El acero de México, en la primera línea de fuego en la guerra comercial entre EE UU y China
El arancel del 25%, que busca frenar las entradas chinas en el mercado estadounidense, supone un golpe colateral para la industria siderúrgica mexicana, que es el tercer exportador tras Canadá y Brasil
Donald Trump pretende recapturar el músculo industrial de Estados Unidos, mediante su política arancelaria. La propuesta de gravar con un 25% a todas las importaciones de acero y aluminio del mundo, a partir de marzo próximo, será aún más impactante para los países líderes de importación a EE UU. México se sitúa en el tercer puesto de exportación de este insumo al mercado estadounidense, solo detrás de Canadá y Brasil, de acuerd...
Donald Trump pretende recapturar el músculo industrial de Estados Unidos, mediante su política arancelaria. La propuesta de gravar con un 25% a todas las importaciones de acero y aluminio del mundo, a partir de marzo próximo, será aún más impactante para los países líderes de importación a EE UU. México se sitúa en el tercer puesto de exportación de este insumo al mercado estadounidense, solo detrás de Canadá y Brasil, de acuerdo con las cifras oficiales. Sin embargo, los expertos explican que, en el fondo de esta medida, está la intención del republicano de frenar el avance industrial de China, el principal productor de acero y aluminio en el mundo.
Trump ha puesto el punto de mira sobre este insumo, crucial para la construcción de automóviles, equipo y manufacturas, con la convicción de que una gran parte de los excedentes de acero chino, exportados a bajo costo, llegan a Canadá y México, para su reexportación a Estados Unidos. El ‘muro arancelario’ que pretende imponer Trump en marzo próximo busca frenar la supuesta triangulación comercial del insumo, que perjudica a los productores estadounidenses. Este señalamiento no es nuevo, en 2018, durante su primer mandato, Trump aplicó un arancel temporal al acero y aluminio mexicanos. El panorama, aún incierto, impide saber si a estos aranceles del 25% se les sumaría la tarifa generalizada del 25% sobre todas las importaciones mexicanas, otro frente que EE UU tiene pendiente resolver con México.
En medio de este clima de incertidumbre, el Gobierno de Sheinbaum ordenó la extensión, por cinco años más, del arancel sobre las importaciones de cierto tipo de tubería china. La Secretaría de Economía explicó, por escrito, que la eliminación de la cuota compensatoria sobre este producto daría paso a la repetición del dumping y del daño a la producción nacional, por lo que han decidido ampliar el pago de la tarifa hasta enero de 2029. Este tipo de tubería sirve para transportar agua, vapor, gas, aire, hidrocarburos, fluidos químicos, así como soporte en la construcción de estadios, puentes, aeropuertos y unidades industriales.
En espera de que las nuevas tarifas sobre el acero y el aluminio se cristalicen, la industria siderúrgica mexicana ha rechazado los señalamientos de EE UU de incurrir en una supuesta triangulación de acero chino. La industria exige al Gobierno de México que, si Trump cumple su amago e impone más aranceles a los aceros mexicanos, su Administración responda con tarifas del 25% sobre las importaciones siderúrgicas estadounidenses que llegan a territorio mexicano, bajo el amparo del TMEC. La industria ya advirtió que los aranceles de Donald Trump afectarían al 75% de las exportaciones de acero mexicano —valuadas en 2,100 millones de dólares—, poniendo en riesgo empleos e inversiones.
“Esta medida afectará gravemente a la industria siderúrgica y a toda la cadena metalmecánica de América del Norte, poniendo en riesgo la competitividad y la integración regional. La industria exhorta al Gobierno mexicano a tomar medidas urgentes de defensa comercial para proteger a la industria nacional. De no lograr la exclusión del acero mexicano de esta medida, será necesario aplicar represalias recíprocas sobre productos siderúrgicos estadounidenses”, advirtió en un comunicado la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero).
México, principal socio comercial de EE UU, juega un papel clave en el tablero comercial del acero. Pedro Tello Villagrán, especialista en temas económicos, explica que ni el gobierno de Trump ni de Sheinbaum han explicado, con datos específicos, cuántas toneladas de acero chino se triangula a través del territorio mexicano, ni tampoco cuánto acero chino importado se queda en las fábricas nacionales para su transformación o se sigue de paso al mercado estadounidense. “Estamos hablando de dos materias primas (el acero y el aluminio) que tienen una presencia y un impacto generalizado en cualquier economía, se trata de productos estratégicos”, explica.
El experto añade que EE UU no tiene capacidad para producir internamente todo el acero y el aluminio que consume. De acuerdo con la publicación World Steel, Estados Unidos produce un promedio de 82 millones de toneladas de acero al año e importa poco más de 26 millones de toneladas. El desbalance entre consumo y producción, advierte, sitúa al mercado estadounidense en una posición vulnerable. “Estamos frente a una inevitable negociación política y económica que, si es conducida con prudencia y habilidad por parte de los negociadores de nuestro país, se traducirá en el desmantelamiento de la amenaza de los aranceles para México”, abunda.
La producción mundial de acero bruto alcanzó los 1.890 millones de toneladas en 2023, de las que más de la mitad,1.000 millones de toneladas, fueron producidas por China, primer fabricante mundial, según la publicación World Steel. México es el 15 productor de acero en el mundo, con una producción anual de casi 20 millones de toneladas anuales, sin embargo, de acuerdo con las propias cifras de la industria, el abasto es insuficiente ante un consumo de más de 28 millones de toneladas de acero anuales, cuya diferencia se cubre con la importación, principalmente de Estados Unidos (32,5%), Corea del Sur (15,5%) y China (11%).