Morena tira de López Obrador para ganar Guerrero
El partido en el Gobierno usa la popularidad del presidente para superar las divisiones internas en torno a la candidatura de Salgado Macedonio, que será relevado por su hija
A cientos de kilómetros de Ciudad de México, en Guerrero, los tropiezos de la campaña electoral se viven de una manera diferente a como podrían esperarse. Queda poco más de un mes para que los ciudadanos vayan a las urnas en las elecciones más grandes de la historia de México y las tensiones en la agrupación estatal de Morena, el partido del presidente López Obrador, no disminuyen. Van al alza. La designación de Evelyn Salgado Pineda como candidata a la gubernatura en sustitución de su padre, el polémico Félix Salgado Macedonio, lejos de calmar los ánimos, ha ahondado las divisiones internas.
Más del 30% de los consejeros estatales en Guerrero, de un total de 80, están en desacuerdo con el nombramiento exprés de Salgado Pineda. La decisión fue tomada después de que el Tribunal Electoral dejara a su padre fuera de la contienda por no presentar un informe con los gastos de precampaña. La dirigencia de Morena ha cerrado filas en torno a la candidata y apela a la unidad de sus votantes para arrasar en las próximas elecciones con un voto masivo por el partido, sea quién sea el candidato. La decisión de poner a Salgado Pineda a través de una encuesta exprés, sin embargo, ha caído como un balde de agua fría en los grupos no alineados con Félix Salgado Macedonio y cunde el desánimo. “No han tomado en cuenta a la militancia. En Morena tenemos mujeres y hombres de verdadera lucha que han recorrido el Estado. No son más que imposiciones al viejo estilo corrupto que no queríamos y se está haciendo lo mismo o peor”, dice una militante de las bases en Guerrero que asegura que Salgado Macedonio se ha apoderado de Morena en el Estado. “Se va a ganar, pero no de la forma deseada”, agrega otra fuente del partido en Guerrero que prefiere no dar su nombre. “Morena no es Félix”.
Aunque el partido no puede colgarse del nombre del presidente por la veda electoral, su carisma y su mensaje están tan interiorizados que el dirigente del partido, Mario Delgado, se refiere al mandatario en los mítines y anuncios como: “Ya saben quién”. La figura de López Obrador se ha convertido en la gran omnipresente estos meses durante las rencillas. Esas pocas palabras sirven para activar la memoria y apelar al voto masivo que obtuvo el presidente en Guerrero durante las pasadas elecciones de 2018, donde arrasó con 1,2 millones de votos. El propósito de Morena ahora es dejar atrás los desencuentros y apaciguar los ánimos.
Guerrero, azotado por la violencia y el narcotráfico, es uno de los Estados más vulnerables del país con tasas de pobreza y desigualdad muy elevadas. Desde hace casi tres años, AMLO supo imprimir su marca personal en la entidad y fue de las primeras regiones en aprovechar la política de subsidios del Gobierno para población vulnerable. Una de cada tres familias en Guerrero son beneficiarias de los programas prioritarios de López Obrador.
A estos apoyos para el bienestar, se suma el desencanto de la población con los gobiernos del PRD y el PRI, durante décadas en el poder y que ahora se presentan en coalición con el mismo candidato, Mario Moreno Arcos. “La directriz de Morena es que se gane el mayor número de diputados y Ayuntamientos para aprovechar el recelo de la mayoría de la población con el PRD y el PRI”, señala un periodista de Acapulco que pide conservar el anonimato. El deseo por sacarles del poder y la esperanza en López Obrador, dan como resultado que Morena encabece las encuestas con 10 puntos de ventaja, aún cuando no ha tenido candidato la mayor parte de la campaña. “Estamos cansados del PRI que ha robado y ha matado mucho, no podemos permitir que sigan en el Gobierno”, dice Cristina Ramírez, de 55 años. La mujer asegura que votará por Evelyn Salgado.
En el intento por resolver la cuadratura del círculo, Félix Salgado Macedonio, veterano político y hombre astuto, ha sabido erigirse como el embajador de López Obrador en Guerrero. El presidente a cambio, no ha hecho más que apapacharlo y defenderlo. Ambos se conocen desde la fundación del PRD, a finales de los años 80. Pese a la polémica levantada por tener dos denuncias de violación y otras tres por abuso sexual, López Obrador siempre ha afirmado que se trata de “politiquería” y cosas “propias de los tiempos electorales” en contra de su candidato. El mensaje ha calado profundamente en Guerrero y pocas personas se atreven a hablar del tema. “Para bien o para mal, todo el mundo sabe quién es Félix en Guerrero”, dice la fuente cercana al partido. “Todas las mujeres deberían estar en contra de él. Hasta su hija”, asegura René Otero, mientras disfruta de un taco de cabeza de res en el mercado de la colonia Progreso, en Acapulco. “Es una de las estupideces de la ley, dejar que la hija sea candidata. Ya no nos chupamos el dedo. El que va a manejar todo por debajo va a ser él”, dice el jubilado de 71 años.
Lejos de su carisma, Salgado Macedonio también ha buscado mostrarse como un luchador social, víctima de las autoridades electorales, entre ellas, el Instituto Nacional Electoral (INE) al que ha amenazado con desaparecer cuando vuelva a ser senador. “Me los voy a chingar bonito. El INE va a caer”, afirmó el pasado sábado durante un mitin en Acapulco. En su intento de victimización, fuentes cercanas a él aseguran que lo que realmente busca es dar vuelta a la página en el caso de las violaciones, el escándalo que más daño le ha hecho en los últimos meses y que sigue abierto en la Fiscalía del Estado. Sus mayores críticos también señalan la gestión que tuvo como alcalde de Acapulco (2006 - 2008) cuando la ciudad vivió una de las peores épocas de violencia. El paraíso tropical se convirtió en un infierno y los ciudadanos desayunaban con balaceras y descabezados en las calles. El terror que sembró el narco aquellos años, ahuyentó al turismo y afectó a la economía de Guerrero.
Hay quienes miran con recelo y desconfianza a la familia Salgado, también a Evelyn Salgado Pineda, con escasa experiencia política para ser la candidata a la gubernatura. Con tan solo 22 años, su padre la nombró presidenta del DIF de Acapulco y entre el periodo 2012 - 2018 fue delegada de la Secretaría de la Mujer en Guerrero. “Evelyn recibía las aportaciones de los constructores para el Ayuntamiento a través del DIF”, cuenta el periodista consultado. Salgado Pineda está separada de Alfredo Alonso, hijo de Joaquín Alonso Piedra, empresario de Acapulco detenido a finales de 2016 y acusado de ser operador del cártel de los Beltrán Leyva en la ciudad. “A mí Salgado Macedonio no me gusta, pero voy a votar por Morena sea quien sea el candidato porque respeto al señor presidente”, dice un taxista con más de 40 años en la profesión.
Salgado Pineda ha asegurado que si llega al Gobierno, las decisiones las tomará ella, pero que siempre tendrá en su padre, con el que está muy unida, a su mejor guía. “Todos son iguales, señorita”, señala don Amado, de más de 80 años que asegura que no votará en las próximas elecciones. “Bueno, a mí no me parece mal que se deje aconsejar por su papá. Los buenos gobernantes muchas veces toman buenas decisiones porque tienen a quien les aconseje”, señala el taxista. El señor Otero muestra su respeto por López Obrador, pero dice que jamás votaría por Félix Salgado o por Evelyn Salgado, y que no le queda más remedio que dar su voto al PRI. “Guerrero está lleno de caciques”, dice antes de pegarle otro bocado a su taco. “Nos toca elegir al menos fregado [al menos malo]”.
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