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Nostalgia
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La magia de la nostalgia: El Tigre Toño®, Melvin® y Sam el Tucán® en Monterrey

Personajes de la marca de alimentos Kellanova aparecieron recientemente en una pantalla gigante de las calles de Monterrey, despertando la nostalgia de los transeúntes

Activación de Kellanova en pantalla curva del centro histórico de Monterrey, Nuevo León.
Activación de Kellanova en pantalla curva del centro histórico de Monterrey, Nuevo León.Kellanova
El País

El pasado 5 de agosto, las calles del centro de Monterrey se llenaron de vida y alegría cuando los icónicos personajes de las cajas de cereales de la compañía de agroalimentos Kellanova como El Tigre Toño®, Melvin® y Sam el Tucán® fueron proyectados en una pantalla. Esta iniciativa de la marca logró captar la atención de transeúntes de todas las edades, aludiendo al poder de la nostalgia y la capacidad de la marca por conectar emocionalmente con su público.

Los personajes de Kellanova, presentes por décadas en muchas mesas de desayuno de las familias mexicanas, forman parte de la memoria colectiva de varias generaciones. Desde niños hasta adultos, muchas personas han compartido momentos con estos personajes animados que representan una parte de la cultura popular. Su aparición en una pantalla gigante en una concurrida zona de Monterrey provocó sonrisas y un torrente de recuerdos entre aquellos que pasaban por ahí.

Las reacciones de la gente no se hicieron esperar: mientras caminaban por las calles, muchos se detenían asombrados al ver a estos personajes familiares cobrando vida en una escala de gran formato. La alegría en los rostros de los más pequeños y la chispa de reconocimiento en los ojos de los adultos creó un momento especial, en donde algunos fueron transportados a su infancia.

La ciudad de Monterrey fue el escenario elegido, gracias a su dinamismo y carácter cosmopolita, para esta activación de la compañía. Los personajes de Kellanova, en su forma más grande y colorida, no sólo dieron color al paisaje urbano, sino que también crearon un momento de comunidad, donde personas de todas las edades pudieron compartir una experiencia común.

La ciudad de Monterrey fue testigo de un espectáculo que recordó a sus habitantes la relevancia de las pequeñas alegrías, y de cómo, en un mundo tan cambiante, ciertos personajes y recuerdos permanecen con nosotros, listos para hacernos sonreír una vez más.

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