¿Quiénes son los más de 11 millones de migrantes que Trump pretende deportar?
Menos del 4% de los indocumentados tienen antecedentes criminales y casi ocho de cada diez llevan más de cinco años en Estados Unidos
Uno de cada cuatro extranjeros en Estados Unidos es un migrante indocumentado. Al menos 11 millones de personas residen irregularmente por todo el país, y el 77% lo hace desde hace cinco años o más, según los datos del último censo de 2022. Si en 1980 el 80% de ellos se concentraban en seis Estados (California, Texas, Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Illinois), hoy se han dispersado más: esos seis territorios concentran el 56%.
No resulta sencillo censar a todos los indocumentados, pero el Gobierno de Estados Unidos puede contabilizar a quienes pagan impuestos: es obligatorio hacerlo ...
Uno de cada cuatro extranjeros en Estados Unidos es un migrante indocumentado. Al menos 11 millones de personas residen irregularmente por todo el país, y el 77% lo hace desde hace cinco años o más, según los datos del último censo de 2022. Si en 1980 el 80% de ellos se concentraban en seis Estados (California, Texas, Florida, Nueva York, Nueva Jersey, Illinois), hoy se han dispersado más: esos seis territorios concentran el 56%.
No resulta sencillo censar a todos los indocumentados, pero el Gobierno de Estados Unidos puede contabilizar a quienes pagan impuestos: es obligatorio hacerlo al margen del estatus migratorio. Aun así, hay organizaciones independientes que cifran en hasta 14 millones los migrantes irregulares en el país.
Alrededor de seis millones personas tienen permiso temporal de residencia en Estados Unidos. De ellos, unos 2,6 millones están a la espera de que se resuelva su solicitud de asilo político (sobre todo latinoamericanos) y unos 300.000 han sido acogidos provisionalmente como refugiados (ucranios y afganos). Además, 540.000 son beneficiarios de DACA, uno de los programas más exitosos de Barack Obama para regularizar a jóvenes que llegaron siendo menores de edad.
El 40% de los indocumentados que viven en Estados Unidos vienen de México. Sin embargo, en los últimos 10 años la tendencia a emigrar al país vecino ha disminuido, en contraste con el aumento de las llegadas de venezolanos (cuatro veces más que hace 10 años) o de los colombianos, que prácticamente se han duplicado.
Tras su regreso a la Casa Blanca, el pasado lunes, Trump ha dejado claro que quiere deportar a la mayor cantidad de indocumentados posible. Empezará, dijo, con los migrantes con antecedentes penales. Hay al menos 425.431 inmigrantes clasificados como delincuentes por el sistema judicial estadounidense, aunque el detalle de los delitos que han cometido evidencia que frecuentemente se tratan de infracciones leves.
En 2024, el 22% de las acusaciones fue por “infracciones de tráfico”, en las que se incluye conducir con un faro roto, sin licencia o saltarse una señalización. Los migrantes irregulares, de hecho, no pueden obtener un permiso de conducir en la mayoría de Estados por su falta de documentación.
El delito de inmigración fue el segundo más frecuente y agrupa el 18% del total de los crímenes. Incluye la entrada al país de manera ilegal, el regreso después de haber sido deportado o mentir al momento de ingresar en el país. Diferentes tipos de robos suman el 7% de los delitos cometidos por los migrantes irregulares y los crímenes relacionados con drogas, el 6%.
En los últimos años, los migrantes con antecedentes penales han sido menos de la mitad de los deportados.
Deportaciones masivas… desde hace años
Las últimas cifras del Servicio de Inmigración y Fronteras (ICE, por sus siglas en inglés) muestran cómo las deportaciones llevan años siendo masivas: este organismo registró la expulsión de 271.484 personas solo en 2024, durante la Administración de Biden, más que en cualquier año del mandato anterior de Donald Trump.
Las deportaciones durante los gobiernos de Biden y Obama se realizaron principalmente en la frontera sur. La mayoría fueron devoluciones rápidas tras detectar un cruce ilegal. Las cifras más altas de los últimos años se registraron durante el mandato de Obama, que deportó a más de 400.000 personas en 2012: el 80% de ellas se realizaron entre Estados Unidos y México.
La gran diferencia con Trump es que el republicano ha rechazado centrarse únicamente en los recién llegados y ha amenazado con redadas masivas en hogares y lugares de trabajo en grandes ciudades lejanas de la frontera donde los migrantes llevan tiempo viviendo.
Las detenciones amenazan con violar la condición de “ciudades santuario” de urbes como Nueva York, Chicago y Los Ángeles. Son grandes ciudades que hasta ahora han decidido no cooperar con el ICE y ser menos restrictivas con las personas sin documentos. El equipo de Trump ha anunciado que firmará una orden para permitir que ICE pueda operar en ellas.
En estas ciudades los migrantes pueden obtener una identificación estatal, con la que acceder a servicios bancarios, de salud y educativos. En alguna de ellas pueden incluso tener licencia de conducir (solo 18 Estados de los 50 otorgan licencias a indocumentados).
Actualmente los migrantes tienen pocas opciones de regularizar su situación. Uno de los trámites más solicitados es que los hijos nacidos en Estados Unidos de migrantes sin documentos pidan, al cumplir 21 años, que se legalice el estado de sus padres. Esto ha sido posible hasta ahora porque los niños nacidos en el país obtienen la nacionalidad por nacimiento, pero Trump pretende abolir este derecho reconocido en la Constitución. El trámite ya de por sí está sujeto a muchas condiciones, como no tener ningún tipo de multa de tráfico o falta administrativas o haber pagado impuestos durante todo el tiempo. Actualmente 4,4 millones de niños en Estados Unidos tienen al menos un padre indocumentado, de acuerdo con Pew Research.
Citas de asilo canceladas
Trump ha anunciado también el fin de la aplicación móvil CBP One, que permitía solicitar asilo político y que representaba una alternativa segura para cruzar a Estados Unidos. Fue implementada por Biden para mantener a los migrantes del lado mexicano de la frontera mientras esperan obtener una cita con las autoridades migratorias, también ha permitido agilizar el rechazo de las solicitudes. El anuncio del nuevo presidente ha provocado que al cerrarse la app, este lunes, se cancelaron las citas de 30.000 migrantes, según The New York Times.
En 2023 se registraron 456.750 solicitudes de asilo en el momento de entrar en el país, casi la mitad realizadas por cubanos y venezolanos. En el primer mandato de Trump, entre 2017 y 2021, a pesar de su discurso se aprobaron más solicitudes de asilo que durante los gobiernos de los demócratas Obama y Biden.
El sistema de asilo quedó suspendido durante la pandemia de covid por la medida conocida como Título 42, que permitía devolver inmediatamente a los migrantes que cruzaran ilegalmente la frontera sin ni siquiera darles la opción de solicitar asilo político. Las medidas restrictivas las implementó Trump en su primer mandato, pero la mayoría de los tres millones de personas afectadas por esta normativa fueron devueltas durante la Administración de Biden. CBP One comenzó a implementarse en 2023, cuando terminó el Título 42.