Zelenski vuelve a salvar una pelota de partido ante el acoso de Trump
La reunión de Ginebra entre las delegaciones de ambos presidentes aplaza la decisión sobre las concesiones territoriales y militares en favor de Rusia
La relación entre Volodímir Zelenski y Donald Trump se asemeja a un agónico partido de tenis. Tras meses intercambiando golpes, el presidente de Ucrania juega acorralado en el fondo de la pista, salvando puntos en el último aliento. El mandatario republicano quiere apuntarse la victoria de ser el que selló la paz entre Moscú y Kiev. Y su estrategia pasa por somete...
La relación entre Volodímir Zelenski y Donald Trump se asemeja a un agónico partido de tenis. Tras meses intercambiando golpes, el presidente de Ucrania juega acorralado en el fondo de la pista, salvando puntos en el último aliento. El mandatario republicano quiere apuntarse la victoria de ser el que selló la paz entre Moscú y Kiev. Y su estrategia pasa por someter al rival más débil para que este termine cediendo. Mientras Trump acusaba el domingo a Zelenski en sus redes sociales de desagradecido y de ser responsable de la guerra, los emisarios del líder ucranio salvaban otro match ball en una reunión con los estadounidenses en Ginebra.
La delegación ucrania consiguió en la ciudad suiza que la Casa Blanca reformulara momentáneamente su llamado “plan de paz”, un documento que se conoció la semana pasada y que causó un terremoto en las cancillerías occidentales y en Kiev. El texto fue elaborado en octubre por Kirill Dmitriev, empresario y hombre de confianza del presidente ruso, Vladímir Putin, y por Steve Witkoff, enviado especial de Trump para las relaciones con el Kremlin. El plan fue recibido en Ucrania como una humillación: “perder la dignidad”, según palabras de Zelenski, porque es sobre todo una lista de concesiones ante el invasor.
El encuentro en Ginebra ha permitido que, de momento, salten del plan algunas de las líneas rojas que no quiere cruzar Kiev. Estas son, entre otras, según una filtración publicada por el medio ucranio RBC y por el Financial Times, son el punto que obligaba a Ucrania a ceder la soberanía de Crimea y de la región de Donbás, el punto que obligaba al país invadido a reducir su número de tropas y el que exigía que la Constitución indique que Ucrania renuncia a ser miembro de la OTAN.
El comunicado sobre las conclusiones de la reunión de Ginebra indica que el plan final y el debate sobre estas cuestiones que han saltado por el momento del guion deberán ser decididos en los próximos días entre Trump y Zelenski. Es decir, en un nuevo juego en el que el presidente ucranio deberá salvar el partido.
Los minerales, un conejo de la chistera
Trump llegó en enero a la Casa Blanca tras una campaña electoral en la que prometió que terminaría la guerra en cuestión de días y que pondría fin al derroche que, según él, suponía la asistencia militar a Ucrania. Previendo la amenaza, Zelenski se sacó un conejo de la chistera en septiembre de 2024, en su primer encuentro con Trump, todavía candidato: le propuso que, en caso de ser presidente, Estados Unidos mantuviera su apoyo militar a cambio de gestionar las riquezas minerales de Ucrania. En febrero de 2025, ya siendo presidente, Trump le tomó la palabra: exigía el pacto de los minerales a cambio de abrirse a negociar un plan de apoyo de defensa para el país invadido por los rusos.
Estaba previsto que el acuerdo de los minerales se rubricara en la infausta reunión del 28 de febrero en la Casa Blanca, en la que Zelenski, Trump y su vicepresidente, J. D. Vance, se enzarzaron en una dura discusión ante los medios de comunicación. El mandatario estadounidense respondió bloqueando temporalmente cualquier asistencia militar para Ucrania, incluido algo tan fundamental para el ejército como la información de inteligencia.
Zelenski salvó los muebles en buena parte, según reconoció él mismo, por el asesoramiento que le dieron el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente francés, Emmanuel Macron.
La estrategia de Kiev cambió con una campaña de apaciguamiento y adulación a Trump, también relativizando sus cambios de humor. Esto no evitó que se produjeran más crisis. Por ejemplo, cuando el Pentágono decidió en julio suspender la transferencia de armamento que había sido aprobada durante la presidencia de Joe Biden. Zelenski recondujo la situación tras otra tensa entrevista telefónica con Trump.
No siempre ha podido el líder ucranio devolver las pelotas envenenadas de Trump. Zelenski no fue informado de la reunión que iban a mantener el pasado febrero en Arabia Saudí los ministros de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y el estadounidense, Marco Rubio. El líder ucranio tenía que acudir a Riad, pero canceló el viaje tras descubrir aquella cita entre Lavrov y Rubio, la primera en la que Washington reabría las puertas del reconocimiento internacional a Moscú.
Pero el mayor sapo que han tenido que tragarse Kiev y sus aliados europeos fue la cumbre con todos los honores de Estado que organizó Trump para Putin el pasado agosto en Alaska. El autócrata ruso fue recibido como un líder mundial y no como un político en búsqueda y captura por el Tribunal Penal Internacional.
Otoño decisivo
Trump ha mantenido con Putin y Zelenski una estrategia de palo y zanahoria, aunque los palos han sido más abundantes para el ucranio. La relación volvió a tensarse el pasado octubre, de nuevo en una reunión en la Casa Blanca. Witkoff y Trump hicieron saber al líder ucranio que era el momento de asumir que tiene que ceder los territorios conquistados por Rusia. La entrevista se produjo dos días después de que Trump hablara por teléfono con Putin, con la idea de organizar una nueva cumbre, esta vez, en Hungría.
La maquinaria diplomática europea volvió a activarse para proteger los intereses de Ucrania y convencer a Washington de que Rusia debe aceptar que cualquier negociación de paz tiene que ir precedida por un alto el fuego. Y Trump, por primera vez, se plantó ante Putin: suspendió los planes de la cumbre en Budapest y aprobó las primeras sanciones de su mandato contra la economía rusa.
A los pocos días de que esto sucediera, Dmitriev y Witkoff negociaban el plan de paz de 28 puntos que ha causado una tormenta diplomática en Europa. Zelenski buscará sobrevivir, una vez más, en otro cara a cara en los próximos días con Trump.