Modelos de negocio sostenibles y con dividendo social, claves para sociedades más justas

Para Iberdrola México, este 2024 es un año de satisfacciones por las metas alcanzadas en uno de los objetivos medulares de la compañía: mejorar la vida de las personas a través de las energías limpias y renovables y también con programas sociales y alianzas estratégicas que permiten permear su cultura de sostenibilidad entre clientes y proveedores.

Acercar la energía sostenible a poblaciones vulnerables con sistemas fotovoltaicos (Luces de Esperanza), embellecer el patrimonio cultural con iluminación de vanguardia (Oaxaca Brilla), promover la inclusión y el empoderamiento femenino en el deporte (DestElla) o incentivar el estudio de carreras científicas y tecnológicas (Impulso STEM), son algunos de los programas sociales que, aunado a las labores de voluntariado y a las alianzas estratégicas, vertebran el dividendo social que acompaña el modelo de negocio de la compañía.

La Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y la Fundación Iberoamericana para la Gestión de la Calidad (Fundibeq) entregaron a Iberdrola México, en el marco de la XXIX Cumbre Iberoamericana, el Premio a Mejores Prácticas en materia de ODS, en la categoría Plata, por la metodología “Alianzas estratégicas para incrementar el dividendo social”.

Paola Martínez Castro, directora de Comunicación y Responsabilidad Social de la compañía, explica que la metodología galardonada estrecha el vínculo existente entre la estrategia de negocio de la compañía y sus esfuerzos para contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), buscando un “impacto positivo” para todas las personas involucradas en la operación de la compañía, desde los habitantes de comunidades donde la empresa tiene presencia hasta los clientes y proveedores.

“Contamos con una metodología social que, con base en una serie de criterios, nos permite analizar y afinar nuestros programas con vocación social y medioambiental, con el fin de estrechar los vínculos en las comunidades en donde operamos y estableciendo una relación sólida y duradera con ellas. Con nuestra metodología definimos nuestras áreas estratégicas de actuación, priorizamos los proyectos y buscamos que estos se alineen a los ODS”, explica Martínez Castro.

Para la titular de Responsabilidad Social de Iberdrola México, si bien orquestar los objetivos comunes de la empresa es una labor compleja, esta metodología resulta clave para ampliar su impacto social, permitiendo la creación de proyectos “bien trazados, medibles, escalables y replicables”.

A partir de estudios socioeconómicos puntuales, la compañía energética ha delineado mejor las formas y caminos de trabajo entre una comunidad y otra, comprendiendo las diferencias de cada región e impulsando la “mejora continua” también desde el ángulo social, menciona.

La metodología social de la compañía engloba diferentes estrategias: la creación de “alianzas sostenibles” con clientes para amplificar el impacto de los proyectos sociales y medioambientales, así como un modelo de evaluación de proveedores en materia de sostenibilidad.

Con presencia en 12 estados del país, la compañía entiende el reciente Premio a Mejores Prácticas en materia de ODS como un incentivo para redoblar los esfuerzos y encauzar un 2025 ampliando su labor social, a través de programas como Luces de Esperanza, Oaxaca Brilla, Impulso STEM o DestElla, que junto a sus acciones de voluntariado, ha beneficiado a más de 4 millones de personas en sus 25 años de historia en el país.

A pregunta expresa sobre la importancia y el papel de la responsabilidad social corporativa, Paola Martínez es clara: “Las empresas y el sector privado podemos construir una sociedad más justa, igualitaria y equitativa. Al final es la suma de esfuerzos la que va a permitir avanzar y enfrentar los retos que tenemos como sociedad. Esa suma contribuye al desarrollo de México”.