios, los problemas de su hijo, y cómo batalló ella para reencauzar su camino. “Yo pensé que se me iba de las manos, pensé que no iba a lograrlo”, dijo en una conversación. Dejó de beber, se dedicó al deporte, entró a trabajar en la empresa familiar, detalló Gálvez. “Estoy contenta por él”, resumió. “En tres años logramos el cambio. Yo les diría a las mamás: no suelten a los hijos; a veces una se enoja y te dan ganas de que no estudien. Y no”, sostuvo. A la luz de la virulencia en redes, la candidata opositora consideró que se trataba de una estrategia de guerra sucia, emprendida intencionalmente a pocos días del primer debate presidencial. “Es obvio que intentan hacerlo para quitarme moral, porque saben que amas a tus hijos, que amas a tu familia”, declaró. Cuando Juan Pablo subió a redes el video disculpándose, Gálvez le respondió públicamente: “espero que esta experiencia te deje un aprendizaje en tu vida”. A la prensa, la candidata le comentó: “amo a mi hijo, pero eso no me impide que sea una mamá que corrija”.

Mientras Gálvez afrontaba la crisis con muestras de rigidez a la vez que de comprensión hacia su hijo, Gutiérrez Müller —que no se considera a sí misma “primera dama” ni suele participar en los asuntos del Gobierno—, fue la primera figura de peso político en el bando oficialista en expresar su solidaridad y cortar el ciclo de acoso. “Defiendo y defenderé el derecho que tienen los familiares de políticos a ser respetados en su persona y vida privada”, escribió en sus cuentas de redes. “Un favor a los políticos en campaña y a sus equipos: jueguen limpio. Quizá es mucho pedir. Pero, como mexicana, rechazo que los familiares sigan siendo ‘daños colaterales”. La también académica habló desde la experiencia. Su hijo menor, Jesús Ernesto, de 16 años, ha sido objeto de constantes campañas de odio en redes sociales desde que López Obrador llegó a la presidencia. A cada una de esas campañas de acoso ha respondido Gutiérrez Müller con la etiqueta “#ConLosNiñosNo”. En algunas ocasiones, ha pedido a los adversarios del presidente que lo confronten a él directamente y dejen en paz a su hijo pequeño.

Beatriz Gutiérrez Müller, en enero de 2023.
Beatriz Gutiérrez Müller, en enero de 2023.Mónica González Islas

En su mensaje de respaldo a Gálvez, la escritora razonó que los familiares de los políticos no son responsables de los actos de estos. “Por más que quieran vincular (de un lado u otro) a los consanguíneos para beneficiar o perjudicar a alguien por cuestiones políticas, el problema no es con ellos”, apuntó. “Los errores, las equivocaciones o delitos de alguien de la familia, así como sus aciertos, victorias o magnanimidades, no son transferibles ni hereditarias, creo, en ningún lugar del mundo”. Gutiérrez Müller también dirigió un mensaje específico al hijo de Gálvez: “como adulto, igual que yo, lo que tengas que corregir que te lo dicte tu propia conciencia, como debe ser. Que te vaya bien en la vida es mi deseo”.

Sheinbaum deploró este jueves la campaña contra Juan Pablo Gálvez y pidió que las familias de las candidatas no fuesen involucradas en la contienda. “Mi postura es que, con los hijos, no. Quienes estamos en la contienda somos las candidatas y el candidato [Jorge Álvarez Máynez]. Y la contienda es un asunto de propuestas, es un asunto de proyecto, y de quienes participamos, pero no de los familiares”, sostuvo.

López Obrador secundó las posiciones de Gutiérrez Müller y de Sheinbaum. “Que no mienten madre. Que no se metan con familiares. Que no se metan con menores. Que, si tienen un problema conmigo, que sea conmigo, no con mis hijos”, pidió este jueves en su conferencia matutina en Palacio Nacional. El mandatario señaló que la discusión, en el marco de las elecciones, debe centrarse en las propuestas de los candidatos y su trayectoria, no en sus familias. “Lo más importante es el proyecto, la trayectoria, de dónde viene, si ha luchado por el pueblo, si sinceramente le tiene respeto y amor al pueblo; eso, más que cualquier otra cosa”, ponderó.

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Sobre la firma

Zedryk Raziel
Reportero de EL PAÍS México, especialista en la cobertura de asuntos políticos y de corrupción. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido colaborador en el diario Reforma y el portal Animal Político. Es coautor de ‘El caso Viuda Negra’ (Grijalbo, 2022).
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