Un fiscal de Georgia archiva el caso contra Trump por interferencia electoral en 2020
El presidente de Estados Unidos fue acusado en 2023 de intentar alterar los resultados en ese Estado
Peter Skandalakis, el nuevo fiscal de Georgia encargado del caso estatal sobre la supuesta interferencia electoral de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020 en ese Estado, ha decidido no seguir adelante con el caso, según ha adelantado la cadena CNN.
Se trata de una importante victoria judicial para Tr...
Peter Skandalakis, el nuevo fiscal de Georgia encargado del caso estatal sobre la supuesta interferencia electoral de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020 en ese Estado, ha decidido no seguir adelante con el caso, según ha adelantado la cadena CNN.
Se trata de una importante victoria judicial para Trump. Se cierra así la última de las cuatro causas penales abiertas contra él por sus acciones durante la campaña electoral de 2020 que tuvo el intento de asalto al Capitolio del infausto 6 de enero de 2021 el epítome de una de las elecciones más escrutadas de la historia de Estados Unidos por el controvertido papel de Trump.
El presidente de los Estados Unidos no ha tardado en responder a través de su red social Truth: “Este caso nunca debería haber sido presentado en primer lugar. [...] Los demócratas trastornados hicieron todo lo que pudieron para atacarme cruelmente a mí, a mis partidarios y a nuestro Movimiento MAGA, por decir la VERDAD: LAS ELECCIONES DE 2020 FUERON AMAÑADAS Y ROBADAS”, ha escrito Trump con su particular estilo desafiante pese a que no hay ninguna prueba de ello.
Skandalakis instó al juez del condado de Fulton, Scott McAfee, a cerrar el caso porque, a su juicio, este debería recaer en una jurisdicción federal. El fiscal cree que este caso es inabarcable desde una instancia estatal y recuerda que ya hubo una investigación federal sobre fraude electoral tras los intentos de Trump de impedir el recuento y la certificación del resultado de los comicios presidenciales de 2020. El fiscal especial que dirigió el caso, Jack Smith, retiró los cargos tras el regreso de Trump a La Casa Blanca.
“Si el fiscal especial Jack Smith, con todos los recursos del gobierno federal a su disposición [...] concluyó que la acusación sería infructuosa, entonces también considero que, a pesar de la evidencia disponible, buscar la acusación de todos los involucrados en el caso [...] sobre bases esencialmente federales sería igualmente improductivo”, indicó el fiscal en el escrito de 23 páginas presentado en el juzgado para justificar por qué desestima el caso.
El republicano fue imputado en agosto de 2023 por el intento de alterar los resultados de las elecciones en Georgia, que perdió por menos de 12.000 votos frente al candidato demócrata Joe Biden. El político neoyorquino, que en ese momento ya no ocupaba cargos políticos, llegó a ingresar en la cárcel del condado de Fulton, en Georgia, durante unos minutos para que se le fotografiara y tomaran huellas para el archivo policial. Su imagen visiblemente enfadado y con el ceño fruncido dio la vuelta al mundo.
Trump fue acusado tras conocerse una conversación telefónica entre él y el secretario de Estado de Georgia, Brad Raffensperger, en la que el presidente le reclamaba que “encontrara” los 11.780 votos necesarios para que él resultara ganador en ese Estado.
El republicano fue imputado por 13 delitos, entre los que se incluyeron conspiración para suplantar a un funcionario, presiones para que un funcionario traicione el juramento de su cargo y falsedad documental y conspirar para perpetrar falsificación en una “asociación delictiva”.
“Dada la complejidad de las cuestiones legales en juego —desde cuestiones constitucionales y la Cláusula de Supremacía hasta inmunidad, jurisdicción, sede, cuestiones de juicio rápido y acceso a registros federales— e incluso suponiendo que cada una de estas cuestiones se resolviera a favor del Estado, llevar este caso ante un jurado en 2029, 2030 o incluso 2031 sería nada menos que una hazaña notable”, sostiene Skandalakis en el escrito al juez.
Skandalakis se hizo cargo del caso el mes pasado tras recibirlo de la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, quien fue destituida tras destaparse una relación sentimental con un subordinado al que había contratado para participar en el proceso. Willis fichó a Nathan Wade para que la ayudara en calidad de fiscal especial en la investigación. Uno de los abogados denunció el conflicto de intereses. Wade había cobrado unos 650.000 dólares por su participación en el juicio. Durante ese tiempo, la pareja se permitió algunos lujos y viajes a Bahamas, Aruba o el valle californiano de Napa.
Lo cierto es que tras la imputación y la declaración de no culpabilidad por parte de Trump, el caso había quedado varado en el tribunal. Y no se esperaba grandes avances ahora que el magnate neoyorquino ha regresado a La Casa Blanca. Además, había otros 14 acusados como el exalcalde de Nueva York y abogado de Trump, Rudy Giuliani, y el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, que aún podían ser procesados. Su caso queda igualmente archivado. También está incluido Jeffrey Clark, un funcionario del Ministerio de Justicia que participó en los intentos de manipular los resultados de la votación. Los abogados John Eastman y Kenneth Chesebro, autores de una trama para utilizar electores falsos que votaran por Trump, han quedado igualmente exculpados, así como su asesor de campaña Mike Roman.
El presidente ha pasado al ataque y ha amenazado a los demócratas que auspiciaron los procesos penales contra él: “Tenemos que responsabilizar a aquellos que intentaron destruir nuestro Sistema Legal y la propia Nación, ya que intentaron usarlo para silenciar y encarcelar a los oponentes políticos por proteger a nuestro país y ejercer nuestros derechos de la PRIMERA ENMIENDA. Las pocas cazas de brujas demócratas restantes pronto tendrán el mismo final vergonzoso”, señala a través de una publicación de Truth.
Steve Sadow, el principal abogado de Trump en Georgia, aplaudió la desestimación del caso. “La persecución política del presidente Trump por parte de la fiscal destituida Fani Willis finalmente ha terminado. Este caso nunca debió haberse presentado. Un fiscal justo e imparcial ha puesto fin a esta guerra legal”, según recoge AP.
Tras las elecciones de 2020 que Trump perdió frente a Biden, y el intento de asalto al Capitolio, el republicano fue acusado de cuatro causas penales. La primera estaba relacionada con un supuesto pago en negro a una actriz de cine porno para silenciar una relación extramatrimonial entre ambos.
Otra de las causas, de carácter federal, tuvo que ver con el manejo de papeles confidenciales que tras perder las elecciones se llevó a su residencia privada de Mar-a-Lago, en Palm Beach.
Además, del caso de fraude electoral en el Estado de Georgia, Trump también fue acusado por un juez federal de intento de fraude electoral en las presidenciales de 2020 por difundir acusaciones infundadas sobre irregularidades electorales que sabía que eran falsas, retrasar el recuento electoral y presionar al Departamento de Justicia para que respaldara esas acusaciones falsas. Desde que regresó a La Casa Blanca, el mandatario estadounidense cuenta los procesos penales por victorias.