Marisol Schulz: “La pandemia golpeó fuerte a la industria editorial”
La directora de la Feria del Libro de Guadalajara espera que la edición de este año, de regreso a la normalidad, sea un bálsamo para una industria que no se recupera del terremoto de la covid-19
La Feria del Libro de Guadalajara, la más importante de América, regresa este año con toda su fuerza. Tras el cierre por la pandemia y la tímida apertura del año pasado —cuando se mantuvieron las restricciones por recomendación de las autoridades sanitarias—, ...
La Feria del Libro de Guadalajara, la más importante de América, regresa este año con toda su fuerza. Tras el cierre por la pandemia y la tímida apertura del año pasado —cuando se mantuvieron las restricciones por recomendación de las autoridades sanitarias—, los organizadores esperan recuperar los niveles de participación, tanto de audiencia como de expositores, en la edición que se desarrollará del 26 de noviembre al 4 de diciembre. Y también recuperar la cartera, porque la covid-19 dejó a la FIL en número rojos y no cuenta con ayudas federales, lo que lamentan los organizadores. “La feria sufrió un momento muy duro en 2020″, confirma Marisol Schulz, directora de la FIL. “En 2021 fue una feria muy acotada por razones absolutamente fuera de nuestro control, pero ahora queremos recuperar a lo que tuvimos en 2019″, explica. Schulz (Ciudad de México, 1957) espera que las visitas superen las 800.000 personas durante los días del evento y que participen unas 2.400 editoriales, lo que les permitirá recuperar las recaudaciones de una feria que genera 300 millones de ingresos al Gobierno del Estado de Jalisco. “La feria es un gran momento para la industria”, asegura su directora.
Pregunta. El año pasado se realizó la FIL nuevamente de forma presencial, pero venían del golpe que significó la pandemia. ¿Qué expectativas tienen este año?
Respuesta. Queremos tratar de volver a lo que tuvimos hasta 2019. En 2021 fue una feria muy acotada por razones absolutamente fuera de nuestro control, como era la situación sanitaria. Todavía estábamos en plena pandemia y tuvimos restricción de audiencias. No podíamos tener el mismo número [de visitantes] que habíamos tenido en años anteriores, pero fue una feria exitosa a pesar de las circunstancias. Ahora queremos volver por lo menos al 90% de lo que tuvimos.
P. ¿Habrá algún tipo de restricciones para los visitantes?
R. Hasta donde nosotros sabemos, no, aunque todo eso no lo marcamos nosotros, sino la autoridad sanitaria del Estado de Jalisco. Pero por las otras exposiciones que han ocurrido en el mismo recinto y los eventos como el que acaba de pasar de Checo Pérez, en los que no ha habido ningún tipo de restricción, entendemos que no habrá limitaciones en la feria.
P. ¿Qué significa para la industria editorial que se pueda realizar la FIL de forma normal?
R. La feria es un gran momento para la industria, no solo por la venta al público de los libros, sino porque es su gran escaparate. Es el momento donde se dan los grandes lanzamientos. Todos los editores esperan a la feria para hacerlo, por la proyección misma que tiene, y porque muchos negocios ocurren en el marco de la feria: contratos, venta de traducciones o venta a distribuidores que vienen de Estados Unidos o de otras partes del mundo a comprar catálogos para bibliotecas o para instituciones. Esa parte de la venta institucional o la venta de bibliotecas para muchos editores es parte de su subsistencia.
P. En términos monetarios, ¿cuánto mueve la FIL?
R. Lamentablemente no lo sabemos, porque los propios editores no nos lo dicen. Y te voy a explicar también por qué: porque el negocio comienza en la feria, es el punto de encuentro, pero muchos contratos se hacen para terminar al año siguiente, con lo cual se mueve mucho más dinero de lo que nos puedan decir durante los días del evento.
P. En términos de ventas de libros, ¿cuánto se vende?
R. Estamos hablando de 2.400 casas editoriales, aunque este año habrá menos, y tenemos una venta per cápita de 1.100 pesos por visitante, aunque puede bajar este año por la carestía de la vida. Algo importante de la FIL es que más allá de la venta de libros hay un impacto económico, una derrama que le deja al Gobierno de Jalisco más de 300 millones de dólares. Ciertamente es el evento que mayor ingreso económico le deja al Gobierno del Estado.
P. Ustedes sufrieron una fuerte pérdida económica por la pandemia. ¿Han recibido ayudas federales para que la feria pueda mantenerse?
R. Efectivamente, la feria sufrió un momento muy duro en el 2020, porque no hubo ingresos. Tenemos pocos recursos federales, en realidad son casi nulos. Sí, tenemos algunos apoyos locales, pero la feria tampoco depende de esos subsidios. Hay que ser muy claros: hasta 2019 la feria fue completamente autosuficiente. Económicamente, ni siquiera depende de la Universidad de Guadalajara, de la que es parte. La feria tiene sus propios recursos gracias a la venta en la taquilla, la venta de espacios de exhibición, venta propiamente de publicidad en los espacios de la feria, de los recintos y otras formas que tenemos de lograr recursos. También tenemos muchos patrocinadores de la industria privada, que quieren estar ahí por la repercusión de la feria.
P. ¿Resienten que no haya un apoyo fuerte de parte del Gobierno?
R. Sí, sí, sí, lo lamentamos. Muchas otras ferias de este nivel tienen apoyos de los gobiernos. Claro que lo echamos en falta. Habría muchas más posibilidades de trabajar.
P. Como editora, ¿cómo valora la situación del mundo editorial en México luego de la pandemia?
R. Muy crítico. Le pegó muy fuerte a la industria editorial. Mientras en Europa mucha gente empezó a leer más, en nuestro caso eso no ocurrió. En México, un porcentaje altísimo de la población no tiene acceso a una tableta o un dispositivo para leer libros electrónicos, además de que no somos un pueblo precisamente lector, entonces todavía el impacto es más fuerte. Además, al estar las librerías cerradas por muchísimo tiempo, la gente no tenía esa posibilidad de comprar libros.
P. Las estadísticas oficiales muestran que apenas el 40% de la población alfabetizada lee literatura. A eso se suman los problemas de distribución fuera de las grandes ciudades y el encarecimiento del papel. En ese escenario, ¿Cómo sobreviven las editoriales en México?
R. Con muchos esfuerzos. En el caso concreto de la feria, lo que han hecho es conglomerados. El año pasado hubo editoriales que ya no podían ir por sí mismas e hicieron alianzas con otras editoriales para poder estar presentes. Este es un momento de hacer grandes alianzas y de buscar recursos para sobrevivir.
P. ¿Qué políticas públicas deben promoverse para incentivar la lectura en México?
R. Es muy complejo. Ha habido momentos muy importantes en la historia de México, cuando ha habido una verdadera labor de promoción de la lectura. Creo que uno de los grandes problemas es que aquí llega un nuevo secretario de Educación o de Cultura y rompe con todo lo que se hizo anteriormente. No hay continuidad, y los programas exitosos deberían tener continuidad. Esa sería una fórmula. La otra, por supuesto, tiene que ver con las bibliotecas, con aumentar el número de ellas e incentivar a la gente a que no le tenga miedo a ir a una, porque la mayor parte de la población nunca ha ido a una biblioteca en este país.
P. La FIL se da también este año en un momento crítico global. ¿Cree que puede haber algún tipo de impacto de la guerra de Ucrania en la feria?
R. No para nosotros. Acabo estar en Fráncfort y tampoco lo hubo y eso que está más cerca. En nuestros foros de pensamiento se va a hablar sobre estos temas, porque es un tema de debate y nos interesa a todos. Este año, de manera solidaria, hablamos con la embajada de Ucrania y el país va a tener un stand en la FIL de manera gratuita, como un apoyo a Ucrania, porque es un país que está viviendo una situación complicada.
P. El invitado de este año es el emirato de Sharjah, ¿por qué decidieron invitarlo?
R. Tener un invitado de honor implica muchas negociaciones. No es fácil, no todo el mundo quiere. A veces se ofrecen, a veces nosotros lo solicitamos. Ya había demostrado su interés de ser invitado de honor de hace tiempo. De hecho, iba a ser en el 2020, pero no era conveniente tener un invitado en una feria virtual. En 2021, ya habíamos convenido que era Perú, porque era su bicentenario, y por eso se cambió a 2022.
P. ¿Qué significa que un país exótico para nosotros, con una tradición distinta, forme parte de la feria más importante de América Latina?
R. Creo que es muy importante, porque provenimos de la cultura árabe en muchos sentidos. Lingüísticamente tenemos una herencia árabe. Y culturalmente tenemos un pie muy fuerte en el mundo árabe, aunque no lo hemos discernido completamente. Creo que su participación nos va a permitir buscar los vasos comunicantes con esa cultura, que es una cultura milenaria, que ha tenido grandes aportaciones a la humanidad, la astronomía, las matemáticas.
P. ¿Le preocupa a la FIL la situación que viven las mujeres en estos países, donde sus derechos están más reducidos?
R. Ciertamente sí, pero no se puede hablar de todos los Emiratos. Yo misma he estado tres veces en Sharjah y he visto la participación de la mujer de una manera muy activa. Ciertamente es otra cultura, y tienen otra forma de entenderse las mujeres con los hombres, pero pues no nos vayamos muy lejos: hay ciertos pueblos de América Latina donde pasa lo mismo con las mujeres. De repente nos asustamos de los derechos de las mujeres en el mundo árabe, pero tú estarás de acuerdo que en ciertos lugares muy tradicionales de nuestros pueblos o América Latina hay costumbres similares.
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