Congo ofrece 4,6 millones a quien dé información sobre tres líderes rebeldes del M23
El Gobierno promete tambien una recompensa millonaria por la captura de dos periodistas a los que considera “cómplices” de la guerrilla
El Gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) ha ofrecido cinco millones de dólares (4,6 millones de euros) a quien dé información que facilite la detención de tres líderes del grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que en las últimas semanas ha conquistado varios territorios en el este del país. En un comunicado emitido la noche del sábado, el ministro congoleño de Justicia, Constant Mutamba, anunció que “se ofrece una recompensa de 5.000.000 dólares estadounidenses a cualquier persona que permita el arresto de los convictos Corneille Nangaa, Bertrand Bisimwa y Sultani Makenga”. Además, el Gobierno promete una recompensa de cuatro millones de dólares (3,7 millones de euros) por “cualquier información que conduzca al arresto de sus cómplices fugitivos”, e incluye entre estos a los periodistas Perrot Luwara e Irenge Baelenge.
“Las personas que proporcionen información creíble se beneficiarán de la garantía efectiva de pago de la recompensa, así como de la protección completa de su identidad y datos personales”, subrayó el ministro, apostillando que “se concederá una reducción de pena a los denunciantes implicados, con excepción de los casos de crímenes de lesa humanidad”.
El M23, que cuenta con apoyo de Ruanda —según sostiene la ONU y países como EE UU, Alemania y Francia—, tomó hace casi un mes la ciudad de Bukavu, estratégica capital de Kivu del Sur; la capital de Kivu del Norte, Goma, había sido conquistada por los rebeldes el 27 de enero. El grupo controla así las dos principales ciudades de esas dos provincias, fronterizas con Ruanda y ricas en minerales como el oro o el coltán, fundamental en la industria tecnológica y en la fabricación de teléfonos móviles. El conflicto en Goma y alrededores ha causado ya más de 8.500 muertos desde enero, según el Gobierno congoleño.
La actividad armada del M23 —grupo formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994— comenzó en 2012, estuvo después una década hibernada y se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte. Desde entonces, el grupo ha avanzado por varios frentes, lo que ha elevado los temores de una posible guerra a escala regional. Desde 1998, el este del país está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).
El goteo de víctimas es constante. Al menos 11 civiles murieron ayer sábado por el estallido de una bomba lanzada por el M23 en una localidad del noreste de la república, según confirmaron las autoridades locales. El incidente ocurrió en Ngesa, situada en el territorio de Masisi, en la provincia de Kivu del Norte. “Los rebeldes del M23 no respetan ninguna noción de derechos humanos. La bomba cayó sobre una casa”, declaró a Efe por teléfono el administrador del territorio de Masisi, coronel Remy Matadi Zola.