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El Supremo de Tailandia condena a un año de prisión al ex primer ministro Thaksin

El exgobernante, padre de la primera ministra cesada a finales de agosto, ha sido la figura política más influyente del país en las últimas dos décadas

El Tribunal Supremo de Tailandia ha ordenado el ingreso en prisión de Thaksin Shinawatra, el ex primer ministro más influyente y controvertido del país en las últimas dos décadas. El fallo, que le obliga a cumplir un año de cárcel, representa un nuevo revés judicial para la poderosa familia Shinawatra, apenas dos semanas después de que el Tribunal Constitucional confirmara la destitución de su hija Paetongtarn como jefa de Gobierno. El viernes, además, el Parlamento tailandés nombró a Anutin Charnvirakul, candidato ajeno al hasta entonces gobernante Pheu Thai (el partido fundado por Thaksin), como nuevo premier.

Este martes, un panel de cinco jueces ha determinado que los seis meses que el magnate de 76 años pasó en una suite privada de un hospital policial de Bangkok en 2023 “no pueden computarse como parte de la condena” que debía cumplir por corrupción y abuso de poder. “El acusado sabía que su enfermedad no era grave ni urgente”, señala el dictamen leído por uno de los magistrados.

Thaksin, que pasó 15 años de autoexilio ―la mayor parte del tiempo en Dubái― huyendo de la justicia, regresó a Tailandia en agosto de 2023, coincidiendo con el retorno al poder del Pheu Thai mediante una coalición que incorporó a formaciones vinculadas al estamento militar. Apenas aterrizó en Bangkok, fue detenido para cumplir una pena acumulada de ocho años. Pero menos de 24 horas después de ingresar en prisión fue trasladado al Hospital General de la Policía, alegando dolor torácico e hipertensión. Allí permaneció seis meses en una habitación bajo custodia policial, un arreglo que desató duras críticas por posible trato de favor. Posteriormente, el rey conmutó su condena a un año a través de un indulto y, en febrero de 2024, obtuvo la libertad condicional, que terminó de cumplir en agosto de ese año.

“El acusado se benefició de permanecer en el hospital”, consideran los jueces, a pesar de que “solo padecía enfermedades crónicas subyacentes que podrían tratarse de forma ambulatoria, sin necesidad de permanecer ingresado”, han dictaminado. Además, el tribunal indicó que el exmandatario se sometió “a cirugías no urgentes” en un dedo y el hombro derecho que “prolongaron su hospitalización”. El Supremo ha examinado el historial médico de Thaksin y citado a 31 testigos, incluidos los doctores que lo trataron y directores de varias agencias y departamentos vinculados con su ingreso hospitalario.

Tras la lectura del fallo, Thaksin ha sido escoltado hasta un centro penitenciario de la capital tailandesa, donde se prevé que cumpla la pena de un año. Será la primera vez que pase tiempo entre rejas. En un comunicado publicado en redes sociales, el multimillonario expresó que acepta la sentencia: “Desde hoy, aunque pierda libertad, conservaré libertad de pensamiento para el bien de mi país y su pueblo”.

Ningún otro político ha condicionado tanto el tablero tailandés en este siglo como ha hecho Thaksin. El magnate de las telecomunicaciones llegó al poder en 2001 con una victoria sin precedentes y revalidó mandato en 2005; pero un año después, fue depuesto en un golpe de Estado mientras se encontraba en Nueva York. Tras la asonada militar se marchó al exilio, regresó brevemente en 2008 para afrontar causas judiciales y, autorizado para viajar a los Juegos Olímpicos de Pekín, no volvió: huyó de nuevo y se instaló en el extranjero, desde donde siguió influyendo en la política nacional y moviendo los hilos en la distancia. Su regreso en 2023 fue posible gracias al acuerdo tácito de sus antiguos adversarios políticos, que en ese momento veían a la fuerza progresista Move Forward (ganadora de las elecciones) como la nueva amenaza política.

La resolución llega en un momento especialmente delicado para el clan político de los Shinawatra y su partido. Paetongtarn, que el año pasado se convirtió en la tercera de la familia al frente del Ejecutivo (tras su padre y una tía), fue apartada del cargo a finales de agosto por el Tribunal Constitucional. Los jueces determinaron que la primera ministra tailandesa violó las normas éticas con sus comentarios contra el Ejército durante la gestión de un conflicto fronterizo con Camboya. El pasado viernes, la Cámara de Representantes (el Parlamento) eligió por amplia mayoría para sustituirla al candidato de la formación conservadora Bhumjaithai, relegando al Pheu Thai a la oposición.

Paetongtarn ha declarado ante la prensa a las puertas del tribunal que la familia “está preocupada” por el patriarca, pero también “orgullosa”. “Hizo cosas históricas por el país, incluidas las políticas que impulsó. Hoy es otro momento histórico. Será la primera vez que un primer ministro es condenado a prisión”, citan las agencias internacionales.

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