López Obrador muestra signos de inquietud ante la proyección política de la derecha en la capital
El presidente acusa a los capitalinos de haberse derechizado en un movimiento que busca movilizar el voto de la izquierda
La ciudad está empanizada, quién la desempanizará. El trabalenguas infantil bien podría usarse para empezar una crónica política en la que se aborde la preocupación que ha mostrado el presidente respecto al sesgo ideológico que cunde entre los habitantes de la capital mexicana. Opina López Obrador que hay una “derechización” que no se da en otras partes del país: “Antes no estaba así, esta era una ciudad de avanzada, siempre lo fue, y ahora se ha venido empanizando, hamburguesando, derechizando”. En tono jocoso, el mandatario se refería al conservador Partido Acción Nacional, PAN, cuando decía empanizando y se da por entendido que la hamburguesa alude a la burguesía. Pero detrás del juego de palabras había preocupación. “Esto es un llamado a la gente de la capital”, dijo. ¿Quién se dio por aludido?
La candidata que busca la jefatura de Gobierno por el partido del presidente, Clara Brugada, opinó distinto cuando fue preguntada por ello: “Yo pienso que ellos [los del PAN] están haciendo su lucha, pero la población no se está yendo con esa idea, con esos temas. La gente quiere que sigan los gobiernos de transformación”. Y el actual jefe de Gobierno, Martí Batres, negó la deriva derechista y dijo que tanto el PAN como el PRI mantienen prácticamente el mismo número de votos que en otros tiempos. Para Batres, la capital sigue a la avanzadilla en derechos y conquistas sociales que le ha caracterizado en los últimos lustros.
Las palabras de López Obrador siempre se examinan con lupa. El presidente no da puntada sin hilo y algunos han querido ver en esta declaración un revolcón para que los suyos espabilen en plena campaña electoral; para movilizar a las bases de izquierda, para avisarles del peligro de que las urnas del 2 de junio puedan repetir o mejorar el resultado que obtuvo la derecha en los comicios intermedios de 2021. Otros solo ven un desliz político que ha dado oxígeno a sus contrarios, quienes de inmediato han salido a decir que tiene razón, que la ciudad se le escapa de las manos a Morena. El analista político Khemvirg Puente cree que son las dos cosas: desliz y desasosiego genuino. “Creo que fue un error que revela la preocupación por parte del Gobierno y del partido por una elección que pueda ser altamente competida. No creo que Brugada, cuya ventaja en las encuestas es todavía cómoda, pueda perder la jefatura de Gobierno [frente al adversario panista Santiago Taboada] pero el número de votos que podría arrebatar la oposición ayudaría a sus candidatos en las alcaldías capitalinas y en el Congreso local y eso puede afectar el desempeño en la elección presidencial”, afirma el investigador de la UNAM.
El partido oficialista no solo busca ganar las elecciones en todos los niveles que se disputan, locales, estatales y presidenciales. Es vital para el Gobierno de López Obrador obtener un resultado fuerte que le otorgue en el Congreso una mayoría amplia, mejor si es calificada, que le permita sacar adelante las modificaciones de la Constitución que ha planteado, casi una veintena que afectan a políticas clave de su mandato. “Lo que ocurra en la capital no creo que altere el resultado final en las presidenciales, [también Claudia Sheinbaum parte con mayoría cómoda en las encuestas] pero sí podría afectar a ese tsunami de votos que esperan para junio”, reflexiona Puente.
En las elecciones de 2021, Morena perdió nueve de 16 alcaldías de la capital, en lo que constituyó el mejor resultado de la oposición por todo el país. Las interpretaciones fueron unánimes: los citadinos golpeaban al gobierno de la ciudad en la cara de López Obrador, a quien no perdonaban sus constantes ataques a la clase media que, según el mandatario, se había olvidado del pueblo. También el mundo académico y el científico habían sido duramente atacados por el presidente en sucesivas ocasiones, quien no se arredró y tras el resultado electoral repitió el mismo jarabe: la ciudad se había aburguesado, criticó entonces.
En esta ocasión lo ha achacado a la concentración mediática en la capital y a las críticas constantes a su gobierno y a su persona, ha dicho. “Y no me vengan con que la clase media [en la ciudad] está más informada y no se deja manipular, mentira. Y nada de que ahí están los posgrados que no se dejan manipular, mentira”. A su parecer, todos están aturdidos por cientos de noticias contrarias al presidente, su gobierno y su partido. “Estamos expuestos e indefensos al bombardeo, sin refugios. Las campañas contra el presidente tienen más efecto aquí en la capital”, dijo. Entre otras cosas, porque la gente pierde mucho tiempo en los traslados y va escuchando la radio en el coche, aseguró.
Quién sabe las finas encuestas que maneje Morena, lo cierto es que la preocupación por el devenir político de la capital no es de ahora, viene desde aquella mañana de junio de 2021 en que la ciudad se despertó blanquiazul y agarró con el pie cambiado al partido gobernante. Prueba de ello fue la propuesta que en un primer momento hicieron los morenistas para encabezar el cartel electoral de la jefatura de gobierno de la ciudad: el policía Omar García Harfuch, un hombre que encarna la seguridad frente al delito y la violencia, muy del gusto de los estratos acomodados, y cuyo perfil es más clasemediero que el de Clara Brugada, fajada en las luchas sociales y obreras. El obligado reparto por sexos para las candidaturas descabalgó de la contienda al elegido y Brugada ha mantenido el listón alto.
Pero la izquierda, que ha gobernado la ciudad durante años y ha sido el escaparate de México al mundo, se muestra ahora inquieta, cuando menos. Porque sí es verdad que es el territorio donde está esa clase social académica, culta, de actividades profesionales, empresariales y de activismo social, véase el feminismo, que dio en su día un apoyo mayoritario al cambio que representaba Morena y que ahora muestra evidentes signos de desilusión. “Morena decidió que sería Brugada en lugar de Harfuch, optaron por la lealtad [al proyecto] en lugar del pragmatismo y quizá eso costará votos o espacios políticos, aunque no pierdan la gubernatura”, dice el analista Puente.
Lo que pase en la capital será determinante para la ciudad y para el próximo gobierno. También es el termómetro de cómo avanza o retrocede el ambicioso movimiento de transformación con el que López Obrador se presentó ante los mexicanos del siglo XXI.
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