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El primer ministro de Portugal se somete a una moción de confianza que aboca a elecciones anticipadas

El conservador Luís Montenegro afirma que será candidato de su partido incluso si es imputado por la Fiscalía

El primer ministro, Luís Montenegro, en Bruselas para la reunión del Consejo Europeo celebada el pasado viernes.Thierry Monasse (Getty Images)

En Portugal, un país donde nadie quiere anticipar elecciones, están a punto de convocar las terceras desde 2022. Una por año. Este martes por la tarde, si todo se desarrolla como está anunciado por sus protagonistas, la Asamblea de la República no respaldará la moción de confianza del Gobierno, que desde la primavera pasada está en manos de una coalición conservadora liderada por Luís Montenegro, ahora salpicado por sus negocios familiares....

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En Portugal, un país donde nadie quiere anticipar elecciones, están a punto de convocar las terceras desde 2022. Una por año. Este martes por la tarde, si todo se desarrolla como está anunciado por sus protagonistas, la Asamblea de la República no respaldará la moción de confianza del Gobierno, que desde la primavera pasada está en manos de una coalición conservadora liderada por Luís Montenegro, ahora salpicado por sus negocios familiares.

La caída del Ejecutivo podría resolverse con un plan b por parte del presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa: el nombramiento de otro primer ministro y la elección de otro Gobierno. Pero el historial de sus decisiones demuestra su predilección por resolver las crisis políticas consultando en las urnas las preferencias de la población. Rebelo de Sousa ya ha indicado que los comicios podrían celebrarse en mayo para tratar de salir cuanto antes de esta situación inesperada.

El primer ministro ha pasado de ser el principal activo del Gobierno a convertirse en un lastre. En un sondeo de la cadena TVI, el 55% de los encuestados cree que Montenegro no tiene “legitimidad” para repetir como candidato y el 59% piensa que no ha dado suficientes explicaciones sobre Spinumviva, la empresa que creó en 2021 y que mantuvo en la órbita familiar cuando llegó al poder. La actividad de la firma, que siguió recibiendo pagos mensuales de varias empresas con Montenegro como primer ministro, es el origen de la crisis política, que ha ido escalando en intensidad conforme pasaban los días y dio lugar a dos mociones de censura que fueron rechazadas en el Parlamento.

El patrimonio del gobernante pasó a estar bajo la lupa de la prensa, que ha desvelado la compra de dos apartamentos en Lisboa pagados al contado en un año o que hasta hace unos días vivía en un hotel de Lisboa de cinco estrellas pagado de su propio bolsillo (250 euros la noche). Pero también su actuación está siendo examinada por la Fiscalía, que analiza una denuncia anónima, y el Colegio de Abogados, que investiga si se ha cometido alguna irregularidad por intrusismo profesional.

“No tengo ninguna razón para dimitir”

Sin embargo, no hay duda de que Luís Montenegro será el candidato del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha). En una entrevista a las cadenas TVI/CNN Portugal, este lunes por la noche afirmó que incluso sería candidato en el caso de que fuese imputado por la Fiscalía General del Estado. “Tengo la convicción plena de que no cometí ningún delito”, afirmó. Por la misma razón señaló que no presentaba su dimisión: “No tengo ninguna razón para dimitir”.

Aunque incluso analistas ajenos a la batalla partidaria como el politólogo António Costa Pinta muestran sorpresa por el hecho de un político tan experimentado como Montenegro haya cometido este error, al primer ministro le cuesta verlo así. Admite solo fallos de comunicación, pero no en las decisiones que tomó en relación con la empresa, que dejó en manos de su esposa en 2022 con la que está casado en régimen de gananciales. Solo hace unos días que el matrimonio ha donado la sociedad —que seguía teniendo el domicilio fiscal y el teléfono de Montenegro— a sus dos hijos.

“Todo lo que tengo es el resultado de mi patrimonio y de mi trabajo”, subrayó en la entrevista con TVI/CNN Portugal. En ella también desveló que unos días antes de tomar posesión había vendido unas acciones que le habían reportado 200.000 euros.

Explicaciones con demora

Parte del error ha sido la demora en dar explicaciones sobre el caso, pero el primer ministro convirtió en una de sus señas de identidad el silencio ante la prensa. Apenas dio entrevistas, ni siquiera aceptó preguntas cuando remodeló el Gobierno, y rehuyó las declaraciones a los medios. El hermetismo no solo fue hacia los periodistas: también lo practicó con el presidente de la República, que se enteró de que pensaba proponer una moción de confianza por el discurso que dio Montenegro en su residencia oficial de São Bento.

Desde que la máquina electoral ha comenzado a humear, la estrategia del Gobierno se ha diversificado. Por un lado, han acelerado las decisiones ejecutivas. En una semana se han celebrado tres consejos de ministros, que han tomado decisiones trascendentales y populares como la ampliación de plazas de guardería, la mejora de las condiciones laborales y salariales de colectivos públicos, la aprobación del Plan Nacional Ferroviario o la limitación de los molestos vuelos nocturnos sobre Lisboa. Por otro, ministros y dirigentes del PSD han tratado de responsabilizar al Partido Socialista, su principal rival en las urnas, del anticipo electoral por no apoyarles en la moción de confianza.

Hoteles y casinos

Los socialistas presentaron este lunes en la Asamblea de la República la propuesta para crear una comisión de investigación parlamentaria para dilucidar si ha habido un conflicto de intereses y cuál ha sido el papel de Montenegro en las funciones de la empresa mientras era primer ministro. Tienen dudas sobre la actividad real de Spinumviva, que recibía aportaciones mensuales por servicios relacionados con la protección de datos de cinco empresas, incluido el grupo Solverde, que gestiona hoteles y casinos en Portugal.

El líder socialista y jefe de la oposición, Pedro Nuno Santos, acusa a Montenegro de preferir arrojar el país “al barro” antes de someterse al escrutinio de la comisión de investigación en el Parlamento. En una entrevista en la cadena SIC, reiteró que votarán en contra de la moción de confianza de esta tarde por “coherencia”. “La moción de confianza es un pedido de dimisión cobarde porque no ha tenido el coraje de asumir las consecuencias de presentar la dimisión”, afirmó.

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