Biden concede indultos preventivos a algunos posibles objetivos de la persecución de Trump

El presidente exonera, entre otros, al doctor Anthony Fauci, la excongresista republicana Liz Cheney, al general ya retirado Mark Milley y a miembros de su familia

Joe Biden se prepara para recibir a Donald Trump en la Casa Blanca previo a la ceremonia de investidura del presidente, este lunes en Washington.WILL OLIVER (EFE)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se despide de la Casa Blanca con la polémica concesión de indultos preventivos a quienes considera que podrían ser víctimas de persecución injusta por parte de su sucesor, Donald Trump. A solo unas horas de dejar el cargo, el demócrata ha exonerado de responsabilidad penal por sus actos a algunos de los señalados por Trump, entre ellos, la excongresista republicana Liz Cheney, el ge...

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se despide de la Casa Blanca con la polémica concesión de indultos preventivos a quienes considera que podrían ser víctimas de persecución injusta por parte de su sucesor, Donald Trump. A solo unas horas de dejar el cargo, el demócrata ha exonerado de responsabilidad penal por sus actos a algunos de los señalados por Trump, entre ellos, la excongresista republicana Liz Cheney, el general retirado Mark Milley y el antiguo responsable de combatir la pandemia, el doctor Anthony Fauci. También, en una decisión posterior, ha indultado a miembros de su familia. Con su medida, libra a los indultados de posibles persecuciones, pero paga un doble precio por ello. Por una parte, sienta un precedente del que Trump tomará buena nota. Por otro, alimenta dialécticamente a quienes señalaban a los indultados como responsables de conductas ilegales.

“La concesión de estos indultos no debe interpretarse erróneamente como un reconocimiento de que alguna persona haya cometido alguna fechoría, ni su aceptación debe malinterpretarse como una admisión de culpabilidad por algún delito”, ha señalado Biden en el comunicado difundido por la Casa Blanca en el que anuncia su decisión.

El perdón presidencial se extiende a Milley, que tildó de “fascista” al expresidente. Fauci, por su parte, ayudó a coordinar la respuesta a la pandemia de la covid-19, pero levantó la ira de Trump y los republicanos por imponer las mascarillas y otras políticas que consideraban que infringían sus derechos. Biden perdona también a todos los congresistas de la comisión de investigación de la Cámara de Representantes, que responsabilizaron a Trump por el asalto al Capitolio, y a los agentes de policía que declararon ante dicha comisión. Entre los parlamentarios destacó especialmente la republicana Liz Cheney, que además hizo campaña en favor de Kamala Harris en las presidenciales de noviembre.

“Creo en el Estado de derecho, y soy optimista en cuanto a que la fuerza de nuestras instituciones jurídicas acabará prevaleciendo”, ha dicho Biden. “Pero estas son circunstancias excepcionales, y no puedo en conciencia no hacer nada. Las investigaciones infundadas y políticamente motivadas causan estragos en la vida, la seguridad y la protección financiera de las personas investigadas y sus familias. Incluso cuando las personas no han hecho nada malo ―y, en realidad, han hecho lo correcto― y serán finalmente exoneradas, el mero hecho de ser investigadas o procesadas puede dañar irreparablemente su reputación y sus finanzas”, ha añadido.

Ya se habían concedido otros indultos con carácter preventivo, es decir, contra personas que no estaban imputadas. Gerald Ford indultó a Richard Nixon para que no fuera imputado en relación con el escándalo Watergate, pero una vez que hubo dimitido. Jimmy Carter, por su lado, perdonó a quienes habían esquivado ilegalmente participar en la guerra de Vietnam, tanto si habían sido señalados por la justicia como si no.

Aquellos fueron casos aislados. Lo habitual es que se perdone a personas que han sido condenadas o que, al menos, están siendo investigadas. También hay indultos para reparar injusticias históricas, aunque sin efectos prácticos. La Constitución no pone límites al poder de clemencia del presidente, pero Biden lo lleva al extremo con estos indultos preventivos, aunque respondan a circunstancias excepcionales. La decisión sienta las bases para un uso aún más amplio del perdón por parte de Trump y de futuros ocupantes de la Casa Blanca, generando una especie de impunidad potencial para quienes sean fieles al presidente, incluso por encima de la ley.

Trump habló de “enemigos internos” durante la campaña y difundió mensajes en las redes sociales en los que pedía el encarcelamiento de rivales políticos, incluido el propio Biden; la vicepresidenta, Kamala Harris, y otras figuras, entre ellos los ahora indultados.

El presidente electo, que ha asumido el cargo a mediodía, ha prometido indultar este mismo lunes a muchos de los implicados en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, en el que resultaron heridos unos 140 agentes del orden. “Mañana, todo el mundo en este gran estadio estará muy contento con mi decisión sobre los rehenes del 6 de enero”, dijo el domingo en un mitin en Washington.

Biden ha batido el récord presidencial de indultos y conmutaciones individuales. Anunció que conmutaría las penas de casi 2.500 personas condenadas por delitos de drogas no violentos y también las de 37 de las 40 personas condenadas a muerte en el corredor de la muerte federal, convirtiendo sus sentencias en cadena perpetua. Su indulto más polémico, sin embargo, fue probablemente el concedido a su propio hijo, Hunter Biden, también con naturaleza preventiva, antes de que fuera sentenciado por los delitos de los que ya había sido declarado culpable.

Este lunes, a solo 22 minutos de dejar de ser presidente, Biden ha indultado a otros miembros de su familia. “Ejerzo el poder que me confiere la Constitución para indultar a James B. Biden, Sara Jones Biden, Valerie Biden Owens, John T. Owens y Francis W. Biden. El otorgamiento de estos indultos no debe confundirse con el reconocimiento de que han cometido algún delito, ni su aceptación debe malinterpretarse como una admisión de culpabilidad por algún delito”, ha dicho en su último comunicado como presidente. “Mi familia ha sido objeto de ataques y amenazas incesantes, motivados únicamente por el deseo de hacerme daño: la peor clase de política partidista. Por desgracia, no tengo motivos para creer que estos ataques vayan a terminar”, ha agregado el mandatario.

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