El Estado de Luisiana realiza su primera ejecución de un preso con gas nitrógeno
El reo, de 46 años, fue condenado por el secuestro, violación y asesinato de una mujer de 28 años en 1996
Las autoridades de Luisiana han llevado a cabo este martes su primera ejecución con gas nitrógeno de un preso condenado a muerte, convirtiéndose en el segundo Estado de Estados Unidos ―después de Alabama― en retomar este método, que críticos de la pena capital equiparan con la tortura. El reo, Jessie Hoffman, de 46 años, ha sido declarado muerto después de que le inyectaran nitrógeno en una máscara que ha tenido puesta durante 19 minutos. “La ejecución ha ido tan bien como esperábamos”, ha declarado el secretario de Seguridad Pública y Correccionales del Estado de Luisiana, Gary Westcott, según informa The New York Times. Luisiana no aplicaba la pena de muerte desde 2010.
Hoffman, que no ha querido utilizar la posibilidad de expresar sus últimas palabras antes de la ejecución, fue condenado por el secuestro, violación y asesinato de una mujer de 28 años, Molly Elliott, en Nueva York en 1996, cuando él tenía 18 años. Una de sus abogadas, Cecelia Kappel, ha calificado la ejecución de “sin sentido”. Según ha afirmado, “Jessie ya no se parecía en nada al joven de 18 años que mató a Molly Elliott” y ha asegurado que “era un padre, esposo y un hombre con una extraordinaria capacidad de redención”.
La fiscal general de Luisiana, Liz Murrill, ha declarado que el Estado “ha utilizado con éxito la hipoxia de nitrógeno para ejecutar a Jessie Hoffman”. “Esta noche se ha hecho justicia para Molly y el Estado de Luisiana”, ha manifestado a través de su perfil en la red social X. Por su parte, el gobernador, Jeff Landry, ha reiterado que “se ha hecho justicia” después de 28 años, remarcando que las autoridades han “cumplido con el contrato firmado con la familia y amigos” de la víctima, después de que “desde aquel terrible día” se hubieran “visto obligados a revivir la tragedia a través de innumerables procedimientos legales” y haya “vivido con el dolor” durante años “con una promesa de justicia que quedó sin respuesta”.
“Cuando se producen estos actos de violencia, la sociedad no debe tolerarlos. (...) Mi esperanza es que cuando Luisiana vacíe el corredor de la muerte, nunca haya otra víctima cuyo autor deba ser colocado allí. Siempre daremos prioridad a las víctimas frente a los delincuentes, a la ley y el orden frente a la anarquía, y a la justicia frente al statu quo. Si cometes atroces actos de violencia en este Estado, te costará la vida. Simple y llanamente”, ha añadido.
Tras la ejecución, Amnistía Internacional ha condenado la “vergonzosa primera ejecución” en Luisiana desde 2010 y ha subrayado que se trata también de la “primera ejecución con hipoxia de nitrógeno en un Estado que no sea Alabama”. “Sea cual sea el método, la pena de muerte es el castigo más cruel, inhumano y degradante y debería ser abolida en todas partes”, ha indicado la ONG a través de su perfil en la red social X.
Alabama, otro de los Estados que permite la hipoxia de nitrógeno como alternativa a la inyección letal y otros métodos de pena capital, la ha aplicado a un total de cuatro reclusos desde 2024 con gas nitrógeno.