Quién es Charlie Kirk, el activista ultraconservador asesinado en Utah que movilizaba el voto juvenil
El comentarista era uno de los aliados más estrechos de Trump y fue clave en el triunfo electoral que lo devolvió a la Casa Blanca
Charlie Kirk, el activista conservador y estrecho aliado de Donald Trump asesinado este miércoles en un acto público en una universidad a las afueras de Salt Lake City (Utah), descubrió pronto su pasión por la política y por los valores de la derecha.
Fue en 2010, durante su penúltimo año de secundaria. Tenía 17 años y era esa clase de nerd obsesionado con la política que tal vez solo se dé en Estados Unidos. Vivía en un suburbio de Chicago, ciudad en la que nació en 1993, y probó las mieles del activismo como voluntario para la campaña al Senado de los Estados Unidos del republicano de Illinois Mark Kirk, con el que no guardaba relación familiar.
Al año siguiente, escribió para la web Breitbart News, gracias a la que también se dio a conocer Steve Bannon, un texto en el que denunciaba el sesgo progresista en los libros de texto escolares. Esa postura, insólita para un muchacho de su edad, llamó la atención de Fox News, la institución conservadora que más ha definido la vida estadounidense de las últimas décadas. Con los años, Kirk se convertiría en toda una referencia en la cadena televisiva que propulsó por tres veces la carrera de Donald Trump hacia la Casa Blanca. La noticia de su muerte inundó este miércoles de un tono sombrío los platós de la emisora en Nueva York.
Su primer saltó al ruedo público ya contenía los principales elementos de la huella que Kirk, fallecido a los 31 años, dejó en el conservadurismo estadounidense: la de una voz clave en el proselitismo juvenil para el movimiento MAGA (Make America Great Again). No fue el único joven que se sumó a la revolución con la que Trump arrasó el Partido Republicano, pero sí el más influyente, entre otros motivos, por sus dotes para el debate y su aspecto de yerno perfecto.
Poco después de aquel estreno, Kirk fundó Turning Point USA (TPUSA), una organización sin ánimo de lucro, aunque generosamente financiada por hombres poderosos de la derecha, y entonces decididamente original: era un lugar en el que los jóvenes podían dar rienda suelta a sus pasiones conservadoras a una edad en la que la mayoría de sus coetáneos profesa pasiones más bien progresistas. Con esa organización, que fue creciendo y ramificándose, pretendía lo que su nombre sugiere en inglés: contribuir al punto de inflexión en el giro conservador de Estados Unidos, esa “revolución del sentido común” que preconizan Trump y los suyos.
Proselitismo ‘Z’
En el triunfo de este en las elecciones del pasado mes de noviembre, fue esencial ese voto de la generación Z, y a Kirk se debe en buena medida haber propiciado durante los últimos 15 años el caldo de cultivo perfecto para atraer a ese sector. Lo hizo alumbrando un movimiento de base que iba de campus en campus para organizar multitudinarios eventos con los que, a base de exponer ideas provocadoras y el gusto por el debate, ganar nuevos adeptos para la causa MAGA y para la militancia anti-woke. Paradójicamente, su meteórico ascenso tan joven en los círculos republicanos le hizo abandonar la universidad antes de terminarla.
Como parte de esa agenda, animaba a los estudiantes a denunciar a los profesores sospechosos de esparcir teorías que él consideraba “radicales” o eso que los republicanos llaman “ideología de género” para denigrar la defensa de los derechos LGTBI+ y, en especial, los del colectivo trans. Con esos mimbres, al activista fue uno de los nombres claves de un movimiento que ha trabajado con éxito por vender la extrema derecha como un asunto excitante para los hombres jóvenes, un manual de instrucciones made in America del que han tomado buena nota partidos ultras de todo el mundo: de Vox, en España, a las huestes de Nigel Farage en el Reino Unido.
Trump, que lo tuvo siempre cerca durante su primera Administración, le devolvió los favores prestados en la última campaña dándole un acceso total a su segunda Casa Blanca. No era miembro del gabinete, pero participó en los procesos de selección de los futuros colaboradores del nuevo presidente, entre los que logró colocar a algunos de sus donantes.
El presidente de Estados Unidos dio la noticia de la muerte y ordenó que las banderas de “todos los edificios” de Estados Unidos ondearan a media asta para conmemorar su legado, una memoria que honró asimismo el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. Kirk, cuya muerte lamentaron también desde la izquierda (de Joe Biden a Kamala Harris o Barack Obama), fue acusado de antisemita, pero Netanyahu lo definió en X como “amigo incondicional de Israel”. “Luchó contra las mentiras y defendió con valentía la civilización judeocristiana”, escribió.
TPUSA tiene, según sus propios cálculos, más de 800 sucursales en universidades de todo el país, y cuenta con un presupuesto de unos 40 millones de dólares. En sus eventos, la estrella más deseada era siempre el propio Kirk, pero no la única: los actos de TPUSA contaban con una frondosa nómina de personalidades MAGA que eran aclamadas como héroes y heroínas de la libertad de expresión, defensores del libre mercado y adalides de la reducción del tamaño del Gobierno.
TPUSA también cuenta con su propio ecosistema de podcasts: entre ellos, The Charlie Kirk Show, donde este impartía su cátedra MAGA, que también recibían los lectores de sus libros y sus más 5,4 millones de seguidores en X, que conocían bien sus opiniones extremistas, su discurso xenófobo, sus ganas de debatir, su señalamiento de ciertas personalidades de la izquierda y su afición por teorías conspirativas y por difundir bulos, bien fuera sobre la pandemia o sobre la gran mentira de que a Trump le robaron las elecciones de 2020.
Kirk vivía en Scottsdale, en Arizona, Estado que votó republicano en noviembre gracias en buena medida a su activismo. Estaba casado con Erika Frantzve, de 36 años. Ambos tenían dos hijos, profesaban la fe evangélica y eran orgullosos nacionalistas cristianos. Tras conocer la noticia del disparo a su marido, Frantzve posteó en su cuenta de X un salmo de la Biblia que dice: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”.
La madre de Kirk trabaja como consejera de salud mental. Su padre es arquitecto. Ambos lo sobreviven.