Bruselas exige a los Estados adelantar un año la desconexión del gas ruso tras las presiones de Trump
La Comisión plantea un nuevo paquete de sanciones a Moscú para reducir los ingresos del país invasor
La Comisión Europea quiere prescindir del gas ruso un año antes de lo previsto. Hace poco más de cuatro meses planteó a los Estados miembros la desconexión para el 1 de enero de 2028. Este viernes, en la propuesta del decimonoveno paquete de sanciones contra Rusia por invadir Ucrania, propone acortar un año el plazo: al 1 de enero de 2027.
El movimiento llega después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presionara a “los aliados de la OTAN” para que castigaran las exportaciones de combustibles rusos aumentando al 100% los aranceles de los terceros países que compraran estas materias primas. Una propuesta que ponía en el punto de mira a China y la India. Un país, este último, al que Washington ya grava con un 50% por el mismo motivo: sus ingentes compras de crudo ruso.
No ha sido la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien ha anunciado este detalle del nuevo paquete de sanciones: ha sido la alta representante para la Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, la que lo ha concretado en un mensaje en la red social X (antes Twitter).
Bruselas opta finalmente por el mecanismo tradicional de sanción de los últimos tres años: comprar cada vez menos petróleo, gas natural y otras materias primas de Rusia, lo que le lleva a buscar otros proveedores, algo que beneficia, sobre todo, a Estados Unidos, que también exporta este tipo de combustible.
Esto se ve con claridad con los datos de la propia UE. En 2021, antes de la invasión de Ucrania, el 45% de todo el gas que llegaba a la Unión provenía de Rusia y el 6% de Estados Unidos; en los ocho primeros meses de este año, los porcentajes han cambiado significativamente, un 12% y un 26%. Solo Noruega, con el 31% de todo el mercado, supera las importaciones estadounidenses de este combustible.
La propuesta deberá ahora ser aprobada en el Consejo de la UE por los Estados miembros. No será fácil, como ha quedado claro con la negociación de la desconexión para el comienzo de 2028. Varios países, entre ellos España, están poniendo bastantes problemas para dar el visto bueno. Aducen que esta drástica medida puede abocar a graves problemas a las compañías energéticas europeas que tienen firmados contratos a largo plazo, más allá de 2027 o 2028, con las firmas rusas.
“La máquina de guerra rusa se sustenta en los ingresos procedentes de los combustibles fósiles. Queremos reducir esos ingresos. Por eso estamos prohibiendo las importaciones de gas natural licuado ruso en los mercados europeos. Es hora de cerrar el grifo”, ha justificado la presidenta Von der Leyen, antes de recordar que este verano se ha reducido el tope al petróleo que vende Rusia en los mercados internacionales de crudo hasta los 47,6 dólares el barril, un 15% por debajo del precio promedio al que cotizaba el petróleo de los Urales habitualmente.
La jefa del Ejecutivo comunitario también ha explicado que en este nuevo paquete de sanciones que lanza se amplía el número de barcos sancionados de la flota en la sombra de la que Moscú se vale para exportar sus combustibles, se añaden 118 nuevos hasta llegar, al menos, a los 560, según los números facilitados por la alemana.
Los criptoactivos se han convertido en una herramienta mediante la que Rusia sortea las sanciones prácticamente desde que se comenzaron a lanzar en febrero de 2022, cuando comenzó la agresión rusa a Ucrania. Bruselas es consciente de esto. En cambio, ha tardado tres años en plantear la primera medida para evitarlo: “Por primera vez, nuestras medidas restrictivas afectarán a las plataformas criptográficas y prohibirán las transacciones en criptomonedas”, ha añadido Von der Leyen.
Desde Bruselas se sigue defendiendo que las sanciones contra Rusia están siendo efectivas para golpear su economía y, por tanto, también su maquinaria de guerra. La presidenta de la Comisión incluso ha vinculado la alta inflación del gigante euroasiático con estas medidas. “Los tipos de interés están en el 17%”, ha concretado. El BCE mantiene el precio oficial del dinero en el 2%. No obstante, la comparativa más apropiada con países homologables como los demás BRICS: India lo mantiene en el 5,5%; China, en el 3%; y Brasil es el único que se acerca a los niveles rusos, con el 15%.