López Obrador y Biden cierran el año con una reunión atravesada por la crisis migratoria
Los presidentes de México y EE UU se encuentran en la cumbre de la APEC en San Francisco con la encomienda de reforzar el combate al narcotráfico y el control de la frontera
México y Estados Unidos aprovecharon el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) para hablar de migración y fentanilo, dos temas que se han vuelto ineludibles en la relación bilateral. Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden se encontraron este viernes en San Francisco, al margen de la cumbre internacional, para hacer un último corte de caja antes de 2024, año electoral en ambos lados de la frontera. Ambos mandatarios sostuvieron un diálogo cordial e intercambiaron elogios ante los medios, pese a los desafíos permanentes tras bambalinas y algunas discrepancias recientes. “Le agradezco por la cooperación y el liderazgo que ha demostrado ante este reto, señor presidente”, dijo Biden en el mensaje inaugural. “No podría tener un mejor socio y aliado que usted”, agregó. “Estamos más cerca que nunca”, respondió su homólogo mexicano. “Nuestra relación es excelente”.
La crisis migratoria se perfiló desde principios de esta semana como el asunto principal de la reunión. Fue, de hecho, el único punto de la agenda que se mencionó explícitamente en el comunicado previo emitido el lunes por la Casa Blanca. La migración, que batió todos los récords en los últimos 12 meses, se ha convertido en el talón de Aquiles de la Administración Biden y en la principal fuente de críticas del Partido Republicano de cara a los comicios del próximo año. Apagar ese frente ha sido una de las prioridades de Estados Unidos en la última cumbre de la APEC.
“El tema que a ellos les preocupa es la migración, y dentro de este es fundamental la resolución del tema venezolano”, aseguró Gustavo Petro, el presidente de Colombia, quien se reunió con el mandatario estadounidense la tarde del jueves en el marco del foro. Petro, en sintonía con López Obrador, propone desviar el flujo migratorio que se dirige a la selva del Darién hacia Venezuela. La condición para esto es que Washington suavice las sanciones impuestas al régimen de Nicolás Maduro. Este año los venezolanos superaron en cruces ilegales a los mexicanos por primera vez en la historia.
Para lidiar con la exigencia de Washington de hacer más para contener el fenómeno migratorio, el Gobierno de López Obrador ha insistido en la necesidad de que Estados Unidos invierta más en programas de cooperación para el desarrollo en los países expulsores y adopte medidas para atacar las causas estructurales de la migración, más allá de buscar soluciones en el corto plazo y centradas en la contención. “Tenemos que ayudarnos mutuamente para que la migración sea opcional y no forzosa”, subrayó López Obrador.
La ampliación de poco más de 30 kilómetros del cerco fronterizo, anunciada durante la visita de una delegación de altos funcionarios a Ciudad de México el mes pasado, no cayó bien entre las autoridades mexicanas. México respondió con una cumbre convocada en Palenque (Chiapas) con otros 10 países latinoamericanos sobre migración a finales de octubre, que se saldó con un posicionamiento crítico sobre las sanciones de EE UU a Cuba y Venezuela como detonante de la crisis migratoria.
El mandatario mexicano parece haber dado por superadas las polémicas recientes. “Es el primer presidente de Estados Unidos en mucho tiempo que no construye muros, porque eso no es solución”, dijo López Obrador sobre Biden, un cumplido recurrente en las cuatro ocasiones que se han encontrado. El mexicano reconoció también a Biden como “el único presidente de Estados Unidos en la historia reciente en abrir una vía legal para la migración” y destacó la presencia de decenas de millones de personas de origen mexicano en Estados Unidos, aunque las declaraciones oficiales no fueron más allá de los lugares comunes.
Biden y López Obrador se vieron las caras durante alrededor de una hora en el Moscone Center, antes de la última reunión de trabajo de la cumbre, en la que el presidente estadounidense debe entregar la presidencia de la APEC a la peruana Dina Boluarte. En la noche previa, el mandatario mexicano acudió a una cena oficial ofrecida por su homólogo estadounidense en el museo de la Legión de Honor de San Francisco. En esta ocasión, el intercambio se centró en temas de cooperación en seguridad nacional y, sobre todo, de control de fronteras. También se dieron tiempo para hablar sobre la relación comercial, uno de los vínculos más sólidos entre ambos países. “Somos el principal socio comercial de la Unión Americana, algo sobresaliente”, celebró López Obrador.
Ambos jefes de Estado llegaron al encuentro tras sostener reuniones por separado esta semana con el presidente chino Xi Jinping. Tras un encuentro “franco”, en el que las diferencias fueron patentes, Estados Unidos y China pactaron una colaboración más intensa en el combate al tráfico de precursores químicos, cruciales para la cadena de tráfico de drogas sintéticas desde Asia hasta Norteamérica. México, que se asume solo como territorio de paso, siguió las líneas de ese acuerdo y pidió a Pekín aumentar los intercambios de información en la lucha conjunta contra el narcotráfico y apoyo en el control de sustancias para la elaboración del fentanilo y otras drogas sintéticas.
“En cuanto al combate contra las drogas, hay el compromiso de México de seguir apoyando para no permitir la introducción de químicos, estamos muy conscientes del daño que ocasiona en Estados Unidos”, dijo López Obrador. “Es un acto de solidaridad”. El énfasis en la Seguridad Nacional en la agenda se reflejó en las comitivas que acompañaron a los mandatarios. El mandatario mexicano se presentó con cinco miembros de su Gabinete: Rosa Icela Rodríguez (Seguridad), Luis Cresencio Sandoval (Defensa), Rafael Ojeda (Marina), Alicia Bárcena (Exteriores) y Raquel Buenrostro (Economía). En la delegación de Biden destacaron varios viejos conocidos de México, como el secretario de Estado, Antony Blinken; el embajador Ken Salazar; el asistente especial del presidente Juan González, y la asesora Elizabeth Sherwood-Randall. El regreso del presidente a territorio mexicano está previsto para esta tarde, con un vuelo programado un par de horas después del encuentro con Biden.
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